Sunday, May 30, 2010

La cara perversa de los mercenarios de la fe.






















Cuando un hombre que dice ser de Dios dentro de este podrido sistema, carece de mensaje y no tiene más causa en su vida que cantar y cantar alabanzas, y además, posee una enorme fijación con respecto al dinero y su utilización, es que estamos frente a una de las más terroríficas maneras de hacer fe en medio de un mundo en donde la palabra simplemente ya no tiene sentido. Frente a esta clase de putas religiosas, nuestros pecados parecen bromas de jardínes infantiles, y lo peor, es que se hacen las víctimas cuando alguien los confronta con verdades basadas en la verdad suprema que nos revela La Biblia.

Por ello es que estoy cansado, por eso mismo es que ya no creo en la realidad evangélica, no creo en sus parámetros espirituales, en los bíblicos, en los morales, que sólo tienen base en las mentes enfermas de personas que no saben lo que es vivir la vida en toda su genuina dimensión. Ello es lo que me ha producido un agotamiento mental y espiritual, porque no tengo ya herramientas para confrontar semejantes molinos de viento. En un momento pensé que tal vez Dios quería que defendiera la fe evangélica tradicional, y estuve de acuerdo, pero pasado los años, me he dado cuenta que estaba en un profundo error, porque cada cual deberá dar cuenta de sí mismo, y yo, yo no estoy dispuesto a defender a quienes le interesa un carajo el peso de la verdad, por muy evidente que ella sea, eso si que no, puede que tenga cierta simpatía por algunas congregaciones, algunos hermanos, pero en pleno uso de mis convicciones y de los dones que Él, algún día me dió, siento que es una verdadera pérdida de tiempo intentar siquiera sacar a ciertos cristianos de su inmovilidad.


Pero bueno, luego de ver una y otra vez cada uno de los videos que en youtube muestran al verdadero Marco Witt, me asquea aún más la fe evangélica, me produce nauseas el que ellos piensen que son los portadores y defensores de la verdad, cuando en la realidad, no defienden ni han protegido nada, ni tampoco el enorme caudal que Dios les ha dado en cuanto a palabra y creatividad. Más preocupados de lucir su altanería espiritual, esta escuela de montoneros y perversos, se ha adueñado de todo lo que podría haber servido para que muchas personas pudiesen haber tenido un encuentro con Jesucristo, pero qué han hecho? ¿A qué se han dedicado en este tiempo? A construir catedrales, al igual que Roma. ¡Luego se enojan porque uno los compara! A fomentar sus propios dogmas de fe, a defender lo que no tiene defensa, vivir sin confrontar absolutamente nada, luego, para justificar su propia mediocridad e incapacidad para enfrentar y dar lucha a esta realidad, hablan de los malos testimonios, como si esos llamados "malos testimonios" fueran la causa del enriquecimiento y avaricia que hoy día nutre el alma del cristianismo evangélico. ¡Que descarados! ¡Que cobardes más grandes! ¡Que mata de embaucadores! Cuando muchas de esas personas que han pasado por problemas realmente dolorosos en la vida, en muchos de los casos, han advertido que el camino ofrecido por las grandes aspiradoras de conciencias, solo se trataba de mantener viva una imagen, una imagen que solo favorece en el mayor de los casos, a quienes ven en la fe del Hijo del Hombre, un medio para mantener el estado de indiferencia y de costumbrismos que no salvan ni ayudan a quienes realmente necesitan de un salvador, aquí, y en este preciso momento.

Esa es la razón de por qué me he ido desprendiendo cada día un poco más de toda esta porquería que dicen llamar, "vida espiritual", que no es otra cosa más que, una invasión a la conciencia y poder de decisión que Dios nos ha dado a todos los seres humanos que tenemos inteligencia, todo lo demás es solo una excusa, para manipular, para hacernos esclavos, para convertirnos en enanitos espirituales, cosa que nuestras ideas pasen inadvertidas, que nuestras objeciones no tengan efecto sobre sus escurridizas y siempre ilusas realidades. Yo me opongo a todo ello, solo para eso estoy aquí, para oponerme, para nunca claudicar, aunque a nadie le importe si tengo o no plata a fin de mes para comprarme siquiera mis medicamentos, persisto y persistiré, hasta cuando ya no quede absolutamente nada por qué luchar, mientras tanto, todavía tengo muchas cosas que decir, mucho que cantar, mucho que escribir, y todos esos pernos que dudan de que Dios nos ha dado esta fuerza para enfrentar esta triste realidad, se equivocan, pueden cerrarme todas las puertas de los templos que han construido, puede que no les importe un carajo lo que a mi me pasa, pero aquí estaré, de aquí no me moveré, si Dios me puso aquí, aquí estaré, por eso tengo fuerza aún, aunque a veces me agoten de verdad, para encarar a los seguidores de falsos profetas e hipócritas cantantes que no saben ni donde están parados, que sólo viven hablando del dinero y de la prosperidad material, evadiendo el peso de la realidad que nos vincula a Cristo, que para hacer su Ministerio, no necesito toda la plata que ellos necesitan para darle a otro ser humano un mensaje de esperanza.


