Sunday, February 22, 2009

A pesar de La Palabra.






















Entonces, no todo lo que se dice, incluso desde un púlpito, resulta ser Palabra de Dios. Existe una clara intención, por parte de los predicadores y cantantes del Gozo actual, que la gran masa de creyentes en Jesucristo pase por alto, o por lo menos no reflexione, en hechos puntuales que dan como señal, la orfandad absoluta y letal por la cual gran parte del cristianismo institucionalizado y jerarquizado, a penas sobrevive en su potente experiencia del gozo espiritual.

La Palabra de Dios, manifestada en forma literal y luego confirmada a través de los profetas del Antiguo Testamento, urge ser desarraigada como expresión única y soberana de la mente y del corazón del Dios vivo, desde las mismas profundidades en donde mantienen en total silencio a los verdaderos profetas de Dios para este siglo, porque no hay, y no existe dentro del plano de nuestras vidas espirituales, algo que pueda subrogar en importancia, todo lo que Dios desea que sepamos y comprendamos de Su Voluntad y Propósito en un tiempo histórico que no permite la reflexión y la libre expresión de la verdad. De tal manera, es que los tentáculos de la antigua horda católica, y ahora los propios de una realidad Protestante ensimismada y colapsada de fervor religioso, se hacen presentes en este tiempo sólo para confirmar, una vez más, que el espíritu ecuménico, fuertemente impulsado y concedido por la Puta romana, se encuentra más que vigente en nuestros días, y que la nube tóxica de los ya consabidos movimientos espirituales de avanzada protestantes, no permite a la multitud de creyentes definir, si lo que está en juego en estos momentos, va o no a alterar en algo el propósito de Dios para con sus vidas.

La Palabra de Dios, entonces, siempre ha sido el mayor y más importante recurso con que contamos nosotros los cristianos, para comprender y desarrollar el propósito, dentro de nuestras propias vidas. Debido a su carácter revelador, nos concierne saber entonces, con toda seguridad, si los elementos con los cuales se pretende dar a conocer un cierto ámbito de este recurso, cuenta con el apoyo que debiera, esto, debido a la poca profundidad con que hoy día se pretende defender o hacer apología de una experiencia que más que espiritual, parece ser parte de un gran organigrama comercial que no descansa ni permite a los opositores de tal experiencia, ni siquiera expresar las razones ni el fundamento de sus contradicciones a tal condición de fe y forma de vida, dicho de otra manera, el acto orgánico de tales movimientos, con una corporeidad casi robótica, no escucha a quienes tienen algo que manifestar desde la represiva y obscena estadía en que han sido obligados a ser silenciados. Pues bien, no siempre el pueblo del Israel bíblico oyó Palabra de Dios, no siempre, a pesar del Llamamiento, a pesar de La Elección, estuvo protegido desde su propio interior para evitar que otras voces usurparan la bendita voz de Dios, de otro modo, tal vez Israel no habría pecado como lo hizo, no obstante, hay declaraciones proféticas inevitables que traducen para nuestros días, el estado en que dicha nación se encontraba, y de cómo el verdadero enemigo de Dios y de Su Pueblo, fue capaz de permear defensas espirituales y teológicas profundas, dadas por Dios mismo a través de sus Ministros, basándose, lamentablemente, para el pueblo de Dios, en la utilización de la propia y bendita Palabra de Dios.

El Sacerdocio, con toda seguridad, tuvo mucho que ver en estas circunstancia, Israel no estaba siendo dirigido por un dios cualquiera, por lo tanto, debía estar siempre atento a lo que Su Dios tenía que decir, de lo contrario, la palabra APOSTASÍA se convertiría en un modo de vida. Por lo tanto, no es raro que nos encontremos tempranamente, como en el primer libro de Samuel, un libro de los llamados históricos, hablando de la decadencia espiritual y moral de los encargados de la salud espiritual y moral de ese pueblo:

“Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová”.
(I Samuel 2: 12)


