Friday, August 19, 2011

La Palabra cantada está de vuelta.


No hay desaliento ni menos tiempo para el desaliento en mi corazón, al menos así lo creo yo, aunque la enfermedad se encuentre presente en todos los recónditos lugares de mi cuerpo, es más, no me avergüenza hablar de ello, ¿por qué habría de sentir vergüenza por algo que Dios me ha permitido que hoy día esté viviendo? ¿Qué importa si existe gente en el Evangelio que no entiende el significado de una enfermedad? Porque si no fuera por esta enfermedad, tal vez hay muchas cosas de esta vida que no hubiese podido comprenderlas con mi limitada espiritualidad, por supuesto que no, como por ejemplo, el cariño con el que se dedican muchas personas a tratar el dolor humano desde la perspectiva que les brinda la medicina alternativa, con cuyos consejos y tratamientos, todo lo que debo sobrellevar cotidianamente se hace menos pesado, es una realidad que me bendice, me ayuda a darme cuenta que muchos de nuestros males tienen a veces su origen en nosotros mismos, no obstante, para entender todo esto, uno debe humildarse, no puede con su mirada religiosa de la vida, pretender, que solo porque existe tratamientos fuera de la medicina tradicional, que tu enfermedad va a desaparecer de la noche a la mañana, por supuesto que no, las ideas preconcebidas no permiten que cualquier tratamiento de esta naturaleza, tengan verdadero efecto en nuestros cuerpos, el milagro yo lo he vivido desde otra perspectiva, no desde la sanidad absoluta de este mal que daña mi ser entero, sino, desde la perspectiva del amor, de cómo hace Dios para que tus fuerzas no se agoten y puedas diariamente ponerte de pie para continuar luchando, eso es enorme, indescriptible.

Soy un hombre agradecido de Dios, por la oportunidad de concederme el comprender el propósito de estos enormes obstáculos que ha puesto en nuestras vidas, en donde la vida del Espíritu tiene una fundamental importancia, por lo trascendente, por las implicancias que tiene para toda la realidad humana, tanto físicas como sicológicas el ser portador de una enfermedad incurable, porque la enfermedad no sólo daña tu cuerpo, sino que también tu mente, es una inobjetable realidad que debes sobrellevar todos los días, aún así, el cariño, y más que las cantidades de personas que puedan estar orando por ti, son elementos que aún hoy, pasados tantos años, no puedo comprender en toda su dimensión, he tenido visiones en donde he visto a pequeños grupos de hermanos orando por mi condición, ello mismo me ha permitido en este tiempo albergar poderosas certezas dentro de mí en torno a Dios y a su Propósito, es como aprender a caminar de nuevo, aprender a confiar en su protección y bendición se ha tornado en una conducta hasta formativa, a pesar de mis cincuenta, espero no fallarle a Dios, no decaer por cualquier causa, aún así, sé que soy persona y que me canso, que en algún momento de la batalla puede que deserte y quiera dejarlo todo, por el enorme y costoso precio que conlleva el subsistir en medio de este mundo con una enfermedad de este tipo sobre tu cuerpo y más encima tener que soportar el rigor de un Ministerio.

Una enfermedad que te incapacita para desarrollar una vida como deberías, se torna desastroso, de todas las maneras, uno pude palpar en su propia naturaleza cómo cada día que pasa se transforma en un campo de batalla en donde por lo general, pocas veces, aunque vayas en el Nombre del Señor, ganas alguna de esas batallas, el dolor y el cansancio te impiden avanzar, por lo menos con el cuerpo, luego te quedas observando el paso de las horas y nuevamente te debes enfrentar a tu realidad, de este modo, ¿de dónde sacas fuerza para superar la dificultad? ¿Quién se hace cargo de todo esto? Nadie, absolutamente nadie, solo cuentas con que unos buenos hermanos desde lejos te apoyan, que no van a dejar de orar para que las fuerzas no se vayan de tu cuerpo, eso es bastante, suficiente cuando sabes que cada hora que pasa es solo una oportunidad que te da Dios para seguir lidiando, algo más no está en el itinerario de Dios ni de nadie. Por lo tanto, te debes conformar, debes ser lo suficientemente hombre como para ponerte de pie y luego presentarte frente a los hermanos y continuar haciendo lo que sabes hacer, sin que sus críticas te destruyan, sin que el pragmatismo con que suelen manejar sus realidades, afecte finalmente tu buena disposición para servir al propósito mayor que es servirlo a ÉL.