Pero La Escritura se quedó corta con ellos, y con sus seguidores, con los hipócritas, con los que hacen olas en torno a ellos para que nada malo les acontezca, cosa que sus familias y sus bolsillos se encuentren a salvo, y no tengan que sufrir el rigor de la vida que vivimos todos cual más cual menos. La Escritura solo nos da ciertas caracteristicas, no nos permite ahondar en ciertos temas importantísimos, pero el Espíritu, el Santo me refiero, no el de los dueños de la carroña actual, nos urge a decir lo que hay en nuestros corazones, Él lo dijo, "no estéis preocupados por lo que vais a decir..." Pero mejor leamos este esquisito menú para nuestro paladar espiritual:


Lucas

Capítulo 12

12:1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
12:2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
12:3 Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
12:4 Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
12:5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
12:6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
12:7 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
12:8 Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
12:9 mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
12:10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
12:11 Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir;
12:12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.
12:13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
12:14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
12:16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
12:17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
12:18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
12:19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
12:20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
12:21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
12:22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
12:23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
12:25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura uncodo?
12:26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
12:27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
12:28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
12:29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
12:30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
12:31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
12:32 No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
12:33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
12:34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
12:35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
12:36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
12:37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.
12:38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.
12:39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
12:40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.


¿Delicioso no? ¿Pero piensan ustedes que esto les va a afectar en algo a los que han ultrajado la fe de Cristo? Para nada, el negocio es bueno, siempre ha sido así, es histórico, la evasión no tiene límites, porque las reglas morales las han ideado ellos mismos, para impedir que el OJO que todo lo ve, pueda inquirir, pueda asestar con su eterna justicia en el lugar y en el momento debido, eso nada más, porque están seguros que todo esto se puede evadir con un Valium o un CD de alabanzas. Nosotros en cambio, no podemos dormir, no podemos renunciar, no nos está dado echarnos como las vacas, el Evangelio que poseemos, ha sido dictado para que no durmamos en ningún momento, porque todo está en veremos, aún estamos en vigilia, aunque ellos digan que están de fiesta, que lo están pasando "la raja", se dan el lujo de ignorar nuestras verdades, se detienen en pequeñeces, como los fariseos, porque jamás podrían enfrentar un problema profundo de la fe con hombría, son demasiado cobardes como para afrontar, como para quedarse esperando dentro de la cueva, al igual que el profeta Elías, que Dios hable claro, y no por signos. Por eso me apestan muchos de ellos, porque si no hicieran daño, hasta estaría dispuesto a perdonarlos, pero no, que se queden así como están, bailando al ritmo de la batuta que les proporciona Witt y toda esa casta de cobardes, por eso también yo no sirvo a la empresa de Marco, porque me salgo de madre, porque cuando la rabia me muerde el alma y mi conciencia, la voz de mi canto se vuelve pedernal, y él, no necesita libre pensadores, menos a quienes pongan en duda su espiritualidad, son un gran peligro, él solo necesita predecibles a su lado, gente que no ponga en duda absolutamente nada y que no haga grandes preguntas, ¿entonces? ¿Qué es un hombre de Dios para esta clase de mercenarios?


Pues bien, cuando un hombre que dice ser de Dios o enviado de Dios, carece de contradicciones con el sistema y lo defiende con su silencio criminal, para no ensuciar las letras de sus bellas composiciones y no poner en peligro su estúpida imagen de idiota, y se mantiene además alejado de las estadisticas siempre al borde del terror con respecto al hambre y la pobreza en este mundo, para que, finalmente, termine por amoldar a sus requerimientos una de las únicas herramientas poderosas que nos ha dejado el Señor para combatir el egoísmo y el enriquecimiento, como es el Evangelio del Señor Jesucristo y decir a sus hijos que deben ser "millonarios", entonces, ¿de qué hablamos? ¡De perros espirituales! ¡De cercenadores del Cuerpo! Pero que no actúan sin cómplices, porque la propia realidad evangélica ha sido su más fuerte protector, así de caras duras, por lo tanto, si hemos de vivir aún una fe indigente, que sea con dignidad, para que nadie irrumpa en nuestras vidas y nos enrostre algo que podría palidecer lo único que nos va quedando como testimonio de su amor, y que es, la obra del Espíritu Santo en nuestras propias vidas.

Tuesday, May 18, 2010

El alma humana, un muy codiciado tesoro divino, siempre en peligro.





