La Palabra de Dios coincide entonces, la efervescencia espiritual de la nueva fe protestante mundial, no ignora monumentales verdades bíblicas, las conoce totalmente, está al tanto de ellas, es que simplemente ha decidido evadirlas, no tomar en cuenta que una Nación de Dios, no se construye con cantos ni repeticiones de alabanzas sino, con conocimiento de Dios, y este, por La Palabra de Dios. “Escrito está”, así lo demandó y confirmó El Señor, así lo manifestó La Palabra hecha carne, La Palabra por sobretodos las cosas, pero no sólo una pequeña porción de ella sino, toda, toda la que Dios desea que comprendamos, toda la que Dios desea que hagamos como propia y por lo tanto, seamos responsables de ella. Dios, en tanto, no nos ha mandado en este tiempo a cantar bonito ni a decir cosas bellas a la gente, Dios ha querido que la realidad histórica que nos ha tocado vivir, haya llegado a la condición que todos ya conocemos, una condición imposible de cuantificar en cuanto a la gran cantidad de víctimas que ha de dejar la sola problemática de la economía norteamericana en todo el mundo. Para defender entonces nuestra fe, nuestras convicciones, la cristiandad deberá pedir a Dios una reingeniería en aspectos fundamentales como el planteamiento profético, del cual, simplemente carece en absoluto la fábula del Gozo actual. El daño provocado a la cristiandad por parte del elemento ecuménico, cuya manifestación corre por parte de los propios cantantes del gozo, ya comienza a ser tangible, no olvidemos la importancia sacerdotal de La Iglesia de Cristo mientras dura el proceso de La Gracia y se establece en el mundo, el gobierno del Anticristo, Estados Unidos, una Nación totalmente entregada a los vaivenes del sistema, es la prueba más contundente de lo frágil que es el cristianismo de cualquier ser humano en condiciones de Prosperidad y de Gozo sin par, no son pocas entonces las realidades del mundo que están a salvo de tal magnicidio espiritual, porque toda la basura que ha expelido durante largos años la que es ahora la gran Ramera de este siglo, lamentablemente, llegó y pasó a ser parte del propio pueblo de Dios vía predicadores y Ministros de Dios regionales con alma de adúlteros y fornicarios, es inobjetable, La Palabra de Dios sin embargo, no posee dos lecturas, Dios se Autorevela en ella y por supuesto, Su pueblo, el que ahora es solo un REMANENTE, entenderá lo que Él quiere decir a su corazón y a su mente.


En tanto, la realidad institucional, la llena y saturada de pragmatismo, la que habla de cobertura espiritual, al igual que la podrida realidad de LAODICEA, deberá pagar por su incredulidad y su falta de compromiso real con los principios que mueven la fe cristiana. Su precaria y fantasmal infraestructura, no serán lo suficientemente fuertes como para resistir una auscultación o investigación del ojo divino, tal como ha sido profetizado en Apocalipsis, la economía espiritual y La Prosperidad material, que ha sido enseñanza obligada de los nuevos emisarios del parasitismo espiritual, y que en lugar de haber traspasado a Su Pueblo la importancia de Las Parábolas y enseñanzas del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, serán la base por la cual deberán dar cuenta de su condición de miseria y podredumbre espiritual. Nada ha sido escrito porque sí, ningún recurso en La Palabra de Dios que avale tales sentencias pueden ser objetados ni puestos en duda por simples ministros carentes del verdadero conocimiento de Dios, llega el momento del reencuentro con el Señor de la Viña, y no todos estarán en condiciones de entregar una razonada y clara cuenta de lo que han hecho con las demandas que el Señor dejó para Su Iglesia.

