Sunday, June 27, 2010

¡La Marea Roja al Ataque!
















Cada uno de nosotros tiene un gran compromiso con Dios en este mundo, es inobjetable, sobretodo se siente cuando quienes nos rodean, abandonan con tanta facilidad el dicho de que, “los chilenos somos solidarios”, porque bastó con que la pelota fuese echada a rodar un par de segundos allá en Sudafrica, para que de un momento a otro aquél estatus de buenos para ayudar, prácticamente desapareciera. De pronto el terremoto pasó a otro lugar, ni siquiera la lluvia que hizo tambalear, nuevamente el Sur de Chile, pudo poner la mesura necesaria para que no nos desconectáramos de lo que nos corresponde, como seres humanos, como parte de un Chile que se encuentra padeciendo el dolor aún, de no saber realmente cuándo va a parar todo lo que nos está sucediendo.


Esto del Mundial, nos hace ver muchas y diferentes formas de bajeza que tienen las sociedades actuales de este mundo, para ocultar y evadir los problemas éticos y morales que suelen acarrear todos quienes pretendemos alguna vez en la vida, parecernos a esas grandes urbes que hoy día representan el poder económico y la catástrofe social que dejan sus inútiles mecanismos para combatir la pobreza, la ignorancia, y cuántos deberes más, sólo como una pequeña muestra, al pueblo se le da una pantalla gigante en el medio de la ciudad, se les insta a través de los medios a concurrir, llueva o haya terremoto, porque lo que está en juego en ese momento, es nuestra dignidad, no se trata de un juego, de un enfrentamiento deportivo únicamente, sino, de la dignidad de una nación, una nación que antes del invento del fútbol, ya tenía a su haber, una cantidad más o menos respetable de valores porque luchar y defender su patriotismo. Sea cual fuere los motivos, muchos de nosotros nos vemos realmente atrapados en medio de una sociedad que no admite otro tipo de conductas, las llamadas diferencias, estamos condenados a repetir y llevar a la práctica lo que nos dicen debemos hacer, porque eso es lo que nos corresponde, como chilenos, es decir, no estar de acuerdo con las formas y los medios de que dispone solamente el fútbol en nuestro país para su propagación, nos deja fuera del panorama casi legal, porque no hay Derecho que te pueda defender cuando una manga de destructivos seguidores de La Roja, te rompe los cristales de tu automóvil y te deja en nada, pensando que tal vez lo que has vivido se trató solo de un sueño, que no es la realidad, porque en el fondo tú también te quieres divertir, quieres de todo corazón, entender que se puede seguir siendo chileno y cumpliendo cabalmente con los compromisos que has adquirido para que la Nación, en la cual vives, sea mucho mejor cada día, aún a pesar que “el equipo de todos”, no haya podido salvar tal vez, los típicos escollos que hay que salvar para alcanzar el podium de los vencedores y así transformarse en autenticos ganadores.


El síndrome Bielsa termina por adquirirse, pasa a ser parte de nuestra realidad, y no lo digo porque no me interese o no me guste el fútbol, para nada, antes de conocer y de adquirir un compromiso con Jesucristo, milité en las inferiores de un equipo profesional de fútbol, además, siempre tuve participaciones destacadas en selecciones de mi ciudad y de mi barrio local, por lo tanto, entiendo del tema, lo que me permite no sólo abordarlo de la manera en que lo estoy haciendo, sino que además, procurar con ello, ayudar a la comprensión de nuestros procesos sin evadir el tema que nos convoca. El paradigma entonces nos incita a creer que ya no seremos los de siempre, al costo que sea, total, estamos dispuesto a creer cualquier cosa si alguien nos dice que somos buenos para el fútbol, no tiene ninguna importancia el hecho de que en nuestro país, muchos buenos deportistas a veces, no cuenten ni siquiera con la infraestructura necesaria para desarrollar sus diferentes disciplinas y de este modo, intentar capitalizar todo aquello con alguna participación de gran importancia en algún evento internacional deportivo. La moral de un pueblo para evaluar tan enorme realidad, debe ser entonces consecuente y comenzar con los propios actos que le permite o demanda cada contribuyente al Estado, en relación a la preocupación de éste por la realidad deportiva de nuestra Nación, es decir, deberíamos, no porque clasificamos a un Mundial de Fútbol, obligar e inquirir a los que algún día van a gobernar o están gobernando, a que nos hagan saber cuáles son los proyectos que beneficiarán el alma y el espíritu deportivo de quienes pensamos que la práctica de algún deporte, nos hace mejores tanto en el plano de nuestra salud física como en la moral. Para ello tendríamos que desprendernos del paradigma, deberíamos entender que el fútbol no es el único deporte que merece toda esta inexplicable y casi irracional atención por parte de los medios, los cuales, valiéndose de su condición Omnipotente, inducen o procuran derrocar, dentro del propio corazón del shiiiiiilenno, la verdadera alma del deportista, la que no necesita mundiales para entender que un buen trote a la orilla del mar, te beneficia, que quienes viven en la gran urbe metropolitana, necesitan urgentemente un mejor aire, de lo contrario, ni el propio fútbol se salvará cuando la contaminación no permita que las disciplinas deportivas, puedan ser practicadas libre y sin problema alguno en la capital de los santiaguinos.


