Tuesday, December 27, 2011

La Mega Iglesia y su arrogancia destructiva.






















Hacer una critica honesta al cristianismo actual basado en la sinceridad que te proporciona el saberte un hijo de Dios sobreviviendo en medio de este sistema, puede que no sea una buena idea, sobre todo para quienes no tienen interés alguno en remediar lo que sucede, tal vez por el alto costo que uno debe asumir en tales circunstancias, por ello, no son pocos los que diariamente colaboran con esta poderosa pero ya indestructible cruzada comercial que mantiene a las castas religiosas del protestantismo nacional e internacional, en una actitud casi monolítica desde todos los puntos de vista. Para los conservadores de tal experiencia, lógicamente que es mucho mejor seguir inyectando el cuerpo de barbitúricos espirituales con tal de que las conciencias ni siquiera puedan asomarse a la realidad contingente, para ello, las fuertes estructuras religiosas de las instituciones que gobiernan la conciencia de los cristianos protestantes actuales, asumen la mayor responsabilidad en el campo de la seguridad, impidiendo con sus costumbristas realidades rituales, que la verdad de Dios, la verdad de La Palabra revelada me refiero, pueda ser exhibida en toda su crudeza para el beneficio de los propios cristianos, para que ellos, en definitiva, tras una profunda y sincera búsqueda valorica, cuenten con honestos parámetros de vida que les permitan discernir los riesgos y peligros que conlleva el estar conviviendo y sobreviviendo dentro de estructuras económicas y sociales basadas en el materialismo y el nihilismo.


Como decía, son muchos los que colaboran en semejante empresa, desde predicadores hasta cantantes de alabanzas, toda una amplia gama de oscuros personajes que no entienden el valor de la sinceridad ni tampoco se interesan en descubrir el sentido verdadero de la fe del Señor Jesucristo. Para lograr entonces el éxito que alcanzan con sus mediaticas empresas en torno al Evangelio, es necesario enmudecer, siempre guardar silencio, solo de esta manera te dejan entrar en sus realidades, de lo contrario, te vuelves en un opositor, y ello te puede costar muy caro. Esa es la razón de por que la alabanza en el campo de la música cristiana, tiene la importancia que tiene en este momento, no que alabar a Dios este mal, sino la instrumentalización que se hace de ella. Pues bien, ese es el motivo fundamental de por que un cantante de moda cristiano, pesa mas que un compositor que se esfuerza en decir unas cuantas verdades dentro de este arrogante sistema religioso, es que el propio cristianismo, con su actitud soberbia, ha colaborado con una constancia casi de monje tibetano, para que esto se convierta en una dictadura de verdad comercial, en ello no tengo ninguna duda, son los propios cristianos los que han permitido que la palabra cantada, y porque no decir la escrita y la exhortada también, no tenga la importancia que debería en un tiempo en que la propia Palabra de Dios, prácticamente ha desaparecido del lenguaje de los cristianos.


Esta triste realidad, fomentada y respaldada por Ministros que asocian la vida espiritual a conductas propias de matones de mercado, es la mayor culpable de que los cristianos actuales, arraigados en este sistema, disfrutando y no confrontando contra sus perversos tentáculos que a veces parecen alcanzar a nuestras familias, ya no aspiren a cosas mayores en el campo de la vida valorica y espiritual, esa es también la razón de por que, la breve síntesis de un canto de alabanza, adquiere, con la ayuda de un teclado electrónico y un ambiente saturado de sensuales ofertas, las proporciones que en este instante adquiere, por no contar el cristiano en cuestión, con una forma de autocritica honesta y leal a los principios divinos, y no porque lo que digan las alabanzas en general no sea tan importante, porque un verdadero hijo de Dios necesita, diariamente, alabar a Dios, es una realidad a la que nos inspira el mensaje de Su Palabra, es la evidente consecuencia que te deja la experiencia constante con el Espíritu Santo, de eso no hay duda alguna, por lo tanto, no pretendo desperfilar mi reflexión diciendo que alabar a Dios sea malo, de ningún modo, yo mismo, y tras una rutinaria cadena de dolencias debido a esta enfermedad que me supera a veces, como en este instante, encuentro en la alabanza, la fortaleza para no caer en una autocompasión y de este modo, aguardar pacientemente en La Venida del Señor y en su perfecta Voluntad que casi siempre es motivo de gratitud para mi alma, sin embargo, recuerde que el solo hecho de profesionalizar la alabanza en este tiempo, ha permitido a hombres sin ninguna clase de mensaje basado en la profundidad del contexto histórico y profético de La Palabra de Dios, acceder a un enriquecimiento que la Biblia en todo su poderoso argumento simplemente rechaza, así que no se trata de una cuestión menor como lo han querido ver los Ministros a los cuales nada les importa que La Palabra bendita de Dios, simplemente haya desaparecido del lenguaje de los cristianos para dar origen ahora, a una experiencia de fe que se ha trasladado puramente al campo de las emociones.

Teniendo esta clase deestereotipos circundando la conciencia de nuestro cristianismo, se transforma en una necesidad entonces, el reflexionar en las proporciones desmedidas que ha adquirido con la ayuda de una plataforma comercial poderosísima, el concepto actual de alabanza, por la brevedad de su mensaje y la sensualidad con que se ofrece a los sacrificados cristianos esta clase de experiencia, ello mismo hace casi imposible revertir el resultado, no obstante y sin embargo, tras un pequeño análisis a las letras de las alabanzas, uno, como compositor, como un ente creativo y viviendo dentro de una realidad en la que La Palabra de Dios, siempre tiene la importancia que debiera, queda con la sensación de que alguien o algo, no desea que reflexionemos en este tiempo en lo que de verdad importa, a decir verdad, lo único que advierto, es una intensa necesidad de quienes gobiernan el asunto de la adoración, a que los cristianos en cuestión, no pasemos de curso y nos quedemos estancados dentro este ambiente en donde la maquinaria publicitaria de la fe comercial, puede incluso a veces convertir, a un esquelético cantante de miserias poéticas, en un poderoso emisario de la vida espiritual. Comprendo que a muchos de ustedes les importa "un rabano el problema", es más, ni siquiera lo han reflexionado, no obstante, lo paradójico es que muchos de nosotros, activos aun en nuestra vida ministerial y espiritual por supuesto, somos los encargados nuevamente de tener que sobrellevar, a pesar del costo que ello significa, el peso de la indiferencia que nos proporciona el estar lidiando diariamente contra la mega estructura comercial que subvenciona, descarada e inmoralmente, una forma de canto que no considera La Verdad Suprema de La Palabra, como un mensaje necesario para la vida del hombre actual.