Pero no nos escapemos del tema, La Palabra que Israel oyó, ellos creyeron haber sido la autentica y única Palabra de Dios, tuvieron razones más que poderosas entonces para creer que no estaban lejos de lo que Dios quería para ellos, ¿qué pasó entonces?, ¿cómo es que fallaron a Dios?, ¿en dónde estuvo el problema? En primer lugar, La Palabra de Dios nos revela el verdadero Carácter de Dios, no el que el mundo, el sistema o el que el Diablo mismo quiere que creamos, sino, el único, el Santo, el Sempiterno, desde luego, muchos dirán que también ellos sostienen el mismo argumento y por lo tanto, no ven en ningún lugar las diferencias. Pero no olvidemos que Israel era La Nación de Dios, ellos estaban Llamados a ser Nación Santa, y un pueblo separado de los demás, no obstante, ellos pecaron, invalidaron lo que La Palabra de Dios les reveló de Su propio Carácter, para dar lugar a una forma, o realidad de dios, que en la práctica sólo ponía obstáculos para lo que ellos deseaban hacer en su obstinado corazón, de modo que, en su apariencia y manifestación externa de su realidad espiritual, no había duda de que ellos eran los ungidos y elegidos de Dios, sólo cabe reflexionar, al tener ellos o contar con el recurso de La Palabra y de la asistencia de Sacerdotes y Profetas de Dios, ¿qué probabilidad tenían de fracasar y echar por tierra los planes que Dios tenía con ellos? Sin duda que muy pocas, ínfimas, servir a Dios es uno de los más grandes privilegios que nos ha dado Dios a todos los hombres, sin embargo, el enemigo de Dios se las arregló para desautorizar en el corazón de los propios israelitas, lo que La Palabra de Dios alcanzó a revelar a sus vidas antes del desmoronamiento de La Nación de Dios.


Este ejemplo entonces, ¿no pone de relieve la importancia que debería tener La Palabra de Dios dentro de un sistema religioso que se jacta de ser todo lo que dice ser? ¿Qué estará revelando Dios al corazón de Los Magnates y Profetas de La Prosperidad material norteamericana y mundial, ahora que la crisis económica comienza a hacer sentir su presencia? No existe dos lecturas, podemos tener la misma Biblia, cantar incluso los mismos cantos, pero lo que hace la diferencia es el contenido, y por supuesto, lo que hacemos con ese contenido, del cómo utilizamos los recursos que Dios nos ha dado para destronar el orgullo de sementales espirituales saturados de placer y bienestar espiritual que en nada han aportado a la manifestación del Reino de Dios aquí en la tierra, sino por el contrario, favorecen con el ejercicio de una fe arrogante y podrida, el espíritu avaro y miserable con el cual, muchos y grandes seudo ministros de Dios en todo el mundo, prácticamente se han hecho ricos a costa del engaño. Ahí está el problema, ahí está la crisis, el sistema no avala a predicadores que cuestionen un proceder semejante, ellos no quieren que la gente escuche el cómo La Iglesia evangélica mundial, desertó de los principios de Dios para asumir una actitud puramente contemplativa y soberbia frente a una realidad que mucho necesita de la verdad bíblica en tales circunstancias históricas. Así, del mismo modo es como la propia Nación de Dios, Israel, desertó de Dios en la historia, es algo que se repite exactamente igual, pero el ejemplo de Israel nada dice a los profetas actuales de la flojera espiritual, las actitudes del propio pueblo de Dios, lejanas del verdadero sentir de un pueblo lleno de misericordia y humildad, como debiera ser, sólo sirven de parámetro para dimensionar, el cómo la nueva evangelización de los promotores de gozo artificial, ha surtido el efecto que ellos esperaban, flojera, silencio, indiferencia, soberbia, corrupción espiritual, sin embargo, la somnolencia espiritual e intelectual que propagan los embaucadores, de seguro seguirá fomentando flojera y parasitismo espiritual, de eso no cabe ninguna duda, no obstante, La Palabra de Dios, La Bendita y Eterna Palabra de Dios, seguirá iluminando los corazones de quienes no están dispuestos a condescender con una formula espiritual que sólo se nutre de ciertas y muy poco sustanciales realidades bíblicas, que en apariencia parecieran conservar y mantener a los cristianos en algún lugar de la batalla, pero que en realidad, y con una honesta mirada, sólo se dedica a mantener una actitud lo menos comprometida con verdades trascendentes y potentes que en otro tiempo sirvieron para que muchos seres humanos, igual que nosotros, entregaran sus propias vidas por causa de estas controversiales pero siempre importantes convicciones.

Tuesday, February 03, 2009

Sin Palabra de Dios, no hay cristianismo.


















Hay tiempos cuando La Palabra de Dios escasea, se trata de una realidad inobjetable por la cual los hijos de Dios debemos atravesar, porque sólo de ese modo somos capaces de abandonar la comodidad y enfrentarnos con la soledad, la cual, con el Señor, nos provee de este maravilloso instrumento sin el cual, difícilmente podríamos permanecer arraigados en Él. ¿Pero cómo puede faltar a un pueblo lleno de Palabra un elemento tan propio de él? ¿Cómo es que llegamos a vivir sin pensar en lo importante que es para nuestras vidas el recurso de Su Palabra?