El espíritu tercer-mundista, nos deja atrapados, prácticamente, encarcelados, desde allí podemos contemplar el panorama moral y el desastre que acarrea la preocupación de una nación por un deporte en particular, el que ni siquiera es visto como un deporte, porque la pasión que nos han inculcado, termina por convertirnos en desertores, somos capaces de transformarnos en chilenos de verdad, sin importarnos el ridículo, sin pensar en el frío o en lo que sea, con tal de que todos nos vean inyectados del espíritu nacionalista que de pronto ha descendido cual milagro sobre nuestra angosta faja de tierra. Todos hemos caído en el oscurantismo que produce el ver la realidad detrás de una pasión ilimitada y sin educación alguna, y peor, con un país, que en lo inverso, manifiesta su alegría al ritmo del ya conocido “REGUETÓN”. Allí los entes reflexivos con que cuenta nuestro país para regular el alma y la mente de una nación, no tienen importancia, prácticamente desaparecen del panorama nacional, y retornan solo cuando una nueva catástrofe nos afecta. Pues bien, los medios nos dicen que podemos hacer lo que queramos, total, nos han soltado las amarras y nos han inyectado el cuerpo y el alma con la llamada “marea roja”, que incluso, desborda lo irracional. El fútbol es una pasión, y lo creo así, porque si bien tuve muchos logros como deportista y practicante, específicamente de este deporte en mi vida, también viví en carne propia el daño que una pasión de esta medida puede provocar en tu propia alma, ello es lo que no han podido capitalizar quienes inducen al pueblo, a la gente en cuestión, a ser seguidores acérrimos de tal o cual club de fútbol, si bien el deporte es sano y nos hace bien su práctica, existe otros muchos elementos que no son constitutivos, como por ejemplo, esta modalidad desmedida en la que ha caído nuestra nación con respecto a los valores que representa un grupo de pateadores de pelotas sintéticas, eso para mí, es casi irracional, no es saludable desde ninguna perspectiva, nuevamente entraremos a discutir el tema desde la inevitable realidad que conlleva La Educación, en nuestras propias vidas, la realidad misma nos muestra además, el triste ocaso de nuestra cultura Occidental debido a su abandono ético y moral en relación a su verdad existencial y espiritual, debido a la propagación antivalórica en la cual, los propios íconos de cualquier disciplina, participan y ponen su grano de arena cuando es posible, la participación de los medios de comunicación en semejante tragedia, no hacen más que darnos un parámetro exacto de lo que nos puede ocurrir en un futuro no muy lejano si los entes respectivos, abandonan la labor pedagógica, y dejan, prácticamente al pueblo, sin parámetros para conducirse y seguir desarrollando, normalmente, todas sus actividades.

El ser humano de este tiempo, lamentablemente, carente en ciertas líneas afectivas, es probable que haya encontrado en el lugar que le ofrece aquella muchedumbre que Domingo a Domingo, asiste a algún estadio para gritar por su club, un centro gravitacional importante en donde desarrollar ciertas defensas para ocultar las carencias propias que produce la vida tanto periférica como la urbana, ello implicaría que la personas, no sólo no están recibiendo los afectos necesarios para desarrollar vidas que vayan mucho más allá del logro deportivo de tu club preferido, sino que además, nos enfrentamos a un problema que la propia sociedad, no desea abordar a través de los mecanismos que están preparados para ofrecer la ayuda necesaria y oportuna, lo que es grave, muy grave, y deja en el desamparo, el alma y el espíritu de muchos compatriotas que cuando se trata de La Roja, no se miden ni respetan ninguna clase de parámetro. Lo más delicado sería entonces, dejar que los medios de comunicación siguieran afectando nuestras vidas tal como lo han venido haciendo, desde una postura casi Omnisciente, aún conociendo el costo de lo que significa depender totalmente de una moda impuesta en nuestros propios hogares, por entes que nada entienden del poder absoluto con que cuenta la televisión, por ejemplo, para proyectar dentro de nuestras conciencias, la vida antivalórica.