Pero el cristianismo actual de las alabanzas, desde luego, no cede, peor, sirve al gran propósito del “lucro material”, convirtiendo a sus propagadores y sustentadores, en desertores de La Palabra, apoyados siempre como decía, por la fuerza moral de muchos Ministros de Dios que no tienen, ni la capacidad ética, ni el valor moral para confrontar dicha situación, lo que a mi modo de pensar, solo viene a ratificar la veracidad de Dios en cuanto al temor que hacía presagiar a los valientes apóstoles del Señor, con respecto al carácter que adquiriría el cristianismo en estos últimos y tambaleantes días, temores que finalmente se han hecho realidad, no solo en el campo de la alabanza o de la llamada “música cristiana”, sino que además, en el de La Palabra de Dios, tanto escrita como exhortada, en todas sus formas, es claro que quienes tienen el deber de dar a conocer el bendito mensaje de Su Palabra, solo aspiran a cosas mediáticas, no pretenden por lo tanto asumir, el enorme costo al que nos inspira el mensaje profético o el apostólico, de manera que el concepto de APOSTASIA, ya no sea solo un aspecto de la verdad profética para nuestros tiempos, sino que además, y gracias a la soterrada colaboración de las pequeñas y grandes realidades espirituales, el termino en definitiva termine por asociarse a la vida espiritual de un cristianismo que desde hace mucho tiempo, se ha detenido a pernoctar en este valle de sensuales propuestas comerciales tanto en el campo de la vida espiritual como en la material. De este modo, la autocritica simplemente no tiene sentido, el cristiano finalmente, no ha sido ejercitado para replantearse la realidad, su propia realidad, el sistema con todos sus engaños, y por supuesto como lo planteaba anteriormente, con la colaboración de Ministros de Dios arraigados fuerte e indestructiblemente en esta realidad del consumo, no le permiten acceder a la comprensión del problema en que se encuentra ni menos pensar en cómo salir de el, lo grave, es que pareciera ser que no existe forma de hacerlos cambiar de idea, por el contrario, yo mismo he sido testigo de la arrogancia con que muchos cristianos y Ministros en el Evangelio, actúan a espaldas de un Espíritu Santo de Dios que siempre nos estimula al Amor y a la Misericordia, de continuar viviendo de esta manera, es claro que el cristianismo actual tiene sus días contados como expresión en el campo de la vida espiritual y valorica, no es de extrañar entonces que hoy, intentando conservar y proteger las raíces propias del cristianismo autentico, muchos cristianos ya no deseen asistir a los templos y prefieran, con la fuerza moral que te proporciona la vida en Cristo haciendo vida en tu corazón, mantenerse lo más distante posible de estas predecibles y siempre tan convencionales formas.


Al dar inicio con la ayuda del Señor a este nuevo año entonces, uno menos para SU GLORIOSA VENIDA, insto a mis hermanos, amigos y lectores en general, entendiendo que no todos quienes leen este trabajo pertenecen a nuestras agrupaciones, a que asumamos el costo de la verdad en el Señor con mucha humildad, y por supuesto, a no dejar de hacer aquellas valiosas cosas que han de ayudarnos a ser mejores seres humanos, solo de este modo estaremos también colaborando a que este mundo, totalmente colapsado de violencias y un destructivo materialismo, tenga en el más cercano y humano ejemplo de cada uno de ustedes, la posibilidad de una redención basada en el profundo Amor a Su Palabra y su Eterna Misericordia. Sea bendiciendo el Señor a cada uno de ustedes, y como siempre, agradeciendo la preocupación y el bello sentimiento de sus oraciones por la condición de mi salud, mi familia agradece todas las muestras de cariño y el apoyo que desinteresadamente algunos de ustedes han convertido hasta en ofrendas de amor.

Por favor, sigan orando, no desdeñen el poder de la oración, El Señor viene pronto, mientras tanto, fortalezcámonos en el poder Su Misericordia y en la lectura de Su Bendita pero siempre Eterna Palabra. A sus familias, paz, muchas bendiciones de parte de este humilde siervo de Dios y de todos quienes formamos parte de este sencillo pero honesto trabajo.

La bendición del Señor sea con cada uno de ustedes.

Amen.

Thursday, December 15, 2011

Caminando cerca de Dios.

















Servir a Dios ha sido siempre la razón más poderosa que mueve a mi existencia y además, a seguir luchando en esta vida, aunque sé que nunca voy a comprender bien todo lo que debiera, lo que no obstante, y pesar de todas las honestas limitaciones que además forman parte de mi antigua naturaleza, alcanzo a percibir, con la ayuda y el auxilio invaluable de su gran misericordia, que sin Él, sin la valiosa compañía de Su humilde Presencia manifestándose en cada momento, mi vida simplemente carecería de sentido, aquí, dentro de esta alma, dentro de este corazón que nunca deja de latir, que a veces pareciera que se quiebra en mil pedazos, pero que gracias nuevamente a Su abnegada compañía, vuelve a ser reconstruido y a palpitar cuántas veces quiera Dios que así lo haga. Por ello es que también defiendo mis convicciones, con toda la fuerza de mi carácter, con toda la sudorosa experiencia de mis años extenuados respaldándome, aún transgrediendo ciertos parámetros que a la mayoría indican, no debieran quebrantarse, aún así, por ÉL, siempre estaré dispuesto, sin medida hasta que mis días se apaguen, hasta que el silencio se vuelva en mis oídos deslumbrados por su amor, en una constante.