Pero muchos no entienden esto, no saben nada acerca de este tema, se han pasado la vida en otras cosas como para detenerse en este tipo de dolencias o enfermedades, por lo tanto, obvian el tema, lo pasan por alto, o simplemente no te ayudan, no tecolaboran, se hacen los ciegos cuando sí pueden ver lo que te sucede, porque lo que está pasando es evidente, es indiscutible que estás siendo motivado, a dar lo mejor de ti para enaltecer el Nombre de Cristo, pero a muchos esto les parece de bajo perfil, preferirían mil veces viéndote en otra cosa que en esto, tal vez vendiendo en las calles, cualquier cosa, en Patronato o no sé donde, jamás defendiendo la fe, no les gusta tu estilo, directo y honesto, prefieren a los hipócritas, a los vendedores de ilusiones, a los que son capaces de falsear el contenido de La Palabra con tal de salir bien parados ellos, de este modo es como se nutre la realidad actual de la fe, sin parámetros certeros, sin medidas claras en lo que respecta a algo tan importante como el dolor de otros seres humanos, por ello es que poco tienen que aportar algunos a todo este mundo que se cae a pedazos, no saben qué hacer con sus experiencias de vida en Cristo, las ven inútiles frente al progreso material de esta sociedad, sienten miedo, mientras tanto, invierto gran parte de mi tiempo orando, rogando para que las fuerzas no me falten, para que el sistema no sea lo suficientemente fuerte como para erradicar de este mundo a aquellos que aún creemos en la honestidad, en el valor del recurso que te vuelve simple, humilde, y no en lo que los demás desean que tú seas para que ellos se sientan bien, sino, en el propósito mayor que es agradarle a ÉL, lo demás es solo cuestión de resistencia, que es lo que yo le pido a Dios, resistencia para no caer, para no desmoronarme frente a los molinos de viento que el mundo ya me tiene preparado.

El milagro por lo tanto, he de comprenderlo en su verdadera dimensión, no puedo pasar por alto cosas de enorme significado para mi vida como el estar compartiendo esta experiencia de vida en Cristo, con hermanos que me han ayudado a darme cuenta que mi realidad, por precaria que parezca, tiene valor e importancia no sólo para mi propia vida sino, para la de muchas personas que aún se interesan en el hecho de que exista aún, dentro del mundo de la fe, esta clase de seres que formamos todos aquellos que a pesar de todas las complejas situaciones de la vida, todavía somos capaces de representar con nuestros dones y humilde arte, a ese romántico artista itinerario de la palabra que recorría pueblos y ciudades en la vida medieval, y que con sus historias y cantos a cuesta, bendecía la vida de las personas, si hacer esto es producto de rechazo por parte de los lucrativos y oscuros personajes de la vida de la Iglesia actual, ya no tiene valor para mí, porque yo mismo, cada Domingo, cada Jueves, cada vez que tengo la oportunidad de participar en sus cultos, en sus reuniones familiares, en las reuniones en sus hogares, que evocan antiguas tertulias en torno a una mesa conversando de Cristo y Su Palabra hasta altas horas de la noche, solo me hacen pensar que el cantor itinerante de La Palabra, no solo no ha pasado de moda, sino que está de vuelta, con todo su esplendor, con toda su brutal honestidad, para hacernos volver a lo simple, a lo cotidiano, a lo que los grandes escritores de libros cristianos no tomaron en cuenta, es probable que tal vez el pueblo de Dios ya esté agotado de tanta parafernalia, quién sabe, lo cierto es que este último fin de semana, cuando tuvimos junto a mi hermano y amigo, Cristian González, la oportunidad de servir al Señor en una iglesita perdida por allí en la Quinta Región, luego de acompañar a los hermanos en una sencilla cena improvisada, al calor de una salamandra, sentimos que estábamos en el lugar indicado y en el tiempo que nos corresponde vivir, otra cosa, ya no es posible, porque la propia Palabra de Dios afirma que los hijos de Dios son guiados por el Espíritu, de tal modo que nada puede obstaculizar el hecho de que Dios, en su soberana misericordia, esté tomando el control de esta clase de personas para que vayamos y nos desafiemos a nosotros mismos, todo con el propósito de establecer una vez más dentro de esta realidad ensimismada y predecible, que el cantor de verdades no ha dejado ni dejará jamás su arte de entonar canciones sin el miedo de creer que a alguien, por su simpleza y falta de medios, no le guste lo que uno es capaz de hacer con su cristianismo, vivir en fe por cierto, como lo he dicho otras veces, no es fácil, para nada, pero no se necesitan tantos millones para sentir que uno va por el lindero correcto, la sola llamada de algún Ministro de Dios, o la invitación de algún hermano a una de sus reuniones en sus sencillos templos, es suficiente motivación para no permitir que los emisarios de la incredulidad y el ocurantismo epiritual, sigan aportillando la entrada a un Reino que el mismo Señor, hace dos mil años atrás, dejó abierto para que todo aquél que tuviese algo que hacer, por y en Su Nombre, lo pudiese realizar sin trabas y en completa libertad para su Bendita Gloria.