El cristianismo al respecto, tiene mucho que decir, mucho que explicar, mucho que compartir, dejándonos de payasadas, mucho que escuchar también, no se puede vivir siempre dentro de una realidad espiritual especial, ignorando el peso de las transgresiones que tarde o temprano, terminarán por afectarnos, directa o indirectamente, el cristianismo no puede tener una actitud puramente contemplativa con respecto al drama que vivimos a diario, ha sido diseñado para ofrecer al ser humano, una forma de vida diferente en donde podamos participar de todo lo que no nos haga daño, y además, inmiscuirnos en los problemas actuales para dar a conocer a la gente de este tiempo, que Jesucristo es El Camino, La Verdad y La Vida, no tenemos los cristianos de hoy, otra alternativa, estamos demasiado estáticos en nuestras formas de vida, que no nos damos cuenta de lo infructuoso que resulta para el propio ser humano, tener que depender de medios que pretenden que creamos en todo lo que nos ofrece, al precio de ignorar, o peor que eso, negar la relevancia e importancia que tiene el mensaje de Cristo, para la vida de una sociedad que se quiebra y fragmenta por las infinitas razones que agobian el alma de nuestra Nación. Chile sin duda, está inmersa en el Propósito de Dios, yo no tengo dudas al respecto, lamentablemente, el evangelio aportillado que nos ha legado la cristiandad de este último tiempo, es probable que no contenga el poder decisivo que en otra época sí tuvo para enfrentar la desdicha humana, lo que virtualmente dejaría a la Nación chilena, no sin mensaje evangélico, sino algo peor, porque siempre habrá alguien que hable de Cristo en cualquier parte, sin mensaje profético y contextual, ello podría detonar en otro tipo de problemas, aunque a decir verdad, para mí, lo acontecido con el Terremoto y el invierno en el Sur de Chile, nos pone a la vanguardia, en cuanto a dolor y sufrimiento humano.

Wednesday, June 16, 2010

Los dones en procura de su liberación.






















Así es que debemos utilizar al máximo todos estos medios con que contamos, no debemos temer al rídiculo ni tampoco a que los demás nos hagan sentir que no tenemos nada que hacer dentro de esta realidad, nadie está demás, todos podemos ser potencialmente instrumentos en las manos del Señor, por muy humildes que sean nuestros dones o nuestros ministerios, la medida de fe con la que debemos actuar con respecto a ellos, determinará si son o no, finalmente, dados por Dios, o si solo hacemos las cosas porque nos tinca, pero en cualquiera de los casos, estoy seguro que la experiencia que uno es capaz de adquirir, siempre será favorable, aún a pesar de los críticos, todo en la vida es irrepetible, salvo la música de alabanza cristiana, que de una tu sacas otra, como plantillas, por ello el valor de enfrentarse a sí mismo a través de estas redes de comunicación, debe más bien motivarnos a salir de una vez para siempre, de este cascaron o enfrascamiento en el cual nos sumió el cristianismo de los seudo-profesionales de la fe actual.