Cada uno de nosotros entonces, que vive esta maravillosa y singular experiencia de fe, es un libro que no termina cuando dejamos o abandonamos este mundo, muy por el contrario, la vida sublime que nos proporciona el Santo Espíritu de Dios, nos insta a creer a diario que nuestras vidas, a pesar de lo pequeñas que se ven cuando observamos la grandeza del Señor expresándose libremente sobre el ancho firmamento, en forma de plegarias, de luces en el cielo, han sido proyectadas para que vayamos en procura de una forma de existencia mucho más allá de las estrellas, tan lejos que no llegan los cohetes ni tampoco los satélites, se trata de un lugar totalmente distanciado de las frías condiciones de este mundo que se apaga, solo para que tengamos la oportunidad de llegar a vivir un día, una vida mucho más plena que la que hemos llegado a vivir aún estando con Él, mucho más llena de todo aquello que rodea y llena el mundo de Jesucristo, por ello, la muerte, de la que no acostumbramos a hablar, la muerte es solo un signo en medio de todas las maravillosas bendiciones que nos esperan cuando seamos absorbidos por la Luz, la de Su Presencia, la de su constante compañía, y de ese modo, se cumplan en nosotros, todas las promesas que un día nos hizo cuando el perdón era tan solo un pequeño granulo de experiencias dentro de un canto aún cierne, bellas experiencias dentro de una breve vida que recién comenzaba a germinar, a todas sus eternas y eminentes riquezas. Recuerdo no obstante, con absoluta claridad, el día en que fui tocado por Su Amor, lo recuerdo porque antes de ÉL, era otro, otro que casi no recuerdo, otro que simplemente fue absorbido por la vida de Jesús, y así, me mantuve casi dos años de mi vida en un constante llanto, en un llanto que hasta hoy me permite refrescarme en la pureza de un Amor que todos ustedes conocen, porque sé que lo han vivido en su intimidad, intensamente, aunque tengamos grandes o pequeñas diferencias separándonos, y sé también que es casi imposible con palabras definirlo, por lo extenso, por lo imperecedero, por todo lo que ha significado para sus propias vidas experimentarlo.

No obstante, recuerdo el día, pero no recuerdo el año, no soy bueno para los números, nunca lo fui, ello me permite estar mirando aquella experiencia con una claridad y una constancia casi abismante, casi reteniendo en mi memoria de los olfatos, aquél bello aroma de Su Presencia circulando por mis venas. Ustedes lo saben, es imposible dejar de recordar ese momento, porque ese es el momento cuando todo se inicia, cuando todo cambia y por lo tanto, cuando comienzan a tener sentido todas la cosas, porque es la hora y el día en que nos reconciliamos con todos y con todo, pero, principalmente, con Dios, eso es la vida, reconciliarse con uno mismo, incluso con la naturaleza, justo en un momento en que le hemos asestados tantos y tan fuertes dolores, como de parto, como un estallido de cuchillas quebrantando los océanos, los ríos y los valles, aunque la naturaleza desangrándose nos haya perdonado tantas veces, y de este modo, poder encumbrarnos a la montaña más alta libremente, sin temor a los castigos, a las sanciones, a la culpa, solo porque un día le abrimos la puerta de nuestro corazón y ÉL entró, con todo ese fantástico cúmulo de experiencias que compone Su Bendita Misericordia, con todas las estelas de los barcos parpadeando en nuestras almas Su Perdón. Allí nos hemos detenido, aunque igual avanzamos, pero nos hemos quedado absortos frente a Su figura, intangible, al menos para el mundo, para los que no creen que Él exista, pero para nosotros, una entrañable figura de un Dios inacabable, inexplicablemente bello.

Cristo se nos ha manifestado en nuestras almas para siempre, para que jamás nos olvidemos que el perdón es una realidad total y absoluta que nos permite seguir viviendo, en compañía de los nuestros, en mi caso, de nuestros pequeños retoños, y por supuesto, de mi querida hija Danielita, y pensar además, que a pesar de los años que ya tengo, 50, han despertado en mi ser, en medio de un mundo saturado de violencias y confusiones, una ternura incomparable, debido a la dulzura con que Dios nos ha ido expresando Su Fidelidad, en ello, hay muchos que han sido verdaderos puentes de Su Amor, nombrarlos a cada uno de ellos no tiene importancia, pues ellos me conocen, y yo les conozco, porque Dios me ha dado el tiempo suficiente para acercarme a sus vidas, para recibir con humildad todo lo que ellos han sido capaces de transferirme, el cariño, la fraternidad del Amor de Dios, sin la cual, difícilmente podría mantenerme en pie, todos ellos forman parte de una bella familia que Dios me ha dado y que por Su Misericordia, me ha enseñado a confiar, a dejar que Dios pueda sanarlo todo, para que por fin comiencen a aparecer las cicatrices.

El dulce amanecer sobre el pausado paisaje de un verde territorio, inyecta en este instante mis arterias de su aroma, dictando a mi conciencia que la hora y el día de su retorno, no está tan lejos como yo pensaba, y por lo tanto, lo que hemos venido a capturar con nuestros hijos y mi esposa a este espacio de sagradas colinas, deberá convertirse pronto en más bendiciones para nuestras almas, en fortaleza para nuestros propios cuerpos cansados, para que cuando reiniciemos la jornada de la dura batalla por la subsistencia, no nos quedemos dormidos como la gente sin propósito, por nada del mundo, teniendo tanto que decir en Su Nombre, teniendo tanto que contar a todos del que todo lo hizo, del que todo lo sustenta con la fuerza de Su Amor. La luz del alba desplegándose en el cielo, me trae a mi memoria, recuerdos de enormes territorios que algún día pude ver y conocer en esta tierra, en este país llamado Chile, que amo, por el cual estoy dispuesto a decirlo todo con tal de ver un día, que quienes abusan y atropellan a sus hermanos como objetos, comprendan que el mayor y más importante legado que nos ha dejado el Carpintero de Galilea, es precisamente el amor a ese desconocido ser que es mi vecino, el próximo, el que ignoramos.