Muchas son las razones que podemos esgrimir en el momento de considerar tal situación, porque no por el hecho de ser hijos de Dios estamos a salvo de todo lo constitutivo y propio de un sistema que a diario es capaz de pernear nuestras más sólidas defensas, por el contrario, a veces el sistema nos sobrepasa, pero si tenemos el valor de conspirar contra nuestra comodidad, y además, nos involucramos por entero en los aspectos más profundos del mensaje profético y contextual, es claro que todos, cual más cual menos, tenemos graves problemas para comprender, el cómo nuestra realidad simplemente va perdiendo efectividad en el campo de las necesidades espirituales, el propio diseño de nuestra sociedad nos dicta con mucha claridad, que la industria comercial, está dispuesta a erradicar por completo cualquier vestigio de la verdad profética, con el fin de establecer, en el corazón del cristiano y del hombre común, el peso de sus propios parámetros. Este problema, no menor para los hijos de Dios, simplemente no lo consideramos, porque luego de habernos mezclado durante todo el día con elementos que carecen de importancia para nuestras vidas y nuestra supervivencia espiritual, dejamos que la noche nos traiga la calma sin antes haber confiado a Dios nuestras débiles a veces, defensas.

De este modo, tenemos que nuestro cristianismo, al no considerar el peligro de estar involucrados en la construcción de una sociedad plagada de hedonismo y otras manifestaciones, va perdiendo piezas fundamentales en el ámbito de la batalla espiritual, la aceptación y la inútil trivialidad pueden llegar a formar parte de nuestra condición, llegando a convertirnos en oidores y no en hacedores de La Palabra de Dios, lo cual también representa un grave peligro para nuestra relación con Dios. El estado de necesidad constante es una prerrogativa de la vida espiritual, todo hombre que forma parte de un ejército, obviamente se encuentra en un flanco de la guerra, y consecuentemente, debe revisar toda su realidad instrumental, con el propósito de verificar si de verdad está o no preparado para el próximo enfrentamiento. En tal condición, sólo La Palabra de Dios nos ofrece toda una panorámica de respuestas que nos permiten resolver, cualquier amputación de alguno de nuestros más valiosos elementos con los cuales contamos para defendernos.

Para considerar tal situación entonces, deberíamos en algún momento de nuestra vida diaria, detenernos, tal como hacemos cuando nos enfrentamos a un semáforo en rojo, o un letrero que nos obliga a parar el vehículo en el cual nos movilizamos. La vida espiritual es demasiado importante como para desechar “algo” que en su verdadera naturaleza, no es de importancia total, en tal caso, personalmente, y como lo he venido planteando, la realidad espiritual actual, no nos ofrece un panorama espiritual adecuado para entender el valor de nuestro cristianismo, y de cómo reparar las piezas que forman parte de él, luego de haberse dañado en algún enfrentamiento. La realidad actual nos ofrece sin mesura ni entendimiento, un tipo de cristianismo basado en la sensualidad y el hedonismo espiritual, lo cual, atenta contra la verdad profética y nos deja en una condición de suma peligrosidad, porque no por cantar alabanzas de moda nuestro cristianismo se completa, es absurdo pensar de este modo, no resiste ni siquiera una mínima crítica, la verdad profética, distinto al mensaje evangélico, es un arma irrenunciable para los cristianos en cuestión, es la armadura que nos permite enfrentarnos con las más variadas artimañas que el enemigo de nuestro alma ha desarrollado para evitar que comprendamos hacia donde debemos dirigir nuestra vida espiritual, más aún en un tiempo en donde “los profetas y enviados de Dios”, florecen como hongos, inhabilitando por completo a la comprensión del Propósito de Dios, a una forma de cristianos que siempre necesitan que alguien les diga algo para poner en movimiento su realidad espiritual, son los más dentro de nuestra folclórica realidad, lamentablemente, son los acarreados, son los que no tienen vida propia, los que no tienen nada nuevo que ofrecer, salvo ciertas costumbres que después de un tiempo quedan obsoletas y luego nadie las recuerda.