Thursday, August 11, 2011

La cruz frente a las bendiciones.













Pero bien, orar es sólo el comienzo, sí, tan sólo el comienzo, yo tengo muy claro que los cristianos de hoy no desean hablar de Jesucristo a los demás, están demasiado centrados y detenidos en las bendiciondes materiales como para pensar en las almas que a diario se pierden por esta sola causa. Basados en esta filosofía de vida, es claro también que la vida espiritual de La Iglesia de Cristo no desea voces que pudieran despertarlos, el sueño parece ser apacible, tanto como para evadir descaradamente el mensaje de La Cruz, el único mensaje que puede salvar al hombre de su condición, ¿pero cuántos estarán dispuestos en este momento? ¿Cuántos dejarían de hacer ciertas cosas para que el hombre actual tuviese al menos un testimonio de la verdad inobjetable del Evangelio de Jesucristo?

A veces me apestan algunas cosas, no puedo esconderlo, El Espíritu Santo no me permite pasarlas por alto, como la religiosidad en la que viven sepultados millones de cristianos en el mundo entero, sin que ningún problema pueda sencibilizarlos lo suficiente como para dejar por fín, toda esa enorme carga de estupideces que solo hacen menos efectivo el mensaje de la cruz. Me duele ver a veces a hombres enormes en la fe haciendo cosas de pequeños, y me llena el alma darme cuenta que existe en este mundo, hombres pequeños para la religión que son capaces de hacer cosas enormes para enaltecer el Nombre de Cristo, como dejar la comodidad y salir a servir a Dios, sin importar costos, sin importar si las cosas serán o no favorables, el problema es otro, muchos cristianos no entienden que todo lo que tenemos que hacer para que nuestras vidas realmente tengan sentido en el campo de la fe, es actuar, es hacer, es no retroceder, es no quedarse mirando como el mundo toma el control de todas las cosas y nos vuelve inocuos. Para ejercer semejante verdad, uno debe bloquearse, no debe escuchar a aquellos predicadores y cantantes profesionales que solo hablan de bendiciones materiales, todo ello es simplemente basura, porquería de primera que solo puede obstaculizarnos si tomamos como parámetros las vidas de hombres que no entienden que el principal objetivo del Evangelio en nuestras vidas, es salvar almas.

Los cristianos, antes de la Venida de Cristo, habrán tomado como norma de vida la evasión, ridiculizarán a todos quienes se han atrevido a enfrentar al sistema y toda su perversa flojera, no verán en ellos a los verdaderos enviados de Dios, los expulsarán de sus congregaciones y no querrán tener entre ellos a quienes defienden la fe del Señor Jesucristo. Por ello es que a veces nos parece tan incierto el presente, aún con el Señor en nuestros corazones, no obstante, el Señor Jesucristo ha determinado en su Bendita Voluntad, todos y cada uno de los sufrimientos y pruebas que deberemos enfrentar para que nuestro cristianismo produzca los frutos que Él nos exige, y no nos quedemos solo en bellos proyectos de vida. Para ello es que las pruebas presentes deben ser tomadas como normas de vida, cualquier forma de evangelio que no tome en cuenta este tipo de circunstancias y en su defecto, centre su atención en propósitos superfluos y mundanos, debe ser considerado anatema, fuera de contexto, el cristiano verdadero no tiene otras opciones de vida, cuando Cristo retorne a este mundo, se verá la verdad de todas las cosas, mientras tanto, es obvio que el enemigo del alma seguirá ganando adeptos par que la luz de Jesucristo, no llegue al corazón de muchos seres humanos que hoy día necesitan urgentemente de Su Palabra.