La luz finalmente ha llegado, los rayos de un sol maravilloso nos anuncia que la jornada viene pronto, muy luego subiremos a los valles, con nuestros hijitos “al apa”, aunque pesen, aunque nos cueste subir, total, estamos acostumbrados a ello y para eso vinimos. En mi alma recorre mientras tanto, la dulce gratitud a este Dios que nos ha invitado, a través de un par de amigos que recién hemos conocido, a un espacio rodeado de árboles y de naturaleza, de una exuberante pero humilde bendición natural, pero que por esas cosas de la vida, inexplicables y extraordinarias, ellos no sólo nos han abierto las puertas de su hogar, sino que además, las de su alma, lo que para nosotros constituye un verdadero milagro, un enorme y misterioso milagro de amor, porque Dios, que aún existe, que aún palpita su poder en nuestras vidas, a través de Nelson, junto a su esposa Isabel, y sin haber ni existir entre nosotros lazos familiares, sin estar siquiera de acuerdo en el campo de la fe, nos está enseñando que el amor, aunque se haya convertido en una simple boleta de la luz para esta sociedad, aún se encuentra vigente, aún se encuentra al alcance de quienes lo necesiten, y no solo para que podamos disfrutar de sus cuidados, sino que también para alcanzar con ello, a nuestras propias familias, a las que debemos cuidar, por las que debemos orar, incansablemente, infatigablemente, el enemigo del alma ya sabemos que no descansa, por ello, mientras dure en nuestras vidas el poderoso aliento que nos brinda Su Presencia, seguiremos esforzándonos, haciendo todos los esfuerzos para seguir aguardando con paciencia su retorno. La guitarra y la voz de éste, Tu canto Señor, han de seguir vibrando en medio de la inmensidad, de seguro sobre las alas de un viento enérgico y constante ha de emprender su vuelo, nuevamente, por mucho tiempo tal vez, a muchos lugares de este mundo, a muchos recónditos lugares del alma que tanto lo necesita, para que nos despertemos de un momento a otro junto al encanto de toda clase de renovadas misericordias, a la esperanza, a la que nunca debemos renunciar, a la que nunca debemos desertar, por la inminencia de Su Retorno, por la cercanía de su regreso. Cristo lo predijo, habiéndose multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará, y yo, por nada del mundo voy dejar que esto suceda con mi vida, por ningún motivo, menos ahora que necesitamos, imperiosamente, que el amor genuino de Dios nos fortalezca y nos acompañe, hasta el final de nuestros días, hasta el momento mismo en que termine la jornada por la subsistencia.

Wednesday, December 07, 2011

El Retorno inesperado de Cristo a este mundo.





Entonces, esa cantidad enorme de cristianos que pernoctan en las plácidas terrazas que ofrece algún lúdico y suntuoso mall de ciudades modernas, no desea el retorno de Cristo, no les interesa en definitiva el tema, están demasiado complacidos con el sistema como para perderse en este tipo de reflexión, además, hallándose rodeados de bendiciones materiales y de todo un cuanto hay que ofrece la mercadotecnia espiritual, no son capaces de confrontarse a sí mismos, ese tipo de reflexión no cuenta en lo más mínimo con el respaldo de sus ministros asalariados que, tratándose de cosas tan desequilibrantes para la conciencia del cristiano, es mejor guardar silencio, recatarse un poco y absorber de cualquier modo la ingenuidad y el mimetismo que te proporciona una forma de cristianismo basado en lo externo. Así solo te conviertes en un residente pasajero de verdades fundamentales, un niño intensamente plural en el campo de la vida exigente del espíritu, porque solo respondes a aspectos básicos del llamamiento, no te cuestionas nada, absolutamente nada, brindándole al alma, una cantidad suficiente de elementos que provienen de aquella realidad en donde a diario sucumbe gran parte de la humanidad.

Esta clase de cristianismo es la que se funda en la bendición material, es la que valora a Dios solo si ÉL es capaz de darle respuestas a sus más íntimos pensamientos materialistas, de otro modo, simplemente desertan, no sirven ni se interesan en el servicio a Dios y al prójimo en lo más mínimo, aún así, muchos cristianos en el mundo, llenos y rodeados de bendiciones de este tipo, solo piensan en vivir para cuidarlas, nada más que eso, se trata entonces de una forma de miseria que heredamos de este sistema enraizado y construido en el consumo, es la respuesta que ofrece el cristianismo actual a una forma de vida que en el mundo entero ha producido millones y millones de gente viviendo en la más absoluta miseria y desigualdad con respecto a un pequeño grupo de seres humanos que tiene a su haber, no solo el poder que te brinda el dinero sino que además, el de la información. Cristianos atrapados y convencidos de que esta lujuriosa forma de vida es la correcta, no es necesario buscarlos para hallarlos, de ningún modo, están en todos los lugares, la religión incluso los ampara, los necesita, se nutre de sus impuestos, saben que ellos no están interesados en descubrir si Dios está o no de acuerdo con sus formas de vivir, por lo tanto, cualquier cosa que tú digas en bien de la sensualidad que te produce el dinero, los deja inmunes, a la crítica, a indagación del Espíritu Santo, piense solamente en los santos Apóstoles del Señor, personas que cuando recibieron el Llamamiento, de inmediato renunciaron a todo lo que podría empañar un servicio honesto y leal a lo que Jesucristo les estaba demandando, sus vidas fueron una respuesta aclaratoria, demasiado convincentes como para que tengamos que ignorarles, no señores, La Palabra de Dios no tiene dobles interpretaciones, esos hombres que produjo el cristianismo primitivo, no están dormidos, sus vidas hablan por sí mismas, no podemos ignorarlas, no debemos aceptar que la cándida y reluciente atmosfera que producen los santuarios de la sensualidad actual, impidan a nuestras almas el conocimiento de la verdad.


Pero no todo se ciñe a esta clase de elementos puramente, para nada, el problema no termina allí, porque al final de cuentas lo que debería estar haciendo la cristiandad, es clamar, sí, clamar, por la pronta Venida de Cristo a la tierra, con lo que hemos visto y sido testigos hasta este momento, es claro que el Señor ya no tarda más, sin embargo, vaya usted a decirle a esta forma de cristianismo que se hallan cautivos, lo mandan para afuera, no le permiten ni rezar con ellos, porque como les decía anteriormente, ellos están en otra cosa, celebrando tal vez, pero no clamando porque Dios tenga finalmente misericordia de este mundo y se decida a dar cumplimiento final a Su Palabra, ellos, en esta condición de hijos de Dios, es obvio que ya desertaron, cuando aceptaron que el silencio era la mejor arma contra cualquier forma de pensamiento venido de un corazón sincero. La dolorosa realidad que se encuentran viviendo entonces, se asemeja a la de los israelitas en Egipto, es claro, no obstante, hay claras diferencias al respeto, como por ejemplo, el tipo de esclavitud que hoy día enfrenta la cristiandad, una forma de sujeción que Las Escrituras ya definían como engaño, porque no es el carácter ignominioso ni déspota que recibieron los esclavos judíos de parte de los egipcios idólatras lo que hoy día vive el cristianismo, para nada, el engaño ha hecho que los cristianos crean que ellos pueden y deben disfrutar de todo lo que este mundo ofrece, total, para eso estudiaron, para ello se prepararon, ¿y el llamamiento?