La vida espiritual entonces, es el área de mayor importancia mientras dura nuestra estadía aquí en este planeta, no hay duda de ello, no hay, ni existe nada en el mundo que pueda reemplazar su importancia, para su sustento sólo tenemos una posibilidad, el recurso de La Palabra de Dios, y en ella, el profético, el contextual, porque este aspecto es el único que nos permite ubicarnos dentro del gran Propósito Divino, el cual, sinceramente, en el lenguaje de personajes ultra-conocidos dentro del ambiente espiritual evangélico, simplemente no existe, para ello, han ofrecido un férreo apoyo a cultores de alabanzas y promesas de tierras prometidas, excluyendo eso sí, el fuerte llamado que Dios está haciendo hace bastante tiempo a Su Pueblo, a ir cortando definitivamente sus ataduras con un sistema que, paralelamente, hace mucho y todo por detener el avance de la verdad y del conocimiento de Dios en lo que respecta a la verdad profética. Así tenemos a grandes cultores de alabanza en general, los cuales, carentes e indiferentes al conocimiento de Su Palabra, hablan de sus experiencias personales con una realidad de Dios que se encuentra mucho más interesada en sus motivaciones sensuales más que en dar a conocer el riguroso panorama que hoy la realidad mundial deberá afrontar, se trata de una forma de silencio que no permite la discusión ni la búsqueda de verdades que podrían ayudar a la recuperación de un cristianismo que hace tiempo se haya en decadencia, no porque Dios lo haya querido así, sino, por la ineptitud de quienes tienen la responsabilidad de dar a conocer al pueblo de Dios la verdad profética para el día de hoy.

Nos encontramos ahora dentro de un marco histórico único, nada podemos desechar, nada podemos pasar por alto, la crisis mundial está cobrando vidas en muchas partes del mundo, existe muchas personas que lo han perdido todo, y seguramente, con el paso de los días, muchos más también habrán de ver como la realidad que construyeron con tanto esfuerzo se derrumba frente a sus propias narices. Así, La palabra, el recurso de Dios para dar a conocer su consejo a los hombres, no puede ser sustituida por una forma de cristianismo que no da a conocer ni se interesa en los problemas de los seres humanos, y tómese en consideración, sólo porque a algunos les gusta la sensualidad de las alabanzas, tal condición fornicaria de la realidad espiritual actual, no sólo fomenta la mediocridad con respecto al gran tema que nos debe importar, sino que además, no permite que quienes sí tienen algo que decir a la inmensa mayoría de cristianos y no cristianos, puedan decir lo que Dios ha puesto en sus corazones. El recurso bíblico nos enfrenta ahora a ciertas realidades que deberemos asumir como propias, mientras, veremos como la realidad prostituida de la fe evangélica mundial, salva el fuerte peso de la verdad profética y evade, de modo traicionero y artero, el Llamado que Dios hace en este tiempo a Su Pueblo.

No es difícil pensar, en tales circunstancias, que lo escrito y revelado en Las Escrituras, no pasa de ser sólo Escritura, se trata entonces de realidades que hoy, hoy mismo se están gestando para confirmar, una vez más, que Dios sí lo había dicho antes a través de sus profetas, por lo tanto, nada carece de respaldo bíblico, nada de lo que vamos a hacer de aquí en adelante, puede no tener, no sólo apoyo, sino, estar enraizado en la verdad profética y contextual que nos ofrece el panorama bíblico, pensar de otro modo simplemente es evadir la responsabilidad que nos concierne como maestros, profetas, evangelistas, sacerdotes, pastores, etc., si el profeta sentenció en el Antiguo Testamento que el pueblo falló a Dios por falta de conocimiento, debemos hacer las reflexiones y esfuerzos necesarios para incorporar a nuestro cristianismo tales fundamentos, la adoración y la alabanza actual, han dejado simplemente en el olvido a quienes sí tienen contenido y algo que decir en un tiempo de escasez de La Palabra, no que La Palabra no exista, recuerde que los fariseos y saducedos también conservaban el testimonio escrito, no obstante, quien trajo y puso en movimiento la dinámica de La Palabra de Dios, fue el propio Señor Jesucristo, del mismo modo, en el día de hoy, las grandes congregaciones, haciendo uso de su portentosas infraestructuras, utilizan también La Palabra de Dios para proteger y dar sentido a sus propios intereses, evadiendo, como dije antes, el recurso profético.