¿Pero por qué nuestras almas? ¿Qué representa en el campo de la fe actual nuestra alma? ¿Ignoramos acaso, como cristianos, el valor de nuestra alma y de su importancia en el desarrollo del propósito divino? Desde hace mucho tiempo que el enemigo del alma ha ido cambiando su estrategia, y esto no es nuevo, no es algo que yo mismo haya descubierto, solo es necesario leer un poco La Palabra de Dios, el contexto en que nos movemos, y mirar, de qué modo él nos está limitando nuestro accionar dentro de éste, su sistema, para darnos cuenta que nada nos pertenece, porque nada de lo que hoy nos ofrece puede trascender en la vida del espíritu y del alma, por el contrario, todo aquello que está en oferta, puede afectar poderosa y negativamente nuestra propia relación con el Señor, de ello no hay ninguna duda, y cómo podría haberla, si no es necesario saber tanto para interpretar o entender cuál es finalmente el objetivo de un enemigo que con el tiempo, así como la tecnología, ha ido actualizando su manera de atacar o de afectar la vida del cristiano. Esta modernización, le ha permitido al enemigo número uno de nuestras vidas, avanzar con respecto a la estrategia que se debe utilizar frente a la incursión del hombre en el campo de las ciencias, y por supuesto, en el área de las comunicaciones, específicamente en lo que respecta a la realidad virtual. Aquí, verdaderamente, él es rey y señor, aquí no tiene competidores, más aún cuando el cristianismo, a pesar de haberse habituado y hecho uso de tales medios, en relación a sus estrategias, no ha sufrido ningún tipo de modificación, ya sea en su línea de pensamiento como en su masificación, lo que trasunta en una muy pobre y repetitiva forma de manifestar la fe cristiana, basada sólo en experiencias de carácter sectario y muy apartadas de la realidad contextual, situación que obviamente, no afecta en lo más mínimo a la realidad de quienes necesitan urgentemente otra clase de envestida por parte de los cristianos actuales.


Pues bien, junto con debilitar las defensas naturales que Dios nos ha dado para impedir que él y sus agentes nos invadan con toda su decadente influencia, el gran logro de este lúgubre personaje, es haber puesto en el centro de la vida del hombre, una cantidad enorme de elementos que prueban, bajo su dominio territorial, primero, que Dios no existe o no es verdad lo que decimos acerca de Dios, y luego, que el prójimo, como persona humana, no vale la pena respetarlo y definirlo como imagen de un Dios en el cual radica y se origina la verdad suprema con la cual deberían subsistir los propios hombres. Entonces, su logro se encuentra vigente, él puede exhibir y exhibirse a través de otros seres humanos, dando a conocer que su postura o fundamento, sí posee el recurso que al cristianismo le falta, la demostración, es decir, dar cuenta que una filosofía de vida como la nuestra, es efectiva si la propia cristiandad está dispuesta a permitir que el gobierno de Dios sea un hecho en la vida práctica y diaria de todo ser humano que cree en la existencia de Dios, y que además, no está dispuesto a transar con los principios que ha decidido defender hasta el final.


Pero en la realidad, pareciera que la guerra la estamos perdiendo, que todo esfuerzo que hacemos por mejorar nuestra condición, humana y espiritual, carece de importancia cuando observamos que la humanidad no acepta que la cosa va de mal en peor, es una realidad, uno se podría preguntar, ¿cuál podría ser el propósito que persigue Dios detrás de una catástrofe como la que nos ha acontecido, si de verdad ÉL la ha permitido? ¿Mejorar acaso la condición humana? ¿Hacer de un Chile como el nuestro más respetuoso de los derechos de los demás? ¿Qué nuestra relación con el vecino sea mucho más plena en todo los sentidos posibles? Cuando uno ve la realidad se da cuenta que nada de ello es verdad, si alguien pensó que Chile miraría con mayor respeto las cosas de Dios después de un terremoto y un tsunami como el que arrasó nuestra realidad el verano pasado, está completamente equivocado, lo último que podríamos pensar es esto, porque, como decía, yo no creo que Dios esté permitido todo este enorme sufrimiento para hacer cambiar la dirección de nuestras vidas, por lo menos en forma global o general, porque en la realidad nada ha cambiado, todo, sino sigue igual, incluso, se podría decir que ha empeorado, se siguen cometiendo tantos asesinatos como ayer, suicidios, abusos a menores, prostitución, venta de drogas, y un sinfín de otras cosas más que añaden a nuestra reflexión, un fuerte llamado de atención para pensar que todavía no están dichas totalmente todas las cosas, por lo menos en el plano de Dios, la cadena aún no se rompe, el mal acecha, no dormimos seguros, despertamos para saber que en algún punto de nuestra patria, alguien trasgredió la ley humana y divina, y nuevamente, el circulo decadente se hace visible, aterrándonos, invadiéndonos, de manera que nuestra fe llegue a su límite máximo, sin siquiera tener que tocar el diablo, un solo y pequeño grupo de células de nuestro organismo, esa es la gran tragedia de nuestra verdad, el no saber distinguir la manera de cómo estamos siendo acechados por él, ello es lo que alimenta y produce un tipo de cristianismo en el cual, ni siquiera se condena, ni menos se comprende, la manera en que todo esta barbarie espiritual y moral, acecha de manera artera e injusta nuestras frágiles formas de vivir, a vista y paciencia de ellos, con la venia y permisibidad de los grandes promotores de avivamientos sintéticos, los cuales ni siquiera se hayan interesados en el problema actual de la fe cristiana.