El tipo o forma de esclavitud que vive el cristianismo actual no tiene parangón en la historia, tal vez lo que tuvieron que vivir los primeros cristianos cuando el emperador Constantino fundó la religión que todos conocemos, pero antes, nunca, se trata de una muy especial manera de difundir y establecer en corazón del hombre de Dios, verdades aparentes, supuestos consensos que te permite la verdad de Dios, en la cual, los Ministros que debieran ser llamas de fuego, se convierten en “facilitadores” de tal tragedia espiritual. El sacerdocio, a estas alturas, simplemente no corre, no hay demandas sacerdotales para los que viven en esta clase de ambientes, es suficiente con el perfume de la palabra, mientras tengan adelante a un repetidor de palabras, todo marcha bien, la cosa es guardarse de los honestos, de los sinceros, de otro modo, estaríamos ganando toda esta plata con la enorme necesidad que hoy día existe dentro de La iglesia por oír o declarar una verdad de esas en el Nombre del Señor. Pero Dios no nos quiere en eso, el llamado que Dios nos está haciendo a todos los que tenemos ministerios que han sido profundamente dañados por esta realidad, es a mantenernos en el frente, a esperar por completo en su Bendita Palabra, porque ÉL no fallará de ningún modo, ha establecido un tiempo para que este supuesto cristianismo, converja en dentro de un período que todos conocemos como La Apostasía, y en el cual, serán desatadas las más potentes pruebas jamás conocidas por el cristianismo, salvo las que debieron enfrentar nuestros hermanos del cristianismo apostólico e histórico.


Dejando sobre las espaldas de ese pequeño grupo de fieles que dan forma al verdadero cuerpo de Cristo la responsabilidad de clamar, a como dé lugar, por el pronto retorno de Cristo a este mundo, serán absorbidos por completo, el mensaje para ellos es solo arrepentimiento, volverse a Dios, clamar para que aquellos días no los encuentre ciegos y desnudos, como dice Su Palabra, el elemento sorpresa con que cuenta Dios para solucionar esta clase de males, está por verse, sin embargo, contamos con el anticipo que nos da Su bendita Palabra, en ella, queda totalmente establecido que ni siquiera el trato de Dios logró salvar a muchos de los que iban por el desierto, si ni siquiera entraron a la tierra prometida, es Palabra de Dios. La verdad, es que no sé si tiene sentido aún, pasados tantos años de un predecible colonialismo gringo en el campo de la vida espiritual, traer predicadores extranjeros para que nos digan qué debemos hacer con nuestro cristianismo, no creo que sea necesario, no obstante, hay quienes se desviven pensando en la próxima adquisición para ofrecer al pueblo de Dios esas jornadas en donde, hasta el acento de los extranjeros me resulta tedioso. Pero esto se debe seguramente a mi condición de cantor itinerante, al hecho de haber aprendido desde niño en Cristo a leer Las Escrituras, a no dejarme llevar por la flojera que te puede provocar las interminables horas frente a un televisor plagado de imágenes estúpidas y de programas que no permiten reflexionar sobre problemas enormes en el campo de la vida espiritual y valorica. Lo que sí tengo absolutamente claro, es que en lo personal, sé en donde se encuentra parado el cristianismo actual, en ello no puedo estar tan equivocado, son muchos los años de sacrificio y de esfuerzo como para equivocarme en algo tan sensible para mi entendimiento, por ello, poner el dedo en la llaga, a mi modo de pensar, es lo mejor que uno puede hacer en un tiempo como el nuestro, todo lo demás me huele a cobardía y flojera, a mediocridad, algo que detesto en lo más profundo de mi ser, si hasta mandé a la punta del cerro al Doctor que me atendía por mi enfermedad, el problema es que él, siendo uno de los connotados en el campo de la medicina de los bronquios y pulmones, no sólo no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba ocurriendo con mi organismo, habiéndole dado toda una descripción de lo que estaba ocurriendo, sino que además, aseguró, en una de esas consultas:

¡Lo bueno es que tu enfermedad no provoca dolor!

En ese mismo instante me puse de pie y le dije, ¡chao no más! No hay nada más que hacer, si al menos supiera lo que produce esto que sobrellevo, lo entendería, pero, con médicos así no se puede, por lo tanto, lo mejor es sincerarse a sí mismo, no contar con un médico que te entienda lo que te sucede puede ser un buen síntoma para encontrar otros mecanismos para enfrentar la desdicha de la enfermedad. Así me ha ocurrido a mí, porque desde que decidí hacer pública mi condición, no ha habido jornada en que hermanos, siervos de Dios, se han encargado de poner mi caso en oración, razón por la cual me siento agradecido, íntimamente gozoso porque aún existe, dentro del campo espiritual y sin la ayuda de predicadores ni ministros extranjeros, personas que se interesan en el bienestar de hermanos que a veces ni conocen, ellos, con sus vidas en muchas ocasiones fragmentadas por las pruebas y los problemas, son capaces de ofrecerte con un cariño inmenso, todo lo que ellos tienen, amor, cariño, fidelidad, porque sin haber ido al extranjero, y sirviendo al Señor solo con herramientas nacionales y gracias a que también aquí en Chile opera el Espíritu Santo, se han armado de manera que nadie, absolutamente nadie podrá moverlos de lo ellos se encuentran, eso sí que es valioso.


Ese tipo de cristianismo para mí es importante de reconocer, desde todos los puntos de vista, me pregunto, a los predicadores y expositores extranjeros, a los señores profesionales del canto cristiano actual, ¿les interesará saber de estos hermanos? ¿Querrían incluirlos en sus predicas? ¿Se interesarán en ellos, preguntarán por ellos cuando llegan a esta amada patria? Lo dudo, lo más probable es que los meretrices con que cuentan para hacer lo que todos sabemos, no están realmente interesados en el quehacer de La Iglesia verdadera de Cristo aquí en Chile, es más, los ignoran, desconocen con deliberado engreimiento la verdadera importancia de esta clase de personas que sirven a Dios de manera silenciosa e integral en algunos de esos templitos que aún queda en esta tierra que hoy día ostenta de todo lo que tiene, incluso de lo que no. Por ello es que no alterno con ciertas modas, no estoy disponible, ustedes lo saben, y seguramente muchos de ustedes también lo estarán pensando de este modo, de lo contrario, ¿para qué leer el recolector?