La vergüenza será total, eso está más que claro, aún así, aún estando escrito, los cristianos no asumen que el tiempo que estamos viviendo, es un tiempo en donde la vida espiritual está en peligro, para que ocurriera lo opuesto, primeramente tendrían que pensar y reflexionar en la importancia de lo que Jesús nos trajo, luego, en el valor de nuestra salvación, y finalmente, ¿qué podemos hacer para que muchos conozcan al Señor y Salvador de nuestras almas? Pero para eso hay que tener mucho más que amor por Cristo y las almas que se pierden, mucho más que un sentimiento por aquellos que no están en Cristo hoy día, y en tal condición, no veo cómo podría el cristianismo de hoy, salir de su letardo y ofrecer al mundo una salida, de verdad que no, porque desde hace mucho tiempo el cristianismo dejó de salvar almas para convertirse en un negocio, en una bolsa de comercio en donde la mayor y más evidente demostración de que uno es hijo de Dios, es la bendición material. Así, las verdades más importantes del Evangelio de Cristo, se diluyen en la conciencia de aquellos que, teniendo Llamamientos poderosos para servir a Dios, prefieren la comodidad que les brinda el estar sumergido en realidades espirituales basadas en el hedonismo y en el bien estar económico.

Cristo no está siendo predicado en toda su verdadera dimensión, eso es elocuente, uno se queda con la idea de que todo podría ser diferente, pero no existe en la realidad actual, hombres de Dios decididos a tomar la demanda de Dios como un deber irrenunciable, es más, los adoradores profesionales, simplemente han llenado el corazón del cristianismo actual con una forma de pensar que no necesita la autocrítica, por lo tanto, el cristianismo se llena de adoradores y nunca se inyecta en el alma la necesidad de abordar el cristianismo como una demanda a ir en pos de los que no tienen a Cristo. Esta práctica que al parecer llegó para quedarse, simplemente me parece absurda, totalmente ijusta, sobretodo para aquellos que sí están dispuestos, con toda su alma, a servir a Dios, cual sea el tiempo, cual sea el problema que debamos enfrentar, el caso es que el tiempo corre, violentamente, provocando muertes, en todos los lugares del mundo, desdicha, por millones, soledad, suicidios, drogadicción, asesinatos, de modo que el aspecto perentorio del Evangelio de Cristo, ningún hombre pueda silenciarlo ni oscurecerlo.

La Venida del Señor es un hecho que discurre en todo el contenido de La Palabra de Dios, cosa que su sola lectura pueda ocasionar fe en la vida de los que creen en esta esperanza, largos pasajes de La Biblia anuncian que Cristo ha de retornar a este mundo, por segunda vez, los que aguardamos el cumplimiento de esta bella profecía, añoramos con el alma su regreso, mientras tanto, no vamos a claudicar porque dentro de la realidad de La Iglesia actual, Ministros incluso, no comprenden el valor de nuestros Ministerios o Llamamientos, hacerlo podría ser fácilmente llamado de deserción o cobardía, y yo, en tan situación, no voy a permitir que por la arrogancia de unos pocos, El Evangelio que me fue predicado, sea arrojado a la basura, por ningún motivo, lo he dicho muchas veces en este trabajo, no soy de los que retroceden, ni tampoco estoy en Cristo para condescender, con nadie, yo no soy quien para impedir que La Verdad del Evangelio de La Cruz, en este tiempo, bajo las circunstancias que todos hoy días estamos viviendo, emerja desde el corazón del cristianismo como la única y verdadera salida para una humanidad que a diario se precipita hacia el abismo.

Tuesday, August 09, 2011

¡Orad en todo tiempo!






















Esta ha sido una semana durísima, tan dura como los hechos que nos han acontecido y de los cuales, todos los medios de comunicación han dado cuenta. Chile parece hallarse en una encrucijada, histórica, una especie de dilema que no parece tener solución, no sé cuánto tiempo va a durar, ni de qué modo podrían las cosas tomar o cambiar de rumbo. Todo parece indicar que el tiempo comienza a pasarle la cuenta al hombre, al ser humano que niega el propósito por el cual estamos en este mundo, si todas las cosas han de repararse en el Congreso o con Plebiscitos, entonces, ¿para qué el Señor murió y resucitó? ¿Para qué vino a dar su vida en una Cruz? Las sociedades del mundo, evitando todo roce con la verdad revelada, no parecen tener conciencia de las implicancias que tiene el rechazo sistemático del hombre al Evangelio de Cristo, es más, hasta se jactan, por lo tanto, en medio de un mundo que no retrocede frente a verdades tan enormes como las que declara La Palabra de Dios, el síntoma parece ser el mismo para Chile, Inglaterra, Noruega, China, etc., un manto de oscuros presagios tienden a caer como poderosas nubes sobre aquellas realidades que a diario, simplemente no desean oír ni aceptar el mensaje de la Cruz. En tal situación, al cristiano no le queda otra cosa que orar, orar para que los espíritus puedan hallar la calma y de este modo, las naciones del mundo, incluido nuestro Chile, con todas sus medias verdades a cuesta, logre encontrar el rumbo que se necesita para continuar sobreviviendo a todos los conflictos que las circunstancias nos presentan. La oración por lo tanto, se nos ha de mostrar como una herramienta de suma importancia, de mucho y considerable valor cuando vemos que una parte, aunque pequeña de nuestra sociedad, no es capaz de contener sus sentimientos de frustración, y adquiere de un momento a otro, una fuerza tan arrolladora como la que hemos visto, plegándose y diseminándose por las calles de nuestra capital y de otras ciudades del país, para sembrar el terror que ni siquiera los policías de nuestro país son capaces de contener.

