Friday, December 22, 2006

Un regalo de Navidad, sólo para valientes.



Kenia: George, un creyente samburu, sentado en su choza mientras traduce el libro de Lucas del swahili a su lengua samburu. Esto fue lo primero que se escribió en el idioma Samburu y la meta de George era completar los cuatro Evangelios. Se sienta en su choza, cerca de una fogata, para espantar los insectos que se juntan afuera






Kenia: Carol Hyldens enseña a los niños de la Iglesia Bautista Githura. Este fue el primer domingo que se tuvieron cultos en este comienzo de una nueva iglesia


Tanzania: Una mujer maasai y su hijo escuchan al misionero de la IMB Tim Tidenberg durante un culto en el norte de Tanzania



Kenia: La Biblia de un joven maasai. La Biblia está abierta en el primer capítulo de Juan

¿Qué es en buenas cuentas el cristianismo? ¿Acaso no es una forma de vida? Pero, ¿qué clase de vida? Frente a estas interrogantes y a estos poderosos testimonios gráficos, se me cae la cara de verguenza, no sólo por mi, sino por todos los aladinos y comerciantes de la fe que hoy día han hecho de la predicación del evangelio, una forma de enriquecimiento y de empoderamiento que no se justifica bajo ninguna excusa. Sé además, que no seré del agrado de muchos ministros e hijos de Dios por pensar de esta manera, y por lo tanto, deberé seguir en esta especie de exilio espiritual en el cual me encuentro. Mi poesía, mi música, mis sueños, mis añoranzas, toda esa especie de mundo construido para abordar la fe desde la perspectiva de la verdad, no se perderá, tengo la convicción de que más temprano que tarde, así como en la África, mi Chile despertará, despertará para volverse a la Palabra. Mi oración en tanto seguirá su curso, en algún momento Dios responderá, y nuestros dones serán respetados y tomados en cuenta por quienes los olvidaron y finalmente los rechazaron.

Feliz Navidad.

Florencio Navarro M.

Cantautor Nacional.


Tuesday, December 12, 2006

La Institucionalización de la fe
























Pero, ¿qué tiene el cristianismo actual, o en su versión más moderna de la fe, para colaborar, como instrumento divino, a la manifestación del Reino de Dios y a la sanidad de una sociedad tan enferma como la nuestra?

Para mí el tema es amplio y confrontacional. Amplio, porque el cristianismo cree que la única forma o medio posible que Dios tiene para la propagación y manifestación de su Reino, es la Iglesia, con lo cual, debo ser honesto, yo también estoy de acuerdo, sí porque es bíblico, y por que además, y lo que es más importante, porque fue el propio Señor Jesucristo quien la instituyó en el corazón y en el alma de los hombres, pero, aquí es donde empieza el problema y en donde claramente los hombres han cortado la tela sin tomar en cuenta el sentimiento ni el espíritu de La Palabra.

Hoy día son muchas las definiciones que se manejan en torno a la palabra IGLESIA, la definición además, ha ido variando con el correr de la historia, y lo que comenzó siendo una pequeña comunidad de creyentes reunidos en torno a La Persona de Cristo, terminó en lo que conocemos hoy como, “LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA FE”, o mejor dicho, “LA FE INSTITUCIONALIZADA”.

El voraz apetito de los hombres por manipular y arrogarse el derecho de la fe, no sólo ha desvirtuado el concepto original de lo que debe ser un creyente en Jesucristo, sino que además, ha traído una enorme confusión en quienes esperan de esta comunidad de creyentes, respuestas al problema del alma y de la existencia. La orgullosa y siempre tenaz pretensión de los representantes de estas grandes organizaciones religiosas, ha contribuido a la mundanización de la fe, la codicia, ese gusano adánico que consume al mundo como una manzana podrida, está más arraigada en este tipo de personas que en otras que dicen estar profesando la fe cristiana. El desperfilamiento histórico y profético en el cual esta nueva fe coexiste con el sistema, beneficia la mediocridad en todos sus ámbitos, cantantes tipo Hamburguesa o Hot Dog, prácticamente han destronado de la realidad espiritual de la Iglesia, el espíritu y poder transformador de la verdad y de su importancia en la construcción de una vida cristiana honestamente diaria. La música cristiana, con una orfandad bestial en cuanto a texto, intenta comunicar lo que “siente” cierto cantante cuando “siente” que está cerca de Dios, y en eso gira toda la canción, en eso da vueltas el cristianismo actual, ausentes de La Palabra que hace tiempo dejó de revelar a los hombres el verdadero propósito que nos une a Él.