Pues bien, la vida predecible y parasitaria que te ofrece la religión actual, no es capaz de desertar del sistema, ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, tanto así que podría asegurar que si todos aquellos que hoy día forman parte de este ejército dormido de la fe pragmática hubiesen estado en Egipto, todavía Moisés no saca al pueblo de Dios de la esclavitud, y eso que han pasado todos estos años, aún así, ellos no han querido aceptar que estamos de pasada por aquí, que aún ganándote el Kino deberás guardar fidelidad a Dios y responder a Su Llamado, sé que muchos se encuentran en esta situación, no es algo nuevo, los irresponsables son muchos más que aquellos que desean obedecer a lo que La Palabra de Dios demanda, es bíblico, La Palabra, aunque no lo acepten ni tampoco lo deseen entender, La Palabra habla de REMANENTE, no habla de corporaciones o de instituciones religiosas, ese tema es para otro tipo de realidades pero no para un pueblo que dice haberse desprendido alguna vez de la mentira, no señores, lo único real es que estamos a la espera de que algo extraordinario ocurra con nuestras vidas, algo como lo que el Apóstol Pablo llamó, el arrebatamiento o levantamiento de La Iglesia de Cristo, eso es lo que aguardamos, no otra cosa, todo lo demás es simplemente engaño, trampa, timo, los cristianos estamos aquí en este mundo para dar testimonio de La verdad y para anunciar al mundo sin Cristo el pronto retorno de Su Persona, aún con todas las deficiencias con que
contemos para declararlo, el mensaje es éste, no podemos nosotros, como creyentes en ÉL, rebajar la importancia de un mensaje semejante, menos en un tiempo como en el que vivimos ni en las condiciones en la que se haya el mundo actual, por nada, yo les aseguro hermanos, que tan solo con anunciarle uno de estos días, recibirás fuerza de Dios, es lo que a mí me ocurre, a veces, cansado de luchar y de sobrellevar esta agotadora jornada de dolor en mi cuerpo, me basta con declarar el mensaje a otras personas para recibir la fuerza que necesito para continuar, y créanme, no espero que los señores ministros entiendan o no lo que intento decir, ese ya no es mi problema, somos profetas en este mundo, sí, PROFETAS, porque anunciamos la Venida del Señor, y si ÉL lo prometió, lo va a cumplir, exactamente como lo predijo, así que no estemos ociosos como si no tuviéramos nada que hacer, la red debe ser lanzada, alguien debe hacer el trabajo, no podemos esperar que otros hagan lo que Dios nos ha mandado hacer a nosotros, eso no está bien.
Sin embargo, está claro que gran parte de nuestro cristianismo no desea a los que hablan este tipo de estas cosas, como si fueran antibíblicas, el problema es que el tiempo apremia, desprenderse de este sistema no es un juego sino una demanda, también bíblica:

¡Salid de ahí pueblo mío y no os contaminéis!

Pronto deberán suceder cosas realmente tremendas para la humanidad, más de todo lo que hemos visto, mucho más enormes que lo sucedido en Japón o en Chile, el discurso profético es directo y claro, incluso si tuviésemos que remitirnos puramente a lo escrito, es claro que vienen cosas tremendas, no obstante, Su Pueblo, ese pequeño Remanente esparcido sobre este mundo en pequeñas comunidades, que añora y aguarda su retorno, que no se ha dejado embaucar por las ofertas que a diario bombardean su vida, ese tipo de cristiano, probado, aprobado, endémico, de fuertes raíces en Cristo, que no cae derrotado porque el sistema lo segrega, ese tipo de cristiano será totalmente guardado, es La Palabra la que lo asegura, ¿o se nos olvidó lo que sucedió con el último cataclismo? Dios siempre tiene sus propios planes, por ello es que a veces también nos cuesta tanto comprenderlo, hacemos grandes esfuerzos por generar algún tipo de entendimiento al respecto, pero siempre resultan insuficientes, Dios tiene su propia metodología, su propia forma de hacer las cosas, por lo tanto, no hay excusa que valga, quedarse detenido en este sistema sin considerar la voz profética que demanda esfuerzos enormes a los que nos encontramos metidos en este mundo, puede resultar hasta fatal a la hora de las determinaciones, La Palabra en ello también es absolutamente explícita, los que no estuvieron preparados, simplemente fracasaron, así que, de nada sirven los viajeros extranjeros que vienen a rescatarnos de no sé qué, el pueblo de Dios, y toda su sufrida realidad, sabemos con mucha claridad lo que esperamos y de qué manera debemos esperar, todo lo que se nos ofrezca, simplemente lo vamos a ignorar, por pura necesidad de hacer lo que Dios nos manda, por no dejarnos mover fácilmente de nuestro valioso modo de pensar, eso, también es fidelidad a Dios, ¿o no?

Tuesday, December 06, 2011

Una indiferente prepontecia disfrazada de piedad.






















Uno se cansa de esperar que los grandes y pequeños paradigmas de la fe actual, puedan inmiscuirse en problemas de verdad urgentes para nuestras vidas, para nuestras creencias, para sustentar la dura experiencia de tener que sobrellevar una fe semejante en medio de un mundo como en el que vivimos e intentamos, siempre con la ayuda de Dios, desarrollar nuestras más preciados anhelos, al parecer, más que en aclararnos el destino y propósito de nuestra vapuleada fe, ellos se sienten más conformes de apuntar siempre a no perder un pedazo de su miserable comodidad, a tener que decir aquellas verdades que por lo trascendentes, son tan necesarias para quienes el tiempo simplemente no tiene la misma distancia ni urgencia que para Dios. Se nos dice de todo, se nos aclaran cosas que ya estamos cansados de oír, se nos recuerda lo débiles e imperfectos que somos, lo humano, se nos habla de patriarcas, de personas que no tenían los problemas que nosotros, que solo por el hecho de vivir en este tiempo y en este espacio debemos enfrentar a diario. Viviendo en una contingencia espiritual plasmada de este tipo de ministros, construidos en el placer y en la sensualidad que te ofrece la podrida condición de meretrices de este sistema, nunca vas a perder nada, nunca vas a contradecir una sola línea de La Escritura con Dios, por lo tanto, siempre serás un cobarde, nunca serás un hombre de verdad, el tipo de hombre que Dios necesita urgentemente en este sistema, porque para serlo en Dios, hay que poner toda el alma, todo el ser en esto, y cuando llegas a hacerlo, te das cuenta que hay miles de personas que mienten a tu alrededor, que es imposible a veces defender ciertos principios que solo Dios sabe cómo y de qué manera permanecen.