Daniel, el profeta, oró fervientemente, y Dios le respondió, él no se dio por vencido, en su fuero más interno sabía que Dios en algún momento, respondería a su oración, y así fue. Por ello es que este ejemplo puede sernos de mucha utilidad ahora que las cosas no parecen estar mejorando, por el contrario, estamos siendo testigos de cómo las sociedades de este mundo se están desmoronando y dando lugar a un tipo de manifestación que siempre termina en violencia y delincuencia. Esta es una de las cosas que está caracterizando a todos los grandes movimientos sociales de nuestra época, es como si gran parte de la gente de este mundo, en especial los que deben sobrellevar el peso más grande de esta vida, se hubiesen puesto de acuerdo para vociferar a las autoridades, que no siempre las personas que viven bajo la línea del progreso, estarán en silencio, por el contrario, aquí están, reclamando, alzando la voz, haciéndose sentir, diciendo al mundo que ya están cansados, agotados de mirar pasar los días y ver tan solo como un pequeño grupo de esta sociedad, es capaz de aglutinar o concentrar la mayor parte de la riqueza de este mundo, y ello no es menor, porque ni siquiera el reaguetón, con toda su poderosa mugre sensual los ha podido detener, se trata entonces de una efervescencia impensada, sin planificación, es más, son familias completas las que han salido a las calles a reclamar, ¿quién los va a detener?

Pero bueno, la oración como decía, es un medio o una herramienta que el Señor nos ha dado a todos los que creemos en Dios, para poder comunicarnos con Él, y de este modo, actuar como intercesores, no sin antes comprender que nuestro sacerdocio, junto con la oración, son y deben ser las armas más potentes con las cuales contamos los cristianos y podemos aportar para que nuestro Chile, y este mundo por cierto, pueda encontrar la senda que el hombre ha extraviado desde hace mucho tiempo atrás. No obstante, por el hecho de actuar sacerdotalmente dentro de esta realidad, ello no nos inhibe ni tampoco nos impide que tengamos a lo menos una visión crítica de la realidad, para nada, somos nosotros, los cristianos de hoy, los encargados de dar a conocer que el planteamiento profético, con todo el rigor de sus demandas, se encuentra en plena vigencia, y que su dinámica, debido al orden histórico que la humanidad está viviendo, pone a la Iglesia de Cristo, en un lugar de privilegio cuando se refiere a denunciar, interceder, predicar, o reflexionar, es el cristianismo el que posee las herramientas tanto teológicas como espirituales, que pueden afectar poderosamente la realidad en la que nos encontramos, es además, una demanda de Cristo, y si Cristo demanda esto de los cristianos, es porque nos entregó también las herramientas, todo lo demás es simplemente “evasión”. Sin embargo, es claro que el Evangelio, o mejor dicho, la forma de evangelio propagado por la realidad económica de la fe actual, con su actitud de exclusividad, y en la cual también caen muchas organizaciones tradicionales del panorama evangélico nacional, las que no han permitido que el germen de la reflexión pueda afectar el alma del cristiano en cuestión, situación que no permite el que, Ministerios como los nuestros, puedan ser ponderados y utilizados por Dios en su justa y verdadera medida. Es cierto, pocos son los Ministros de Dios que permiten un canto que pueda sustraerlos por un rato de todo el pensamiento hedonista en que se encuentra el cristianismo protestante, sin embargo, y para ser justo, toda vez que tengo la posibilidad de ofrecer mi humilde ministerio a los siervos de Dios que dirigen congregaciones, no ha sido todo lo negativo que pudiera pensarse, es más, he sido oído, y bendigo a Dios por ello.