“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21).


Los adoradores actuales también caen en la misma perversión, intentando ser luz únicamente con el recurso musical de la Palabra cantada, ofrecen rústicas formas de interpretación que sólo se transforman en burdas repeticiones de textos supersabidos. Así, el pueblo en cuestión, lentamente ha ido alejándose de tal y monumental verdad, quedando expuesto a la sórdida y mezquina interpretación de falsos agoreros espirituales que hoy por hoy, frecuentan y son el pan de cada día en las diferentes realidades que conciben La Palabra de Dios, como, el referente para todo cristiano. Si bien la adoración cumple propósitos dentro del programa de Dios en lo que respecta a la verdad interna del cristiano, no resuelve el dilema del gran bloque Escritural en que debería estar la cristiandad, transformándose, la alabanza, en un medio para ser conocido, el adorador, y una manera de adquirir dinero y bienes personales a los cuales hoy, los propios defensores de esta moda espiritual han llamado, bendición, que no es otra cosa más que la demostración de lo fértil que ha sido el cristianismo actual para los tentáculos de la Doctrina de a prosperidad.

Pues bien, contar con La Palabra escrita en nuestro poder, no representa peligro alguno para el enemigo de nuestra alma, eso debe quedar claro, Satanás, el Diablo, así lo hizo saber al propio Señor Jesucristo, por ello, si en este tiempo sentimos que La Palabra de Dios comienza a escasear, puede que ésta sea la ocasión que Dios nos da para que podamos confrontarnos con un medio que ha ofrecido, como bandera de lucha, la profesionalización de una experiencia que en verdad, todo cristiano debe poner en práctica a diario, por otro lado, rechazar la importancia de la verdad bíblica y poner en su lugar otras alternativas, inclusive, como es y ha sido desde hace varios años, la alabanza, debe representar un síntoma de incredulidad que finalmente, habrá de llevar a la mayor parte de la cristiandad actual, a la deserción total del mensaje profético y bíblico, lo cual pone en movimiento el planteamiento profético de que, la Iglesia apóstata deberá pasar por el período de La Gran Tribulación, algo inobjetable, algo que los cantantes de moda no desean que los cristianos seguidores de sus alabanzas conozcan, porque de otro modo, ellos perderán todo el terreno ganado a costa de mucha ignorancia e indiferencia por uno de los mayores y más importantes pilares de la vida espiritual.

Labels:

Sunday, February 01, 2009

El costo por decir la verdad de Dios.


















¿En qué pecamos cuándo nos atrevemos a declarar lo que Dios ha puesto en nuestros corazones, y no precisamente para que se añeje dentro del alma y esperemos que otros nos digan cuándo y cómo debemos decirlo? ¿Qué falta podemos estar cometiendo? ¿En qué podemos convertirnos? La verdad, es que muchos, dentro de la realidad evangélica, desearían que sus íconos actuales de la mendicidad espiritual, pudiesen decir algo importante como para cambiar en algo, el triste y deprimente espectáculo que hace largo rato ya vienen dando muchos aquellos que dicen ser, “los representantes de Dios”, sea en la latera expresión de las fábulas musicales de estudio, o simplemente versiones locales con aires de centroamericanos o mexicanos. El caso es que, más hipertrofia espiritual, no creo que exista, no obstante, el ataque artero de la horda espiritual se hace sentir, se dice ser conocedor de Las Escrituras, aunque manejan ciertos y únicos textos bíblicos que todos conocemos, pero que sacados de su contexto pueden significar todo lo que cualquier patán desea que signifiquen. Así de económico es todo, lo único que podría ocurrir entonces, como hace poco me ocurrió, es que nuevamente, por declarar lo que Dios desea que declare, alguien se atreva a vomitar sobre mis escritos y asegure con verdad, casi bíblica, que el Juicio final Dios lo ha creado para terminar con personas como yo, sin “pitutos” dentro del sistema religioso que me aseguren un porvenir más que dichoso, sin condescender con los mediocres, sin buscar mi propio provecho en la manifestación del mensaje que Dios me ha dado, sea este en forma de canto o escrito.