Nuestras vidas son valiosas, demasiado diría yo, tanto como para no desperdiciarlas en constantes majaderías que no traen ninguna clase de bien ni a Dios ni a nosotros como sus hijos, por eso creo que somos importantes, y creo también que para Dios, para el verdadero sí y autentico Dios que guía nuestros destinos, y no para el dios que pretenden explicarnos y darnos a conocer los fabricantes y consumistas de una forma de Evangelio que nutre la fe actual, de otra forma, caeríamos en la desgracia de pensar que vivimos por vivir, y que el solo hecho de pensar en un pronto retorno de Cristo a la tierra, puede ser razón para tener que evadir realidades profundas de la vida cotidiana, lo que implicaría además, el no tener el valor para decir las cosas por su nombre, y en consecuencia, estar implicados en la causa y en la dirección equivocada para llevar nuestras almas al destino que esperamos con ansia. Por ello es que cuando he abordado en este blog temas como el hambre, como el SIDA, como las guerras, como las enfermedades, la propia, la de otros seres humanos, temas como la miseria que ha traído a este mundo la llamada Doctrina de la Prosperidad, la vulnerabilidad y fragilidad en que viven tantos seres humanos que sufren a diario, mientras que otros millones ni siquiera lo advierten y simplemente pasan por esta vida sin ofrecer siquiera una mirada a los que mueren de hambre en tantos lugares del mundo, y muchos otros temas más, solo estoy tratando de defender y de mantener no solo mi conciencia en el punto y en el espacio indicado, sino que además, intento con ello, mantenerme a distancias prudentes de quienes dicen estar capitalizando en este tiempo, el bendito mensaje de La Palabra de Dios para nuestras vidas, cuido con ello, la salud mental y del alma que me provoca el mensaje puro de Cristo, y de este modo, puedo estar convencido de que lo que dice La Bendita Palabra de Dios en relación a esos temas, no tiene dos lecturas, y por lo tanto, alguien miente o no desea que se conozca la verdad en toda su cruda y potente realidad.


Escucho predicadores e intento explicarme la razón de ser de algunos, algunos que niegan a la gente la poderosa experiencia del retorno de Cristo a este mundo, las consecuencias del rechazo sistemático del hombre a la verdad revelada en Su Palabra, todas las razones que tiene Dios para permitir que el dolor humano se extienda como una alfombra sobre la superficie de este planeta, todo ello es frecuente en mi reflexión para construir este tipo de trabajo, incluso con mis canciones, las cuales, no soy capaz de componer como si se tratara de algo fácil de digerir, me tomo mi tiempo, me doy el tiempo necesario para comprender hasta qué punto puedo llegar, hasta dónde quiere o desea Dios que llegue con lo que estoy pensando, por ello es que no pienso como todas estas personas, por ello es que siempre me pregunto, ¿qué estarán diciendo?, ¿qué estarán pensando?, ¿cómo irán a enfrentar tal o cual tema? Todo esto me ha transformado con la misericordia de Dios, en un disidente declarado, ustedes lo saben, como saben también que no me he negado a ninguna clase de reflexión que pudiera colaborar a la no extinción del verdadero cristiano que aún aguarda la esperanza gloriosa del retorno de Cristo a este mundo. Y no soy el único, lo tengo claro, sé de muchos de ustedes que a pesar de no estar vinculados a alguna agrupación en especial, desarrollan poderosamente la fe de Cristo a través de lo que hacen, y que habiendo disentido alguna vez de la fe tradicional, eligieron estar solos o simplemente aguardar, con todo el peso que te provoca y te trae a diario la irreemplazable fuerza de la franqueza sobre tus espaldas, eso para mí es valor, una casi extinta fórmula de acción en contra de lo predecible, lo cual, sin ánimo destructivo, porque creo también en la honestidad de los que buscan con corazón sincero dentro de las agrupaciones, es una manera de hacer que tus convicciones no sean objeto de burla ni de manipulaciones humanas que en nada colaboran con el desarrollo de nuestra fe. Para el gran Apóstol de la era poderosa de la fe cristiana, EL APÓSTOL PABLO, las convicciones en Cristo eran suficientemente necesarias como para desbordar el alma en una eterna búsqueda que le permitiera darlo y entregarlo todo, solo así él comprendía que el tipo de Amor que gobernaba su existencia, era honrado y motivo de bendición en otros seres humanos que fueron conociendo su experiencia con Cristo.

Por ello es que hablar de Apóstoles, de hombre enormes de verdad, para mí, se remite a esa era específicamente, porque hombres como estos, la cristiandad, jamás volvió a producir, no amigos, no volvimos a ver hombres de la talla de un Pedro, de un Juan, de los profetas, la Nueva Era de la fe actual nos quiso convencer de que ellos eran capaces de producir esta clase de hombres, pero el tiempo nos ha dado la razón, el Espíritu Santo, que nos guía a toda verdad y a toda justicia, no nos ha permitido derrochar nuestras fuerzas en búsquedas yermas que no producirán las respuestas adecuadas a la gran necesidad que tenemos de oír la verdad como verdad, y no como una verdad adaptada solo al tipo de personas que asisten al templo, en especial, a lo que tiene que ver con la condición económica de los creyentes, eso es lo que delata y descubre a muchos ministros de Dios en la actualidad que se revuelcan en explicaciones cuando se trata de temas de verdad importantes para nuestra condición espiritual. Esto es lo que viene a explicar entonces, en el día de hoy, la existencia de “diferentes iglesias”, las distintas agrupaciones que han ido formándose en torno a la fe de Jesucristo, en el poder económico que algunas de ellas han logrado alcanzar a tan corto tiempo de nacidas, uno, como creyente, esperaría una explicación más convincente al respecto, pero no es así, jamás se dice que se parcela a los creyentes, que el mensaje de Dios no se trata de igual forma en donde el riesgo a perderlo todo, materialmente me refiero, se encuentra en juego cuando uno debe exhortar la Palabra de Dios con toda crudeza, y no porque se te antoja, sino, porque es necesario, porque el mundo ha perdido sus batallas y se encuentra agonizando, porque el propio cristianismo, solo en nuestro país, viviendo por muchos y condenados años de palabra prestada, de medias verdades expuestas, de profecías traídas desde cualquier parte del mundo y nunca reveladas en el corazón de nuestro escuálido cristianismo, hace lo que le dicta la forma de cristianismo impuesto, y no lo que el Espíritu Santo nos pide que hagamos, por ello es que subsistimos todavía, sobrevivimos aún en la promesa hecha por Cristo a Su Iglesia, en la más completa soledad, aislados de toda esta fabulosa experiencia del gozo y la prosperidad actual, como si se tratara de abortados, de no ser creídos ni amados, de no ser tomados en cuenta. Pero, pensándolo bien, ¿qué importancia podría tener para nuestras vidas el no ser considerados por esa clase de cristianismo? ¿Qué perdemos con ello? ¿Cuánto está en juego de lo que Dios nos ha dado cuando ellos, amparados y protegidos por el poder material que les brinda esté forma de cristianismo, pretenden ignorar el valor de nuestros sencillos pero valiosos ministerios, o cómo quieran llamarles?