Teniendo toda clase de posibilidades para escapar de la envestida del Evangelio, él y sus agentes, logran zafarse de la crítica y así, formar verdaderos escuadrones que detengan el avance de una verdad que hace tiempo dejo de ser radical para la vida de los propios cristianos, allí se encuentra el efecto de su mentira, allí se encuentra su mayor y más sobresaliente logro, porque mientras algunos descansan en la bendición material, o en los escaparates que ofrece el cristianismo comercial, gran parte de la humanidad, incluida nuestra patria, acceden y abren sus puertas a un sin número de expresiones que relativizan no sólo la existencia de Dios, sino que además, desconectan al ser humano de sí mismo, negándoles la oportunidad de valorizar la vida del alma y así, ocultarnos el daño que causa cualquier forma de pecado que entre en nuestras vidas.
Decidir hacer frente a esta clase de realidad desde el lado de Dios, es sumamente costoso, nada es gratis, la histeria es colectiva, el sistema nos ha programado para que, sentados en el living de nuestra casa, absorbamos todas las mentiras y medias verdades que los noticieros acostumbrados, nos dejan caer a diario como verdaderos bombardeos nucleares, ello nos electrifica contra la verdad suprema, nos genera un espíritu dual que nos pone en medio de la batalla sin tener que tomar ninguna clase de partido, así te llenas de paz, así el conflicto no tocará jamás las puertas de tu existencia, por lo tanto, el problema al trasladarse a la vida espiritual, genera otro tipo de controversias, en las cuales, el cristianismo simplemente pasa inadvertido. Ser honesto en tal circunstancia, puede hacer temblar tus posiciones en este tablero, puedes poner en riesgo todas tus ganancias, aunque el costo haya sido enorme, pero la honestidad no es convincente para nadie, la dualidad, o vivir una doble vida, es mucho más apetitosa en la vertiente de la vida diaria, además, está de moda, ser o no ser hombre, ser o no ser mujer, ¿ser qué entonces? Si el periodismo nutre el ALMA de una nación informándonos que tal o cual cantante de moda si hizo o era GUY. Por ello, si no quieres perder lo ganado, te recomiendo que te quedes como estás, porque te van a criticar, te van a despedazar, usarán todas sus artimañas con tal de destruir tu imagen real, no la inventada por la religión o el sistema, es un hecho probado, todas tus decisiones además, de ahí en adelante van a ser tomadas en cuenta, porque van a aponer en duda todas tus aprensiones con respecto al cristianismo, el hecho de sacarte la máscara y de ver a la vida y a Dios tal cual como lo sientes, según ellos, te deja absolutamente fuera de toda realidad espiritual, es decir, se trata de un verdadero asesinato, te haces un honesto, y
estás muerto, decidida y totalmente muerto.
Antes, eso sí, como te abras dado cuenta lamentablemente que el cristianismo actual, abordado por todo tipo de desidias y orgullos compatibles con el poder de las masas, ha ido perdiendo su efectividad dentro de tus propias líneas de guerra, te dirán qué debes de hacer antes de que ellos te den la oportunidad de oírte, seguramente algún tipo de gimnasia espiritual que pueda poner tu corazón en la línea de la fe convencional, para que no te pierdas. Luego, sin más ni menos, te dirán que estás equivocado, aunque poseas todas estas pruebas de que no es así, los embaucadores a veces se encuentran dentro del propio cristianismo, y esto tampoco es nuevo, ¿pues dónde piensan algunos que empezó a tener sentido la palabra Apostasía? Por ello es que tener claro lo que queremos y creemos en estos días, tiene una importancia vital a la hora de servir a Dios, tratándose la fe cristiana, nuestra fe, de principios heredados por los padres de La Iglesia Primitiva, allí uno podría pensar que en algún momento alguien aparecerá y te derribará porque decidiste alzar la voz en medio de una realidad en donde el silencio cómplice de los propios cristianos, es un verdad de este porte, pero no es así, nadie aparecerá para quitarte la vida o herir tu cuerpo porque anunciaste La Venida de Cristo fuera del contexto de la realidad eclesiástica o dentro de ella misma, por el contrario, es más probable que allá afuera seas más oído y comprendido por aquellos que en su indigencia espiritual y humana, necesitan que alguien, parecido a un buen cristiano, vaya y les declare el amor de Dios en toda su poderosa realidad del perdón.


Es obvio que el diablo no descansa, mientras el cristianismo duerme, nadie podría objetar semejante verdad, la violencia con que a veces ataca al hombre, nos deja perplejos, nos hiela y no deja estupefactos, pues toda noticia que el periodismo amarillista pone en nuestras conciencias a diario, sirve como instrumento para que la sobre-exaltación de la maldad en nuestro mundo, nos haga indiferentes a la verdad que Su Palabra nos revela con respecto a la condición de la humanidad antes de que Él aparezca en este mundo. El diablo en tanto, seguirá ocultando el valor del perdón para el hombre, entonces, la vertiente irá decayendo más y más, sin dejar ninguna pausa para el reecuentro, sin ofrecer un salida a quienes de verdad desean el cambio desde mucho antes del terremoto, aunque ello cueste la vida, la vida del alma obviamente, porque el alma es intangible, por lo tanto, no tiene valor comercial, es una realidad que nos cuesta sobrellevar, igual que la de tener que soportar a diario, a un grupo de ignorantes que no aprendió que el valor supremo de vivir en comunidad, es vivir y dejar vivir a los demás, qué otra cosa mayor nos enseña la Torá, sino el respeto por el prójimo. Lamentablemente nos hayamos muy lejos de aquello, ni siquiera hemos despegado, menos emprendido el vuelo, así que sólo nos resta clamar, seguir elevando oraciones y plegarias que vayan más allá de nuestros propios límites de fe, que con la ayuda del Señor, nos ayuden a mirar la misericordia de Dios como un hecho real y concluyente en el campo de las emociones, que han sido fuertemente dañadas por un enemigo que no descansa, allí debería centrarse toda nuestra atención, porque si una sola alma puede producir un gran gozo en el cielo cuando ella se convierte o cambia de dirección, también deberíamos valorizar la de aquellos hermanos que con tanto esfuerzo, logran asirse a diario de una verdad, ignorada y desvalorizada por acciones de hombres que hoy en día, solo se hayan dependiendo de la bonanza material que les ofrece la esclavitud de una vida basada en la materia más que en la vida del alma.