Por ello es que yo no tengo miendo a que me critiquen cuando enfrento la realidad desde mis propios puntos de vista, no podría de otro modo, son los míos, y eso es lo que yo soy, otra cosa es hipocresía, mediocridad, no asumir compromisos con Dios, por ello, siempre pienso, "si no les gusta, al carajo", porque Dios no me ha pedido que escriba, ni canciones complacientes, ni que vuelva al Dúo Sal para dejar a medio mundo contento, o peor, que escriba en mi blog lo que la gente desea oír y no lo que debe oír. Pero pensando bien las cosas, si tomásemos como base las predicas y sermones de los profesionales de la fe comercial, entonces no tenemos nada que hacer aquí, simplemente estamos dando la hora, pasándonos el "rollo" nada más, ya que la fe comercial todo lo ha enturbiado con su "mierda de la prosperidad y cantos que no dicen ni una miserable verdad a la gente", por lo tanto, como yo no creo en todos esos falsos agoreros de la fe cristiana actual, y como tampoco los tengo en mi vida como parámetros ni espirituales ni morales, solo puedo decirles que no será fácil, porque nada de lo que uno haga con amor para el Señor, tiene valor dentro de esta porquería que llaman cristianismo, el gozo y la alabanza actual no te dejan expresar de otro modo lo que sientes, no existe otra medida, estamos colapsados de espiritualidad para detenernos en la letra de una canción honesta, que solo pretende hacer reflexionar a quienes debieran tener las agallas necesarias para abdicar de cualquier posible soborno venido de parte de la religión organizada, la mierda actual entonces, disfrazada de espiritualidad, se ha quedado para siempre nutriendo el alma de una cristiandad que no desea cambiar sus modos de conducta ni menos, hacerse responsable de las deslealtades cometidas contra los verdaderos siervos de Dios que no, precisamente, viven a expensas de lo que la religión comercial ofrece a sus meretrices.


Por ello los que nos encontramos fuera de esta urbe plasmada de ESPIRITUALIDAD sin par, tenemos otra opinión al respecto, comprendemos y aceptamos ciertas circunstancias de la vida desde otra perspectiva, por ello también, muchas personas leen nuestros trabajos, no se quedaron, "como la mina del comercial de los pañuelos desechables," "pegados en el pasado", ellos te urgen a que por lo menos declames alguna verdad en el hoy que todos vivimos, y que por lo menos tengas el coraje y la fuerza para confrontarlos, aunque sea de manera virtual, y no porque no tengas mensaje para declararle a todos estos parásitos de la fe lo que piensa Dios de ellos en forma personal, sino porque se encuentran protegidos por las propias castas evangélicas que se nutren de sus experiencias surealistas, y que para poder dominar a las masas, son necesarias este tipo de manifestaciones y no el canto de un pelafustan que cree estar diciendo ciertas verdades detrás de una simple y solitaria guitarra, por ello es que existen los disidentes, los apatriados, los sin bozales, los honestos, los jugados. Yo sé que a muchos cristianos evangélicos de nuestro país, puede que nisiquiera les interese como tema el gran drama de la profesionalización de la fe cristiana, ni de los infames que se han hecho rico a costa de alabar y cantar coritos a Dios, ese es un tema menor para algunos, se lo pasan por el forro, no les afecta, de ello mismo se deduce el por qué entonces tantas personas guardan un respeto y una fidelidad casi ilimitada a tantas agrupaciones que solo representan un nombre dentro de esta realidad, es que la guerra nominal tiene sus propios defensores, por lo tanto, cualquier otra temática puede hacer pensar a los creyentes que existe otros temas, otras cosas realmente valorables que pueden y deberían ser abordadas pero "YA", y que ni siquiera se nombran. En esto radica la convicción de mis parlamentos, ya que dentro, es poco lo que se puede decir y hacer, por lo tanto, las redes comunicacionales sociales pasan a convertirse ahora, y con la ayuda del Todopoderoso Señor de señores, en medios liberadores para quienes sí tienen algo que comentar o decir de lo que nos está ocurriendo como pueblo de Dios, y por supuesto, como sociedad toda.