Pero este ausentismo escritural, no pasa de ser sólo un hecho más de la vida cotidiana, ellos han entendido que lo único que hoy hay que hacer como cristianos, es alabar a Dios, 1 o 2 horas de alabanza intentan apaciguar el celo del Espíritu por cambiar tales circunstancias. La Palabra de Esteban, el primer mártir del cristianismo, comienza entonces a sacudir las fuertes estructuras humanas que se han construido para que la gente de Dios, no escuche lo que Dios quiere decirles.

¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos!

¡Vosotros siempre resistís al espíritu Santo!

Con una soberbia de esta envergadura, el pasaje de Apocalipsis comienza también a tener sentido en nuestra realidad:

¡He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo…!
Pero, ¿por qué el que compró nuestras vidas con su sangre se encuentra fuera y no dentro? ¿Por qué a Juan en Patmos le fue revelado este mensaje para nuestro tiempo?
Simplemente para que aquellos que no se han dispuesto a seguir la corriente “espiritual de hoy”, no se contaminen y tengan una bendita esperanza dentro de su solitaria existencia. Está claro, no es con la Institución, no es con la estructura espiritual, no es con los carteles que representan a las interminables divisiones que segmentan cada día aún más la requebrajada fe cristiana, sino, con el hombre que allí se encuentra, con el hombre ensimismado y forzado a creer en la enorme estructura religiosa que hoy pretende acallar la voz del Espíritu Santo, “si alguno oye mi voz, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Se trata entonces de un trato individual e íntimo, no tenemos excusa, contrariamente a lo que propone en su arrogante y soberbia actitud el sistema religioso imperante. Según estas palabras, la persona humana no desaparece con la Institucionalización de la Fe, el evento espiritual más importante entonces por el que ha de pasar la Iglesia verdadera, que son las personas que han creído al Evangelio de la gloria de Cristo, no es, según la propia Palabra de Dios, un evento de carácter masivo, sino, todo lo contrario, ocurre en el hombre y no en el sistema, y ocurre sólo cuando el mensaje profético pasa a formar parte de la vida del cristiano, sólo allí el cristiano verdadero tiene acceso a las verdades supremas que ha de revelar el Espíritu Santo para estos días.
Pero no vayamos tan lejos, la reflexión iba a estar centrada en una pregunta: ¿qué tiene el cristianismo actual para ofrecer a una sociedad tan enferma como la nuestra?
La respuesta, aunque confrontacional, es simple, todo lo que los cristianos han rechazado como los principios, los valores, independiente a las diferencias dogmáticas y doctrinales que nos tienen entrampados, Dios es el mismo para todos, también todo lo que ellos miran por debajo creyendo que con ello evaden el fuerte peso de la realidad, es lo que el cristianismo en su construcción doctrinal y filosófica posee, debido a su dependencia absoluta de las enseñanzas y principios establecidos por Jesucristo mismo. Lamentablemente, el modelo americanizado de la fe, en todas sus versiones, ha influido de manera casi INQUISITIVA para que el nacimiento de una verdadera y genuina experiencia espiritual, no sea posible en nuestras ya prostituidas tierras, algo que pudo haber tenido un carácter pastoril y auténtico, por su contexto, terminó siendo una copia infeliz de los más humanos y pervertidos procedimientos de una fe en total descomposición.

El lucro, la codicia, el hambre por ser conocidos dentro de un medio saturado de imágenes humanas, y otros muchos gérmenes más, componen hoy día la principal ROCA sobre la cual está edificada la realidad espiritual de la Iglesia cristiana institucionalizada, es decir, La Reforma Protestante si sirvió de algo, sólo fue para emancipar el espíritu de lucha que nos heredó Lutero y que había en aquellos hombres que la historia nos da a conocer con claridad absoluta y precisa, el gusano de la Iglesia romana, que nunca fue extraído de la manzana, hoy día ha terminado por apropiarse de toda la siembra y amenaza con pudrir el alma de los verdaderos hijos de Dios que yacen dentro del sistema religioso imperante.