El alma entonces, seguirá siendo un bello misterio que nos rodea, un misterio inconcluso que a pesar de no comprenderlo muy bien, nos hace tanto bien cuando vemos y entendemos que sin nuestra alma, no sabríamos donde depositar la riquezas que el Señor nos ha dejado para que nuestras vidas se hallen más cerca de su grande y bendita voluntad. Nuestra alma entonces, deposito de las grandes verdades celestiales, debe ser protegida con toda la fuerza de nuestros corazones, sin alma, nada tenemos para compartir, el alma que el Señor nos ha dado, pretende proyectarnos más allá de las mezquindades humanas, el esfuerzo que pongamos para salvaguardar su seguridad, irá en proporción directa con lo que Dios desea que descubramos a través de Él, de esa vida que nos espera allá en la eternidad, aunque el mundo en que vivimos, ya no desee tener este tipo de reflexiones, el caso es que el alma existe, y por lo tanto, un pedazo de cielo y de Dios, se encuentran dentro de nosotros mismos, lo que no es menor, y si rechazamos su importancia, estaremos perdiendo la gran oportunidad de entender hacia dónde y cómo dirigir nuestras vidas sin tener que evadir el fuerte peso de la verdad enraizada en nuestra propia y genuina vida del alma.

Friday, May 14, 2010

La precaria fe que me acompaña.






















Pero nos encontramos sitiados, al menos es lo que yo siento, es lo que yo estoy viviendo, si bien el enemigo del cristianismo no nos quita la vida de cuajo, nos ataca el alma, con su carroñera y distintiva forma de hacer lo que no es debido, nos va agobiando de a poco, de manera que en algún momento ya no tengas ni la fuerza ni el deseo de continuar. Esa es la naturaleza, a mi modo de pensar, de la guerra que hoy día estamos sosteniendo, no nos deja ninguna clase de alternativas, nos cierra de pronto todas las puertas y nos vemos indigentes, desnudos, empequeñecidos, casi invisibles para una realidad llena de acciones costumbristas que no contribuyen a nuestra edificación, al contrario, añaden a nuestra precaria realidad un vacío más, un espacio que no sabemos cómo podríamos llenar. En este intertanto comenzamos a gemir, a gritar a veces, pero es inútil, resulta que Dios no nos oye, eso es lo que sentimos, y no mientan, porque nos ocurre más de las veces, es que nos cuesta comprender que nuestras vidas están llenas de procesos, lentos y abismantes para el entendimiento de una mente que surge en las mañanas para intentar de nuevo reconstruir el presente.


El mundo se nos presenta entonces como una fuerza arrolladora, destructiva e incoherente, por lo menos para la forma de pensar de alguien que ha conocido la realidad de un Dios que nos jura guardarnos hasta el día de su Venida. Pero si aquello no tuviese la fuerza que yo creo tiene, estoy seguro que hace mucho tiempo atrás hubiese dejado de creer, porque tengo todas estas razones atragantándome los huesos como para dejar de pensar en etéreas realidades que a veces me parecen distantes y lejanas para una realidad llena de angustias y sufrimientos que no nos permiten a veces cerrar los ojos por la noche y descansar. Así el cristianismo, nuestro cristianismo, no sé si se fortalece más o se debilita más, no lo entiendo, ni tampoco en este instante deseo entenderlo, porque la vida se nos ha puesto cuesta arriba y todas las fuerzas son necesarias para continuar, entonces, cualquier giro en nuestro modo de pensar y de creer la fe que tenemos, puede ser lapidaria, más aún si nos hemos puesto en el lado de la vertiginosa y contradictoria verdad, es algo que no quisiera ni pensarlo, pero es así, soy un hombre como cualquiera de ustedes, y si Dios me ha dado este pequeño espacio, no será para mentirles ni hacer como si la realidad no me afectara, no soy un súper hombre que responde a parámetros actuales de fe, por el contrario, añoro otras cosas, pienso me planteo otras ideas de continuo, para no quedarme estancado en la realidad, para no sucumbir a los encantos de la mediocridad que nos ofrece este espanto de vida llamado globalización. Dios no me permitiría mentirles un solo párrafo, saldría volando de inmediato si me pusiera novelesco y pintoresco, Dios desea que hable de mis desencantos, de lo aburrida que me parece la vida que estamos viviendo, de lo predecible que suelen parecerme los programas basura que nos ofrece la televisión comercial.