Hay cosas que los profesionales de la fe simplemente no hacen ni toman en cuenta, cosas que son formativas y valoricas, cosas que gracias a Dios, aún son prácticas constantes en la vida de muchos hermanos de verdad que siguen las enseñanzas de Jesús, como visitar enfermos, hablar a los desposeídos, testificar desde la perspectiva más humana que es la predica a través de nuestras propias vidas, y otras muchas más, como la que nos propone la realidad periférica de la fe, la cual, llena de incertidumbres en lo económico y social, nos ofrece una perspectiva mucho más humana y cercana de un Dios que dista mucho de ser parecido al Dios que nos ofrecen hoy los burgueses y parásitos del cristianismo de la tecnocracia espiritual. Por ello además, es que me exalto también cuando me hablan ciertas personas de mi testimonio, como si yo no más cometiera errores, como si por sus críticas yo iba a dejar de hablar de Cristo a los demás, ¿y ellos? ¿acaso son perfectos? ¿Y si lo son, entonces, qué están haciendo en el evangelio? Porque tengo entendido que el Evangelio verdadero del Señor Jescucristo es para los que tienen dificultades y problemas, no para los que están pasándola como en el paraíso, no señores, no se equivoquen, la palabra AMOR, no está en la Biblia ni en el espíritu de la enseñanza apostólica, para ello existe otra palabra, mucho más cercana a la enseñanza cristiana de verdad, la palabra "CARIDAD", de la que hablaba el Apostol Pablo. Pero para qué voy a terminar predicando si ustedes saben de lo que estoy hablando, así que por ello también a veces no los pesco, no tengo tiempo para ellos, estoy definitivamente a disposición de los temas que me inquietan y me hacen perder el sueño, no tengo tiempo para recordarle el pasado a nadie, ni tampoco para que me recuerden lo que fui, sino, que me aborden por las cosas que ahora estoy haciendo y diciendo, no se puede vivir toda la vida de recuerdos y laureles que a lo mejor, te ganaste con sacrificio y en buena lid, debemos continuar, debemos avanzar para que el don pueda sufrir los efectos que debe sufrir si es que deseamos de verdad ser utilizados por Dios. Hay muchos cristianos que preferirían que uno les recordara el pasado cantándole lo que ya todos saben, pero yo no puedo hacer eso ni con mi vida ni con lo que Dios me ha dado, me importa demasiado el tiempo que estoy viviendo y sus problemas, devolverme significaría desertar, a una forma de pensar, al dolor de muchos seres humanos que esperan por lo menos ser tomados en cuenta en mi humilde propuesta. Lamentablemente, muchos cristianos al parecer, no entienden esto, o no se quieren dar cuenta, es como si se hubiesen quedado en la niñez, no han entendido que un hombre de Dios debe avanzar, crecer, madurar, abordar la existencia desde el lugar que le ha tocado vivir y no en el que otros desean asignarle, aunque todos piensen que estas equivocado, aunque rejuren que eres un desertor, pero si lo que haces, lo haces con la convicción de que Dios está detrás de todo, entonces, ¿de qué te preocupas? Dí tu mensaje, no tomes en cuenta la crítica, ni tampoco a los apernados de siempre que nunca produjeron absolutamente nada, y lo peor, es que tampoco apoyaron a los que tenían algo importante que hacer y decir en nuestro país, son los típicos obstáculos con que debe enfrentarse cualquiera que entienda el propósito de Dios desde otra perspectiva, ah, y lo peor, es que ellos no entienden ni una tilde acerca del arte, de la música o de dones, ¿para qué?, si todo lo que necesitan es solo adoradores, no personas con proyectos de diferentes naturalezas que puedan hacer pensar a la gente, que pongan en peligro con sus propuestas el Status Quo con el cual viven vegetando y dando leche para sí mismos, los siempre predecibles detractores de la verdad, urgente y motivante.

Con parámetros en la fe de esta calidad moral, uno no debe preocuparse de las críticas sino, de hacer bien su trabajo, de escribir lo mejor posible, de cantar con toda el alma lo que uno siente que debería cantar, y no convertirse en un mero repetidor de alabanzas ya resabidas, eso es parasitismo, eso es algo que no tiene valor, de ninguna clase, y lamentablemente los que tienen a su cargo la formación y representación de la fe cristiana evangélica en Chile, no saben hacer otra cosa, y lo peor de lo peor, es que meten todo en el mismo saco, no hacen ninguna clase de diferencias entre un canto y otro, entre una expresión y otra, para ellos, todo es igual, un canto evangelistico es semejante o igual a un contextual, que la adoración es esencial y nada puede ser mejor que adorar a Dios, y si Dios está tan preocupado por que le adoren, entonces, ¿para qué predicamos el evangelio a otras personas? En un medio con semejantes murallas delimitando la conciencia de los escritores o poetas de Cristo, es imposible producir verdaderas obras, todos quienes navegan en aquellas aguas, están condenados al más absoluto olvido, porque el verdadero Don, es el que va en beneficio de lo que Dios nos ha mandado a decir y hacer, todo lo demás es corrupción, es soborno, espiritual, cultural, material, como sea, es la manera como compran tu conciencia y bajan el perfil a lo que haces para hacer prevalecer tal vez, alguna moda venida desde México u otra partes en la cual ni conocen ni les interesa lo que pensamos nosotros, los disidentes de la fe cristiana evangélica chilena.