Las instituciones cristianas tienen por lo tanto, a mi modo de ver la realidad, una enorme responsabilidad en las cosas que están aconteciendo en este momento en nuestro país, la función sacerdotal no se puede limitar a aspectos específicos como son el funcionamiento de cada organización, la madurez del cristianismo protestante debería manifestarse en la forma como asume su rol profético y en la integridad como aborda su compleja situación de intercesor. Muchos cristianos en el día de hoy, no desean tomar o asumir roles sacerdotales, es más, muchos ni saben de qué se trata el tema, en ello, existe una evidente inmadurez, falta de conocimiento incluso, el evento histórico en cual está sumida la sociedad chilena, necesita de esta poderosa herramienta para que nuestros hijos, repartidos dentro de todo este sistema, también reciban el tratamiento que merecen de parte de los que gobiernan. El Estado, como es sabido, debe asegurar que la Educación del pueblo sea acorde al tiempo y a las demandas que le son impuestas por un mundo totalmente afectado por la globalización, ya no podemos esgrimir como excusa, que la educación de nuestros hijos no merece la importancia que hoy día los propios actores le han dado, por el contrario, las últimas marchas nos han suministrado un tipo de visión que no habíamos advertido antes, la aparición de familias completas dentro de las marchas, nos hablan de que el tema de la Educación en Chile ya se instaló desde hace mucho tiempo dentro de la esfera de la familia, hecho que viene a demostrar la tremenda importancia que debe tener para los propios actores, el que la familia chilena ya no se quede en casa viendo programas de farándulas o de entretención, mientras sus hijos salen a defender y a luchar por un problema que ya dejó de ser de unos pocos para convertirse en nacional.

Por lo tanto, mi deber como Sacerdote y Ministro de Dios, es hacer un llamado, un llamado a todos los cristianos a sumergirnos en la oración, con propósito, con un destino común, con una profundidad en Cristo, que si bien los políticos no ha asumido el rol que históricamente el pueblo a través del sufragio les ha enmendado, es la hora y el momento para que las cosas en nuestro Chile comiencen a cambiar, y para ello, todos tenemos que asumir alguna cuota de responsabilidad, y cuando digo todos, estoy diciendo que también incluyo a los medios de comunicación, y dentro de ellos, a todas aquellas personas que son las encargadas de dar vida a las líneas programáticas de los canales abiertos de televisión, por su marcado apego a la mediocridad intelectual que promueven programas basados en vidas de personas que no tienen absolutamente nada que ofrecer ni representan además, a la inmensa mayoría de adolescentes, jóvenes y adultos que deseamos un mejor Chile para nuestros hijos, no puede ser que gran parte de nuestros canales abiertos dediquen largas horas de programación a la simple disección de vidas que no dicen nada. Todos por lo tanto, todos tenemos algo que hacer para que el Chile que vamos a construir, de aquí en adelante, sea más justo, mucho más inclusivo, otro Chile no necesitamos, de lo contrario, tendremos que conformarnos, y tal vez, muchos querrán la conformidad para evitar el roce con la verdad, es más consensuado, menos cruel tal vez, sin embargo, por el hecho de invitarles a orar e interceder por nuestro país, ello no me impide tener mi propia visión de la realidad, pues creo que en lo profundo de mi alma, anhelo tal vez algo imposible, imposible de realizar, como desear para mis hijos un mundo mejor, más justo, no obstante, no voy a orar pensando que es imposible creer que todos nos pongamos de acuerdo por un momento y creamos que el problema de nuestra sociedad chilena nos incumbe a todos, por el contrario, oraré pensando que todos, incluidos los detractores de la fe, por un acto de suma humildad, vamos a ser capaces de ceder y poner por sobre nuestros propios egoísmos, el verdadero interés que nos vincula y nos compromete a comenzar, desde este mismo momento, a dejar de ser los niños que siempre fuimos para liderar una sociedad que sin la ayuda de Dios, simplemente, se desvanece.

Tuesday, August 02, 2011

La vocación profética y su implicancia en el devenir histórico.























Las realidades espirituales actuales, colapsadas y eclipsadas por el gozo proveniente de las alabanzas, han invertido nada en la exposición y comprensión del planteamiento profético, no entienden que no son ni sus bailes ni sus fiestas las que dan sustento a la vida espiritual, de lo contrario, habría que extirparle una gran cantidad de textos a La Biblia, en especial, aquellos que dicen relación con la enseñanza y el carácter pedagógico del planteamiento bíblico. El gozo espiritual, consecuencia de la experiencia diaria con Cristo, no es en ningún caso la única medida o parámetro con que contamos los cristianos de éste y otros tiempos, para cuantificar y concluir si la vida que estamos viviendo con Cristo, es o no totalmente confiable de ser creída y aceptada, son tantas y tan diferentes las circunstancias que debe enfrentar a diario un cristiano, que la pura idea de pensarse gozoso a la medida de la fe que propone de la vida espiritual actual, no representa a mi modo de pensar, ninguna seria condición que nos haga creer que el cristianismo protestante se halla pasando por un muy buen momento como quieren y desean hacernos creer los Harry Potter del Evangelio actual.