Mi fe entonces, se debilita, necesito orar, apartarme de vez en cuando y traer a mi alma toda clase de palabra que me vuelva perentorio al propósito por el cual Dios un día me llamó. Pero no creo ser el único, sé que muchos de ustedes, si no están en la misma condición, por lo menos en algún momento se han sentido así, desgastados, ahogados por un sistema que desea la completa destrucción de tu alma, a cualquier precio, y en cualquier lugar. De esta manera, la sangre comienza a fluir dentro de nosotros mismos, nos urge aquella voz, aquél sonido que se precipita desde la misma montaña y entre los árboles a veces, y que nos vuelve a mostrar la senda que hemos dejado atrás, la de la sencillez, la de la humildad, la de pararnos en esta realidad sin dejar de pensar en un Dios que en vez de apartarnos de Él, nos llama, a cada momento, en cada espacio de este planeta, porque Él es capaz de hacerlo sin que la televisión pueda percibirlo ni menos comprenderlo, sin que los grandes paradigma de esta realidad colapsada de estupidez, lo puedan advertir, para ellos, la fe no tiene problemáticas, no tiene contradicciones, es tan obvia, como sus vidas, como sus creencias, se han producido para inmunizarse contra lo desconocido, contra lo que no pueden entender, por ello recurren a los tarotistas, a los numerólogos, a los altruistas, a los astrólogos, de los cuales se encuentra llena nuestra sociedad, allí concurren hasta presidentes de las grandes naciones, juran que allí está la respuesta, no tienen otras iniciativas como para aguardar una respuesta de la propia naturaleza que nos rodea, por ello tampoco no la protegen, la utilizan como mercancía, porque los únicos que ganan con el derrame de petróleo en cualquier parte del mundo, son los millonarios que ven aumentadas sus arcas porque el precio de este vital elemento de la naturaleza, sigue subiendo a las nubes y nosotros desde aquí solo atinamos a mirar, porque, como decía antes, se trata ahora de otra clase de poder.


Por ello también, es que no subo a la montaña ni voy al bosque solo para contemplar y contemplarme como hacen los de la New Age u otra clase de institución basada en la meditación trascendental, voy en busca de respuestas, subo por razón del propósito, sé cuál es el color de las hojas en otoño y el olor que expele la tierra cuando se humedece, pero lo que busco va más allá de ese estrato, más allá de la raíz incluso de estos árboles que nos rodean, que nos ofrecen sus súplicas, que convergen en silenciosos movimientos, señalándonos el cielo que se abre de pronto y nos deja un pequeño espacio por donde deberían emprender el vuelo nuestras oraciones, por humanas que fuesen, por lo simples que parecieran, oraciones al fin y al cabo que nos muestran como somos realmente en nuestro fuero interno, “humanos”, “extinguibles”, “frágiles”, desnudos en medio de un mundo que burla el andar de nuestra precaria fe, la que naufraga por culpa de un mundo que no acepta el hecho de que Dios ha querido subsanar el daño que el pecado ha producido en nuestra alma, enviándonos a su propio hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados. Todo lo ha burlado el hombre por culpa del pecado, todo lo que podría mejorar su condición, todo lo que pudo haber cambiado en gran parte la realidad que nos acongoja, por eso hay que seguir orando, hay que continuar rogando, el cristianismo es una de las pocas formas o filosofías de vida que van quedando en este mundo que pretenden mostrar al hombre lo más humano posible, desde el hecho de reconocernos pecadores frente a un Dios que todo nos ha dado para que seamos diferentes, hasta la gracia de darnos cuenta que no estamos solo en este mundo para multiplicarnos o hacernos esclavos de alguna droga, por el contrario, una simple plegaria en el pequeño cuarto en donde se desarrolla nuestro mundo interior, puede hacer colapsar la seguridad de un sistema que no desea que los hombres ni los niños hablen ni proclamen a Jesucristo como el Señor de sus vidas, al contrario, lo objeta, lo niega, lo contradice, se burla de nuestras convicciones, por ello, muchos de los que pertenecen y sirven a este sistema, eligen la religión, para no tener que perder el tiempo en reflexionar si es o no verdad que Jesucristo perdona nuestros pecados, para no perder los estribos cuando Dios pareciera no estar oyendo nuestras oraciones, es más simple ser un religioso, un antipático creyente de todo y de nada, un protector de verdades que sólo se proclaman dentro de una realidad templista, pero que no afecta en lo más mínimo a quienes deberían tener una larga y honesta conversación con Dios.