La arrogante actitud de quienes creen estar guiando los destinos de la Iglesia de Dios, en su forma Protestante, vendidos al sistema, se codean con las autoridades políticas del momento, reciben reconocimiento público y estatal por su actitud indiferente e indolora frente al enorme conjunto de problemas del tipo sociales, económicos, espirituales, culturales, y hasta morales por los que atraviesa nuestra sociedad. El pueblo es antidotado e inyectado de orgullo a través de shows en los cuales, cantantes de moda cristianos indican que el asunto con Dios marcha sobre ruedas, que a pesar de la realidad debemos festejar, que frente a toda esta miseria espiritual y moral con la cual debemos interactuar a diario, lo único que se debe hacer es cantar alabanzas, llenarse de gozo, sufrir de algún modo, la orfandad total en la que vive nuestro cristianismo, en circunstancias que ya deberíamos estar preparándonos para su RETORNO.

Por esto mismo es que hoy día es tan fácil hallar cristianos sin base bíblica, y lo que empeora la situación, es que quienes tienen aquél fundamento para decirle a la Iglesia lo equivocada que está, ya están cansados, sí, porque no han sido oídos, no han sido valorados, la religión, en su formato actual ha desperdiciado la oportunidad de oír a hombres con mensajes claros y llenos de propósito, tarde o temprano lo lamentará. Súmese a esto, el hecho de que la guerra es en el área espiritual y que quienes pueden dar claridad a la Iglesia viven un abandono afectivo de este porte, la cosa se pone oscura, a pesar de que la Iglesia institucionalizada y fuertemente equipada, y aplicando una ergonomía espiritual que raya en lo absurdo y perverso, no lo note. ¿Qué tenemos entonces? Corteza, sólo corteza, superficie espiritual, fachadas, aunque la fragmentada realidad en que se encuentra la Iglesia organizada amenaza la ruina, aún así, están en pié, y gozan en este momento del más rotundo y total éxito, el modelo neoliberal fomenta el libremercado y las Instituciones religiosas, que han recibido esto como una bendición de Dios, practican con mucha facilidad el arte de la economía de Dios, y saben sacarle provecho a este injusto sistema que tiene sumido a muchas naciones del mundo en la más absoluta orfandad, de este modo se encadenan al sistema, perpetuando en el corazón de los cristianos que creen en esta forma de evangelio, un estado de orgullo e indiferencia sólo comparable con el orgullo que provoca a los cristianos católicos, la pompa y la riqueza mundana adquirida históricamente por Roma.

De este modo, la fe institucionalizada, rodeada de placeres mundanos, no va a escatimar esfuerzos para hacer desparecer de sus contornos, a quienes Dios ha enviado a decirles que cambien, sus líderes, capacitados en arrogancia, salidos de los mejores centros de orgullo espiritual, no lograrán advertir el peso de la enorme Apostasía que ya comienza a dar sus frutos, lo que a mi modo de pensar, representa un justo castigo por haber minimizado y empequeñecido la importancia de los Ministerios que Dios ha levantado en este país. Ellos, que jamás compusieron una sola canción con sentido, que jamás tuvieron un solo y escuálido enfrentamiento con el sistema, tendrán todo el tiempo necesario para dar testimonio de Cristo, porque también son hijos de Dios, pero, dentro de un período que La Palabra de Dios define como “Gran Tribulación”, allí serán probados y se verificará el verdadero espíritu y carácter de sus enseñanzas.

Mientras tanto, La Iglesia verdadera, la de aquellos postergados y pisoteados por un sistema religioso corrupto y mundano, emigrará a las alturas, encumbrándose en un viaje de placer no descrito, junto al que en ellos, jamás fue reconocido. Es hora entonces
de comenzar a preguntarse: ¿Cuál es La Iglesia verdadera? O ¿qué es la Iglesia? O ¿En dónde se encuentra La Iglesia? En cuanto a mi, seguiré creyendo que la Iglesia que Cristo fundó, está en el corazón del hombre, en ningún otro lado más, seguiré por tanto sosteniéndome en su bendita Palabra, por lo demás, qué puede haber dentro del sistema religioso imperante más enorme e importante que Su Palabra?