El argumento profético va mucho más allá de la minúscula observancia y práctica de una forma de fe que se encuentra regida por normas prácticamente fuera de nuestro contexto. Allí es donde la verdad profética adquiere la importancia que los recaudadores de mediocridad espiritual, simplemente pasan por alto, porque no es el acuerdo de ciertas partes lo que le da vida a lo que llamamos “vida o realidad espiritual”, sino, nuestra sumisión al plan maestro y único para que nuestras almas reciban el apropiado tratamiento que Dios ha jurado, en Su Nombre, cumplir con lujo de detalles hasta el final. Por ello, cada vida que transcurre en esta perspectiva, adquiere un profundo valor, es imposible avanzar sin antes tener que recibir lo que Dios nos quiere entregar a través de hermanos que para este perverso sistema, no tienen ninguna importancia, y en ello deseo ser tajante, ninguna vida en Cristo, por humilde que sea, transcurre en esta vida sin que Dios se encargue de preparar las circunstancias que darán forma a tal existencia, está escrito además, se encuentra en la genética misma de nuestro Llamamiento, seguimos a Dios por que ÉL nos ha hecho comprender el valor de cada instante de nuestro pasar por este mundo, en donde, nada para un hijo de Dios ocurre porque sí no más, sino por el contrario, cada segundo y experiencia diaria con su Amor, nos acerca un poquito más al destino que alguna vez, allá lejos en la eternidad, Cristo mismo trazó para nuestras inquietas y errabundas almas.

Esto no les gusta a los usurpadores y traficantes de almas, el que un hombre de este mundo, cualquiera sea, descubra finalmente que su vida tiene sentido y propósito en Cristo, ello les enfurece, los enoja y los llena de cólera, porque no pertenecen a este propósito, porque carecen de un sentido de vida que solo el Espíritu Santo y a través de Su Bendita Palabra, es capaz de revelar a todo aquél que ama al Señor Jesucristo. Así que, mantenerse como observante y jamás ejecutante de algo en Dios, prácticamente no tiene valor, la única fe valorable es aquella que es capaz de vencer los obstáculos que va poniendo el sistema con su intrincada maquinaria de dolor, y no permite que los sueños ni las visiones que establece Dios en el corazón del cristiano, se queden solo en eso, en sueños, porque siempre habrá en este mundo, estando en Cristo, el tiempo suficiente para abrir las brechas que la vida y el propio mundo ha levantado, y dejar el camino abierto para que otros, con menores recursos tal vez, puedan utilizar ese camino para llegar a donde tanto nos ha costado a muchos llegar. Los fuertes en tal condición, deben manifestarse misericordiosos con aquellos, cualquier forma de orgullo y de soberbia puede hacer que todo se derrumbe, y dejar prácticamente sin posibilidad a aquellos que también, a pesar de todas las dificultades que la vida pone por delante, siguen creyendo en una realidad que en su mayor y más importante expresión, basa su existencia en el bien del prójimo.

Pero es claro que dentro de una realidad en donde el hedonismo y la experiencia superficial del gozo implantado a costa de miles y millones de dólares invertidos en tal expresión, la única vida transformada por el poder de Dios, no tendrá el valor que corresponde, es más, será ignorada, pasada por alto, por lo tanto, lo único que podría blindar a los cristianos aún dispuestos a contribuir en la manifestación y establecimiento del Reino de Dios aquí en la tierra, es Su Bendita Palabra, otra cosa no es posible, los ejercicios espirituales son solo eso, ejercicios, necesarios sí, pero la evidencia de que Dios ha dicho y ha cumplido todas sus promesas en la historia, se encuentra en Su Palabra, no en la alabanza de moda, Su Palabra es la que contiene la fuerza Ética y Moral suficiente para que el ser humano, cualquiera sea su condición, emprenda con total y absoluta confianza el desafío de la fe, aunque el mundo parezca oponérsele, de ningún modo, ello es lo que sintieron hombres como los profetas, el mismo Señor, Pablo, Pedro, Juan, Jerónimo de Savonarola, William Tyndale, todos ejemplos de caracteres irremediables frente al Llamado divino en condiciones adversas, ninguno de ellos claudicó al mayor propósito que era, “mantenerse en la posición que Dios los puso”, sin esta claridad, el gran propósito de Dios habría fracasado, y nosotros, sin tales herramientas a nuestra disposición, no sabríamos qué hacer con nuestro cristianismo, de manera que tendríamos la obligación de hurgar en las siempre turbulentas aguas de la fe comercial, y quedarnos simplemente con lo que tanto cantantes como predicadores de moda nos ofrecen, con el único objetivo de que aceptemos esta clase de vida, está clase de experiencia con Dios en este sistema, como la única y verdadera experiencia posible.