Entonces ya no estamos tan solos, entonces la montaña o los lugares en donde aún quedan vestigios de la naturaleza que Dios creó, también pueden ser un templo, sin murallas, sin límites para mirar y contemplar a Dios, un lugar en donde podamos huir del ruido espantoso de la ciudad y tengamos la ocasión de escuchar a los demás, sin interrupciones, sin tener que demolernos los oídos con la música de moda que hoy día destruye a gran parte de nuestra juventud y adolescencia, el gran y valioso tesoro de nuestra humanidad. Allí podemos llevar nuestras inquietudes y abrirnos de manera que nuestra fe no se malgaste en lujuriosas ni sensuales propuestas que están desmantelando la verdad de Dios en el corazón del ser humano, allí todavía podemos poner a salvo lo que nos cuesta tanto defender y proteger en nuestra lucha diaria, de otro modo, solo estamos condenados a depender una vez más de lo que nos ofrezca la cartelera religiosa o el menú comercial de la fe actual. Romper con el estigma no será para nada fácil, por lo menos así lo siento yo, hay que pagar un precio, algo hay que dejar atrás, tal vez la mentira que hemos sostenido por muchos años, la cual solo conocemos nosotros, algún tipo de esclavitud que no hemos sido capaces de confesar para que Dios nos haga libres y al fin podamos proclamar al mundo entero, que Dios perdona y libera, no sé, cual sea la condición, de algo si estoy seguro, y es que Dios aún sigue perdonando, aún sigue ayudando al hombre agobiado que está dispuesto a elevar una sencilla oración y pedir perdón, eso es cabal, inobjetable, el cielo para aquellos, aún representa una ventana, una puerta que se abre, para muchos quizás solo un enorme espacio lleno de luces y planetas inhabitados, pero, jamás un lugar, como el enorme y constelado universo que a diario vemos, puede seguir siendo el mismo, como el alma del hombre luego que éste ha conocido y despertado a la verdad de un Dios que en lo profundo de su genuina y distante naturaleza, nos sigue amando, nos sigue oyendo, a pesar de todas y cada una de nuestras inevitables contradicciones.

Monday, May 10, 2010

El cristianismo actual en la cuerda floja.























¿Cómo es que logramos asirnos de Dios cuando caemos sin perder el equilibrio? ¿Cómo es que las manos no se quiebran cuando intentan deterner la vertiente de los años que nos arrastran? Los días transcurren, inexorablemente, nos impiden realizar otra clase de movimientos, por ello es que debemos aprender a contenernos, aprender a sabernos indefensos cuando la realidad se nos muestra poderosa, impenetrable, metálica a veces, ofreciendo a nuestras frágiles realidades, una interminable y poco original cartelera de posibilidades que podrían hacernos cambiar rápidamente de opinión con respecto a Dios. Pero no estamos preparados para aquello, hemos sido creados para resisitir, para no tener que evitar el paso suave de los rayos que atraviesan los altos ramajes y llegar hasta nuestras miradas, deteniéndose, adormeciéndose, porque allí nos recuerdan que estamos de paso, que la luz no digiere nuestros cuerpos, aunque de repente parecieran estar partiéndose, en miles de pedazos de sueños y de vidas que nunca conocimos ni vivimos, en estractos de versos que nunca fuimos capaces de escribir. Por ello es que aunque tememos, como cualquier mortal, a lo impredecible, continuamos, accedemos a lo inevitable, sin dejar lugar a las dudas, en exiguas caminatas tras el lento paso de las horas hasta que la noche aparezca y nuevamente volvamos a nuestro centro, a donde pertenecen todas nuestras urgencias, todas nuestras innumerables necesidades.

Por ello es que las palabras no se extinguen, como las civilizaciones, por ello es que la lluvia y las tormentas no logran arrancarlas de nuestras almas y convertirlas en silencio, son demasiado poderosas como para borrarlas de repente, como para que de un momento a otro desaparezcan y ya no quede un solo espacio en este enorme universo en donde nuestros gestos y nuestras miradas, sean conocidas como tal, como simples y mortales formas en las que Dios, manifestándose a traves de nosotros mismos, proclame al universo entero su verdadera esencia de bien y de bondad, de esa benevolencia que la humanidad entera, cansada de luchar, no desea conquistar.



Hoy día, son otras las necesidades, estamos y nos hemos preparados para absorver la basura cósmica que nos trae la estupidez en formatos imposibles de describir, por ser infinitamente numerosos, por carecer de aquellas cosas que dicen diferenciarnos de los animales. En ello estamos detenidos, como las islas en medio del océano, sin poder avanzar un centímetro más, parpadeando y dejando pasar el tiempo sin que la realidad logre disipar de nuestras vidas, el incontenible hedor que deja sobre nuestras conciencias la insuperable fuerza de la estupidez, y el poderoso y alienante dominio del absurdo. ¿Pero cómo evadirlo entonces, cómo alejarnos de aquello, cómo mantenernos parapetados sin perder de vista el transe de la subsistencia diaria? Todo está dirigido entonces, a que perdamos el Norte, a que carezca de sentido nuestra lucha diaria, a que no tengamos necesidad de discutir con Dios el problema de nuestra estancia sobre este planeta colapsado de males, a que aceptemos sin motivo alguno el que la maldad nos supera a veces y el estigmatizante anhelo de este mundo parezca sobrepasarnos. Este no es tema relevante, no es tema que pueda discutirse desde un púlpito, pero sí aceptamos que la estupidez inunde nuestros hogares a cualquier hora, en cualquier momento, sin darnos absolutamente ninguna tregua, nos han inmovilizado para pensar, para criticar lo criticable, lo inadmisible, lo que no dicen los noticiarios. La ética de la insolencia es arrastrada y ahogada entonces en cualquier fangosa esquina, en algún podrido escondite en donde las ratas tengan la oportunidad de acceder a estos manjares.
Así la realidad se nos vuelve placentera, inhóspita al ojo crítico del alma atosigada y abrumada, no hay lugar para los disidentes, el espacio está completamente abordado por seres imaginarios que la propia publicidad ha endiosado, como los futbolistas, como los conductores de programas mediocres. El contexto nos ofrece ahora un ambiente propio de seres surrealistas, con gobernantes inapropiados para enfrentar hecatombes y problemas propios de un mundo en donde la tres cuartas partes de la población padece de hambre, ellos se encuentran totalmente protegidos para advertir el dolor, para enfrentarlo en toda su crudeza, en toda su alucinante y estripitosa mortalidad, la propia ciudadanía los eligió, creyó en todas sus mentiras, por lo tanto, las responsabilidades son compartidas. Pero ahora el problema ya no se diluye en cuestiones de derecha o de izquierda, para nada, aquello es muy arcaico, hoy día se vislumbra otra clase de lucha, otra clase de parámetros en donde se mueven los precursores de desastres, ahora hablamos de un poder inigualable, un poder que empequeñece los logros políticos y sociales de cualquier revolución y convierte a todos los ídolos actuales de la política internacional, en simples dibujos animados, se trata ahora de la lucha por un poder mundial, uno que logre absorver absolutamente todo, sin permitir que los seres humanos tengamos la libertad para escoger lo que deseamos para nuestros hijos, un mundo mejor. Para logralo es que están utilizando todos sus millones, todas sus estrategias comerciales, todos sus asombrosos logros en el campo de la economía mundial, mientras que millones de seres humanos se debaten, en este mismo instante, en este mismo momento, entre la vida y la muerte.