La Palabra en cuanto a esto es elocuente, La Iglesia de Cristo será tomada por Él, algo poderoso, inexplicable e incomprensible sucederá de pronto, es decir, no estamos diseñados como propósito esencial de Dios, el mantenernos viviendo para siempre en este lugar, a pesar de nuestras elecciones, a pesar de lo que pensemos de ello, nuestras vidas han sido proyectadas por el mayor Arquitecto que diseñó y creo todo el Universo, y ÉL, fiel a sus promesas, cumplirá con todo lo que nos ha prometido, desde guardarnos de todo el mal que en este mundo hay y permanecer con nosotros hasta el fin, hasta llevarnos un día a Su Bendita y Gloriosa Presencia, lo que es mayor obviamente cuando puedes observarlo desde el lugar en que te encuentras desprendido de este sistema y no dependiendo de sus mugrosas ofertas, porque si ellos te han convencido de lo contrario, si les has creído absolutamente todo, si te han convencido que Ripley o Falabella tienen la última papa, de ningún modo podrás darte cuenta del valioso mensaje que encierra el saber, en este tiempo, en estas circunstancias, en la que hoy nos encontramos sumergidos, que Cristo ha de retornar por segunda vez a este mundo. Por lo tanto, si te mantienes firme en ÉL, si no dudas de su fidelidad, si no ignoras que la mayor realización ya está hecha, si sabes que no puedes llegar a construir una vida más cómoda que la que Dios te da que construyas, si entiendes que no puedes realizar en este mundo, nada que pueda siquiera empañar la gloria que en Dios nos espera solo por haber creído en el Señor Jesucristo y sus promesas, entonces, eso mismo hará que tu vida sea distinta, que tu propia experiencia con Dios esté siendo motivo de bendición para otras personas, esto mismo además, es lo que debe terminar por sentenciar nuestras vidas en Cristo, y no lo que pueda ofrecerte una forma de cristianismo que en su sedentarismo, ni siquiera concibe el que un Ministro de Dios deba hablarle a los creyentes de la forma en que Dios desea que les hablen. Marcar la diferencia entonces, puede que en este instante sea motivo incluso de que nuestros propios hermanos en Cristo nos vean como bichos raros, que se burlen incluso de nuestros proyectos, de nuestros sueños en Dios:

¿Cómo crees que lo vas a lograr?
¿Cómo piensas que lo vas a hacer?
¿De dónde vas a sacar fuerzas si estás enfermo?
¡No cuentas con el dinero necesario!
¡Eso solo se logra con dinero, la fe para nada sirve!


Y todo un considerable volumen de condiciones que uno se cansa de nombrar y de escuchar, como si Dios no tuviese nada que decir al respecto, como si Dios te fuese a olvidar cuando te falte lo necesario para subsistir, y en cuanto a esto, ¿de qué nos pueden hablar los seguidores del consumismo actual?, si somos nosotros los que a diario vemos el milagro, somos nosotros los que experimentamos en el día a día el maravilloso poder de nuestro Dios, y no porque vivimos dentro de un condominio rodeado de pasto y de vidas predecibles, por el contrario, al estar dependiendo de Dios, nuestras vidas, constantemente ejercitan con el bienestar que nos provoca la dependencia exclusiva en el poder y la manifestación de Su Gracia en nuestras vidas, no miento en ello, Dios ha sido fuerte con nosotros, sin embargo, a pesar de todo esto, estoy más que seguro que muchos de ellos, tenazmente, quisieran hacernos creer que todo lo que te brinda este sistema consumista, es todo lo que debes esperar de Dios y no otra cosa, es decir, no lo que ÉL te ha dicho que te va a dar o debas esperar de Él, sino, lo que otros te ofrecen a través de este sistema como forma o norma de vida, y no lo que debes descubrir tú mismo y gracias a tu empuje y a la fuerza que recibes de este mismo Dios enorme en el que has creído y persistido, por tratarse de tu vida, de una vida que Dios mantiene milagrosamente bajo su cuidado permanente. La verdad que nos han vendido por lo tanto, no es La Verdad que Dios ha plasmado en nuestras valiosas almas, esa verdad que debería trascender, por lo importante para nuestra subsistencia incluso, no es la que te ofrecen desde un pulpito parapetado de mentiras y temores nacidos en el corazón de hombres que aún no han experimentado en su profundidad la experiencia diaria de la dependencia con el Dios de La Misericordia, ella, ha sido modificada, por verdades aparentes, por realidades engañosas que se han interpuesto entre Dios y el corazón del creyente, haciendo creer al hombre de Dios incluso, que al experimentar el consumo en su más poderosa dimensión, experimenta con ello, La bendición de Dios, una premisa que obviamente no nace en el corazón del Evangelio del Señor Jesucristo, de ningún modo, es más bien, en muchos de los casos, una potente excusa para excluirnos de la crítica bien fundada, y que por razones antes expuesta, no vale la pena extenderse más por ahora.

Yo he experimentado como muchos de ustedes con la misericordia de Dios, pero debo ser honesto, desde el momento mismo en que creí y acepté que estaba equivocado en algunos conceptos, las cosas han sido diferentes, he descubierto una forma distinta de honrarle y de seguirle, a veces termino en un valle rodeado de naturaleza con mis hijos y mi esposa dando gracias a Dios, al no tener convenios con el sistema, al estar desconectado de la basura televisiva, esta fuerza que despliega Dios sobre este mundo, para que sigamos creyendo y sustentando nuestras vidas en Él, y que la gente de este propio mundo no alcanza a ver ni a percibir, se nos manifiesta de manera casi inverosímil, porque los milagros existen, de no existir, la fe no tendría sentido, la fe en Cristo me refiero, así que, desde hace mucho tiempo vengo poniendo mucho oído y atención a quienes con gran esfuerzo logran salir adelante en esta vida, debe haber algo divino en ello, de lo contrario, ¿cómo podríamos seguir creyendo en Él?