El Éxodo, en tal condición, no se justifica, tampoco el “salid de ahí pueblo mío”, ni menos, “deja ir a mi pueblo.” ¿Para qué salir de un lugar si se está bien, si se está viviendo plácidamente, si no hay contradicciones con lo que establecen leyes humanas perversas, como la acumulación de la riqueza por parte de unos pocos? Allí, el pensamiento profético puede hasta hacernos tambalear, no podríamos imaginar el peso de una figura profética investida de toda esa naturaleza confrontando gobernantes, no sólo por el hecho de que en el mundo los homosexuales estén ganando derechos que nunca tuvieron, sino que además, por leyes injustas, por decisiones partidistas, por la corrupción de los propios medios de comunicación, que con sus líneas de edición totalmente fundamentadas en el engaño y la miseria de sus programaciones, solo infectan y allanan el alma de este mundo para que en un momento a otro, ya no seamos capaces de discernir cuál es el lado derecho del izquierdo. Por ello es que los levantamientos sociales de este último tiempo revisten de gran importancia para el cristianismo, y en especial, para su contexto profético, porque ahora son muchos los que están dando a conocer su desencanto contra los que tienen la responsabilidad de llevar a cabo profundos cambios sociales y políticos, cambios que tengan como medida, ya no a los que nada deben soportar en sus condiciones de privilegio en las cuales han establecido sus realidades, sino más bien, comenzar desde abajo, quitarle en cierto modo el derecho a los que siempre han usufructuado del sistema, para permitir que los marginados de las decisiones gubernamentales entre muros, tengan alguna vez en la vida, la posibilidad de experimentar una mejor condición humana y ya no solo subsistir como lo hacen millones en este mundo.

Por ello es que la propuesta de cantantes de moda cristianos y predicadores en general, tiene tanta influencia en el corazón y en el alma del cristianismo actual, al no hablar los exponentes de la mercadotecnia espiritual de temas tan relevantes para la vida del cristiano como, la iniquidad, social, la decadencia de los medios, el proselitismo religioso, la depravación, en todas sus formas, el negocio de la fe, el comportamiento del cristianismo frente a la desdicha humana, la vulnerabilidad en que viven millones de seres humanos en el mundo entero cuando, en solo Estados Unidos el negocio de la fe produce millones y millones de dólares anualmente; impermeabiliza a quienes deberían, por Llamamiento, abordar la realidad profética como una herramienta para defender los principios que dan vida a la Ley de Jehová. Eso es lo que hicieron hombres como Isaías, Habacub, Amos, Jeremías, etc., sin ellos, estaríamos perdidos, perdidos en medio de una noche sepulcral, sin saber a dónde dirigir nuestras vidas, sin saber en dónde poner nuestros pies para darle sentido y razón a nuestras existencias, ese es el gran legado de estos grandes hombres de Dios, ese es el gran discurso de sus dificultosas pero valiosas vidas, por ello mismo no considerados por los sensuales propagadores de alabanzas como temas para enseñar valores al pueblo.

El camino entonces se nos ofrece aún más lleno de dificultades, escarpado, estrecho a veces, agotador, agobiante, no podría ser de otra manera, Cristo ya lo había señalado, estamos al parecer enrolados en una muy difícil circunstancia, todo nos ha de costar, incluso la paz, la tranquilidad, a donde nos movamos las dificultades han de seguirnos, nada será de fácil obtención, todo nos ha de costar la vida, sin embargo, en medio de toda esta convergencia de contradicciones y dificultades, el más significativo y valioso ángulo de Su Carácter, el del Amor, con toda seguridad nos está aguardando para que nuestras vidas sean tocadas y reconquistadas por ÉL, de tal modo que la Luz impenetrable y poderosa de Su Bendita Presencia, llegue a irradiar nuevamente nuestras vidas quebrantadas, dejándonos al fin sin otro rumbo ni camino que tomar, más que el destino de seguir y continuar tras las pisadas del que un día, sin límites posibles, Su Vida derramó para que el canto y la verdad de los profetas que murieron, no se duerma ni se extinga entre las horas siempre oscuras de una historia que parece lentamente estar llegando a su final.