Por ello es que la lucha contra los cultores del Gozo ha sido asidua, desde este pertrecho, desde esta sencilla estrechez, porque no han sido capaces de comprender cuál es el papel de un cristianismo en medio de una realidad en donde el valor y la importancia de la palabra profética, es ineludible, aún así, nada los detiene, nada logra ahuyentar de sus propias vidas el sentido materialista con que que han decidido enfrentar las diferentes encrucijadas por las que atraviesa el mundo actual. La alabanza ha sido la excusa para la evasión ética y valorica, ¡cuando ambas pudieron marchar juntas, porque a Dios sí tenemos que alabarle y bendecirle! Pero no quisieron, prefirieron evadir y hacer como que no existíamos, como que éramos un par de locos que sólo vociferábamos porque estabamos desconformes con la realidad, el apetito voraz de los seductores por controlar la situación, produjo lo adverso, éra lo que faltaba, proclamar a los cuatro vientos que un cristiano sin plata en el bolsillo vale hongo.

Allí terminó de pudrirse el cajón de manzanas, allí, hasta la última de las frutas fue alcanzada por el guzano de la codicia, todo finalmente fue afectado, de tal modo que la fe cristiana se hizo compatible al sistema, abordó la problemática existencial desde esa perspectiva y se quedó sin palabra, sin méritos, sin causas, sin comprender que la mayor bendición era Cristo en nuestras vidas y no los artefactos que puedes comprar en alguna tienda a precios de propaganda y con trajetas de crédito. La fe cristiana es otra cosa, el cristianismo es algo que ellos no han podido ni podrán jamás explicar claramente, porque se trata de una experiencia que sucede en el alma, que si bien afecta el bolsillo, depende en un cien por ciento de lo que Cristo haga en el corazón del hombre, lo demás, es solo rapiña.


Pues bien, la carroña ha hecho más difícil el trabajo de quienes sí tenemos algo que decir a este sistema y al cristianismo en general, ellos, los iluminados, han logrado inocular al pueblo contra la verdad, la histórica, la bíblica, la profética, sin haber tocado jamás algún aspecto de la profecía escritural, llegaron a ser la guinda de la torta hecha con manzanas llenas de guzanos, los propios guzanos que ellos mismos originaron en sus criaderos de mediocres, sin tener que pasar por la oscura y estrecha puerta de la disidencia, allí están, inadvertidos de lo que vendrá, de lo que ya se asoma dentro del panorma mundial, sus miserias no serán suficientemente fuertes como para protegerlos y guardarlos de lo que acontecerá, porque el poder al que me he referido en estas líneas no tiene parangón, esta fuera de la ley, está fuera de todos los contextos, sólo se vislumbra si se es capáz de mirar La Palabra y aceptar que la verdad ya fue declarada, que permanece latente e intacta, y que nada podrá usurpar su importancia en este mundo, menos ahora que el día ya avanzado nos anuncia que la humanidad no ha querido volver su mirada a Dios, y en cambio, ha decidido defender a los pedófilos y sinverguenzas que la propia religión ha protegido por largos años de historia.


Por ello es que ya este no es tiempo de lloriquéos, de cobardías institucionalizadas, el destino de nuestras almas está en juego, la verdad debe partir por ser declarada en nosotros mismos, aunque duela, aunque nos desgarre por momentos el corazón, solo así podremos trascender en este sistema sin soltarnos un segundo de la mano del Señor, lo peor aún no ha pasado, sin ser vidente, uno puede ver lo que otros prefieren evadir, lo inobjetable, no habrá dinero entonces que pueda comprar las conciencias siempre despiertas de quienes luchan, palmo a palmo, por no desertar ni escapar a la suprema y eterna verdad que nos ha tocado vivir, en este tiempo, y bajo estas circunstancias.