El que cree poseer un don entonces, debe saber que nada en la vida es fácil, que si tienes algo importante que decir, no serás jamás bien comprendido, todos te darán la espalda, porque son muy pocos los que se dan cuenta que intentas despertar tu propia inmovilidad con lo que haces, ello por lo tanto no será bien visto, lo rejuro aquí mismo, lo doy firmado, por ello no tengo problema en proclamarlo a los cuatro vientos, en decirlo, cantarlo o en publicarlo, son canallas disfrados de gente los que ponen los mayores obstáculos, ellos son los que han vestido el evangelio actual de cobardía, de inmoralidad, los inmorales no somos nosotros los separados, los convictos, los alcoholicos, los deudores de este sistema corrupto, etc., que a pesar de todas estas cosas en contra, seguimos amando y sirviendo a Dios, sino quienes, teniendo todos los medios, tanto, humanos como materiales, no han tenido la capacidad para capitalizar en la realidad, esta inmensa montaña de dones que Dios ha dado a muchos hermanos chilenos que hoy, por culpa de unos que nadie conoce en el campo de la creatividad, se encuentran en el más absoluto abandono y soledad, a eso si que yo le llamo inmoralidad, así que a no preocuparse, la industria de la fe comercial y nominal, seguirá ocupando la conciencia de muchos buenos critianos, mientras tanto, los dones deben tener utilidad, no para la exaltación humana, ni para servir a los propósitos de un pequeño grupo de personas sino, para dar a concer a las personas de este mundo y de este tiempo, que los cristianos aún, en este pedazo de tierra por lo menos, aunque no parezca, tenemos muchas cosas que decir. ¡Y eso es suficiente para justificar un Don en plena práctica!

Wednesday, June 09, 2010

¡El Don no debe claudicar, jamás!























He finalizado mi segundo libro de poesía y estoy muy agradecido, agradecido en primer lugar, de mi mujer, de mi esposa, porque no todas las mujeres viven junto a alguien que escribe en todo momento, que cuando ves una noticia que pudre aún más este mundo de sueños inconclusos, te expresas con todas tus fuerzas, y ella, a la distancia de un par de metros, es capaz de entender lo que te pasa y el por qué te duelen tanto las palabras que no se dijeron. Ahí ves tu ganancia, no en la cantidad de libros que pudieras con suerte vender si el destino te acompaña, tu labor comienza en la comprensión que tienen los demás, los que te rodean, los que viven contigo, de lo que eres capaz de hacer, aún con el dolor precipitándose en tus huesos, aún con la precariedad de quellos que no cuentan con respaldos económicos estatales para lanzarse al difícil precipicio de la creatividad.

Doy gracias a Dios también, porque no escribí estos versos para cantantes de moda cristianos, incluso para cristianos que siguen cantantes de moda, muy por el contrario, elegí el camino estrecho de la voz inquieta de los soñadores que no temen a los frios ni a las montañas, que para ver el mundo como es, siempre será necesario encaramarse un poco más alto que los demás, y nunca para sentirse superior o algo por el estilo, es más, aquí estoy, llevo más de una semana envuelto en mis sábanas soportando un dolor tangible que me vuelve inoperante, indigente para las pretenciones de un mundo que todo lo ha de traducir en dinero, pero que al final, no sirve para comprar la dicha que solo te proporciona lo que haces con más amor para que este mundo sea cada día un poquito mejor. Aquí, parapetado, alejado del bullicio de los músicos predecibles de la alabanza comercial, he culminado un sencillo trabajo que me tomó una infinidad de horas, minutos y tiempo que se tornaron interminables cuando en las noches el frio parecía congelar mis articulaciones, y yo, junto al ruido del mar, procesando lentamente las ideas, iba coleccionando las imágenes hasta convertirlas en lo que ahora son, un cuerpo, un pequeño y leve cuerpo de expresiones poéticas, una manifestación sincera del dolor que te provoca la mentira instalda en nuestras vidas, como si se tratara de algo sin valor o sin importancia, allí también reside el valor que tiene el trabajo de todos quienes, haciendo un gran esfuerzo, toman sus dones, se arman en la vida, y luego asumen, que aunque nada podrá cambiar el curso de los días que vivimos, el color, las formas, o el sonido que agragamos con amor a nuestras músicas, pertenecen a una cultura extinta en la conciencia de la gente que no entiende el valor de una sencilla pintura, un escrito, un poema, o una canción.

Hoy día todo es trivial, todo es pasajero, a nadie le importa si una madre, luego de atender a sus hijos y de hacer los quehaceres cotidianos, es capaz de armarse para emprender algún tipo de arte o artesanía, a eso yo le llamo en mi nuevo libro, "asesinato", "asesinato cultural", "asesinato espiritual", "asesinato moral", porque las manos de los hombres hoy día están manchadas, manchadas con la sangre de tantos hombres con talento que la religión hipócrita sepultó en el olvido, en la segregación espiritual, para dar a conocer a los hermanos, la última producción de un cantante cristiano mexicano que nadie sabe si lava o no los platos en donde come a diario. Pero eso a nadie le importa, el servicio ha sido reemplazado hace tiempo por el "servirse", es decir, pasar por alto a los demás y transformarlos en útiles, para cualquier cosa, hasta para lavar los neumáticos del auto del Obispo, para cualquier miseria inexplicable, lo trivial me inspira a continuar escribiendo entonces y animando a quienes tienen algo o mucho que decir, no está todo escrito ni dicho, Dios nos ha dado las manos y la ciencia del conocimiento para ponerla en práctica, no sólo para contemplar la escena de la vida cotidiana, sino que también, para claudicar, para hacer sentir nuestra desazón con un sistema religioso colapsado de miseria espiritual y cultural, en donde el creativo prácticamente es tratado como un paria.


Al finalizar éste, mi segundo libro de poesía, tengo la certeza que la muerte a que me había confinado la religión actual, no podrá con la fuerza de una resurrección que más que letra es una completa realidad en mi propia vida, por eso ignoro las críticas en este instante, carezco de palabras para los críticos que desdeñan desde sus plácidos horizontes de mediocridad, el trabajo honesto y perseverante de todos aquellos que colaboran en la creación de un mundo lo menos predecible posible. El alma, mi alma, abierta como un abanico de portentos, me indica que el silencio, más que silencio, llegará a ser un día, una forma de expresión que permita a los artesanos y creativos de la fe cristiana, los verdaderos guías de un pueblo que en sus rruinosas realidades templistas, no hacen más que vegetar y dormir, mientras, las manos de algún bondadoso ser humano, lleno de interrogantes y contradicciones tal vez, asume el rol por el cual la materia necesita ser tratada y transformada, hasta llegar a convertirlas en palabras, en mobiliarios, en rústicas propuestas, en artesanías que la nueva propuesta de la fe comercial, jamás podrá ser capaz de lograr, aún con todos sus millones y apoyos corporativos de por medio, porque no es el dinero lo que te hace ser lo que eres en el mundo de la fe, sino, lo que eres capaz de hacer aún careciendo de todo y estando lejos de todos.

Por ello tal vez es que estos nuevos representantes de la fe incapaz y sensual, no han sido capaces de entender ni menos hablar del carpintero de Galilea, si no saben ni conocen siquiera el nombre de las herramientas, ¿cómo podrían hablarnos de Él? Aún así se las han arreglado, aún así seguirán diciendo que lo conocen, que lo han oído y que de verdad lo siguen y siguen sus enseñanzas, lo extraño es que Él, como buen Carpintero, jamás prometió a sus discípulos dinero, por el contrario, solo contradicciones, problemas que a lo largo de la vida de cada uno de ellos, hizo que la fe en Jesucristo se transformara finalmente, en una forma de vida y de expresión original y sincera, más que en una escuela de cobardes y aturdidos que están llenos de temor porque la tierra sigue aún moviéndose y los mercaderes de profecías temporales, hacen nata dentro de la casta espiritual de los que viven y se nutren del miedo.


Gracias a Dios entonces, por darme la fuerza y el coraje de expandirme en medio del océano de los verbos para comprender que la vida que hoy vivimos, lejos de sentirla más humana, más cerca de Dios quizás, nos aleja diariamente del sentido verdadero por el cual un día Dios, nos dejó en este lugar para que pudieramos quererla, amarla y respetarla. Ningún minuto, ningún día que me tomé en la construcción de este trabajo, estuve lejos del mar, allí, la fuerza arrolladora de sus olas me hizo compreder que nuestras vidas, etiquetadas y formales, no son más que pequeños e inservibles granos de arena, y que si tienen algún sentido en ésta, nuestras frágiles existencias diarias, es solo porque Dios así lo quiere, de otro modo, nada en el mundo que vivimos tendría el valor que tiene, si cada una de nuestras pequeñas pero importantisimas experiencias fueran solamente producto de la coincidencia.