El problema es que, desde hace mucho tiempo dejé de pensar en el Juicio final, no es tema para un verdadero hijo de Dios, un siervo, o un instrumento de Dios aquí en la tierra, debe pensar en lo que debe decir cuando la circunstancia histórica y las convicciones urgen que la palabra revelada en el corazón, sea dicha sin tapujos, sin imitar a nadie, tal como uno la entiende, sin pasar por la escuela norteamericana, sin mencionar a los profetas de la esquelética versión del Gozo espiritual, allí, en esa soledad, un verdadero hijo de Dios debe confrontarse a sí mismo y estar atento, despierto, nada puede ni debe moverlo, la voz de Dios es inaudible en ciertos momentos, pero cuando hay vocación, uno aprende a moverse en el plano del Reino, el Llamamiento en tales circunstancias, nos permite pesar cada palabra y considerar si lo que vamos a decir, está o no dentro del Propósito de Dios. No es fácil entonces percibir y comprender de qué modo Dios te hablará la próxima vez, no tenemos seguridad, por ello, es que cualquier intento de soborno espiritual, cualquier modo de amedrentamiento venido desde las mismísimas tinieblas, no debe significar más que una reacción lógica de la horda por querer anular, desde su mesurada y siempre comodísima posición, todo intento del Todopoderoso Dios por dar a conocer, a su pueblo, a sus hijos, y finalmente, a SU REMANENTE, lo que Dios está pensando con respecto a la condición y situación de sus enviados y del mundo en general.

El pueblo evangélico, con todas sus perversas manifestaciones, también ha desertado en el plano de la fe histórica, esto es algo que no se puede obviar. Oí una noticia hace poco en donde algunos representantes de la curia protestante chilena, pedían perdón, perdón por no haberse preocupado por los problemas de la gente, por no haber considerado la situación social de nuestros compatriotas. En ese momento pensé, entonces, nuevamente, y gracias a Dios, hemos dado en el clavo, está escrito, está publicado, el gran pecado ético después de varios años ha sido descubierto, no hay modo en que el Espíritu Santo sea engañado, ninguno de estos meretrices del sistema actual podrá esconderse de la auscultación de la Presencia de Dios, no hay alabanza, no hay estado espiritual capaz de defenderse de una realidad tan agobiadora y profunda como es la realidad de Dios. Sus títulos, sus triunfos, su condición económica, sus “pitutos” dentro de La Moneda, sus reuniones a titulo de clero protestante, no son excusas suficientemente fuertes como para que la Presencia de un Dios que todo lo ve y todo lo sabe, pueda evadirse.

De este modo, queda claro que Dios habla, sí señores, habla, clarito como el agua, revisen páginas pasadas de este blog y lo tendrán más claro, “el pecado nacional”, “la responsabilidad sacerdotal”, ¿pero acaso ustedes creen que ellos me van a llamar para preguntarme de qué modo Dios trata con mi vida para escribir de este modo? ¡No señores! Porque a penas se oyó el perdón, fue tan suave que los cobardes al final le pidieron a una mujer con voz muy suave y juvenil que terminara ella de disculparse con el pueblo chileno por tal drama ético. En los tiempos de David o de los profetas, esto hubiese servido para llamar al ayuno y a las cenizas por supuesto, vestiduras rasgadas y todo eso, sin embargo, el perdón pedido por tales desertores de la fe histórica de Dios, es semejante o tiene directa relación con la visión que ellos tienen del dolor de otros seres humanos, mínima. De otro modo, ¿cómo uno entiende que un problema Ético de esta envergadura haya sonado más a : ¡puchas que la embarramos!, en vez de:


¡Estamos arrepentidos por haber cometido tal pecado, por habernos preocupado más de la plata y del crecimiento de nuestras congregaciones en vez de haber obedecido al llamamiento que nos hace Dios a través de Su Palabra! ¡Estamos avergonzados de nuestro proceder! ¡A Dios pedimos perdón, por no haber oído la voz de nuestros profetas a quienes hemos simplemente olvidado y enterrado! ¡Le hemos fallado a Dios y estamos dispuestos a cambiar!
Pero yo no oí nada de eso, fue como una brisa, algo muy etéreo, fue como decirlo y no decirlo, algo así como te presto y no presto. Esa no es, ni ha sido nunca la voz de Dios, Dios cuando habla, habla clarito, no balbucea, eso es para los niños, para los que aún, a pesar de ser viejos en la fe, necesitan que les den la mamadera todos los Domingo por que o si no, les pasa lo que me ha escrito uno de esos eternos anónimos que se retuercen de odio entre las sábanas cuando uno declara lo que Dios nos pide que digamos, aún al costo de que no queramos decirlo, tal individuo, usando La Palabra de Dios, me ha escrito diciéndome que me voy a ir al infierno, que el Juicio final está preparado para mí, por todo lo que he dicho, por el modo que he elegido para declarar las cosas que Dios me ha dado, por decir “mierda” en vez de estiércol, por decir “putas” en vez de prostitutas, ¿acaso el uso de estas palabras podrá cambiar el sentido y el propósito del mensaje? Y si es así, ¿por qué las mismas librerías cristianas venden diferentes versiones de La Biblia, acaso todas no dicen lo mismo? Es obvio que no, y créanme, muchos cristianos van al templo porque tienen miedo del Juicio final, hacen obras para tratar de hacer descansar sus conciencias no arrepentidas de corazón, tal cristiano que me escribe, ignora entonces que la propia Palabra de Dios enseña que los hijos de Dios NO IRÁN AL JUICIO FINAL, no existe tal afirmación, los hijos de Dios, según La Propia Escritura, “han pasado de muerte a vida y no vendrán a condenación”.

Yo creo en eso, no creo en la fe restaurada y ni mucho menos, no necesito de visión celular u otras gimnasias espirituales para comprender tal fundamento. El apóstol Pablo lo dice claramente en las cartas a los Tesalonicenses. Así que, es una pérdida de tiempo, del único modo que pudiera perder mi salvación es a través de una BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO, cosa que jamás he hecho, por lo tanto, no tengo miedo, estoy en la brecha y si Dios me sigue dando salud, a pesar de las maldiciones que me escupe tal personaje, seguiré cantando mis lamentos y mi visión de la realidad, sólo Dios podrá impedir que La Palabra deje de salir de mi boca. En todo caso, sería bueno que tal “hermano”, escudriñara La Escritura y aprendiera que existe a lo menos, dos palabras para definir la condición que estoy aclarando, EL BIMA Y EL CRITERION. Pero ese es tema para más adelante. No obstante, es necesario recalcar, que la caída de la nación Israelita se debe a problemas éticos semejantes a los que hoy día está planteando la curia eclesiástica evangélica chilena, el mensaje profético lo deja bien en claro, los ricos se apoderaron de todo y luego olvidaron a los débiles y pobres, situación que Dios no pasó ni dejará pasar por alto jamás. El concepto de la justicia entonces, con la aparición de Cristo, toma nuevas fuerzas, y en el mensaje del propio Señor Jesucristo, se entiende que Él no pretende dar una nueva lección al respecto sino, poner en vigor lo que la ley y los profetas ya habían establecido, el amor y la preocupación por la condición del prójimo. El olvido Ético de los representantes de la religión organizada en días del Señor con respecto a los pobres y necesitados, era evidente, como evidente era también su orgullo, las descaradas explicaciones que dieron para no hacer lo que la propia Ley que ellos decían respetar al pié de la letra les demandaba, no los dejó bien parados cuando tuvieron que escuchar las sentencias que el Señor Jesucristo les dió, por no preocuparse por los que sufren, por los desvalidos, por los olvidados, y como ellos no estaban dispuestos a ceder un solo centímetro de lo ganado, ni a perder nada de lo que tenían y habían conseguido a costo de practicar, vivir y fometar una religión pervertida y llena de formulismo, Cristo entonces se transforma en un estorbo y por ello deciden asesinarlo

Pues bien, como decía, no es fácil escribir, cantar o como sea, decir lo que Dios nos pide que digamos en el tiempo que nos ha tocado vivir, porque se trata de una acción que está más relacionada con el Carácter de Cristo que con la sensualidad con que hablan hoy día las plañideras del sistema, señoritas que no se atreven a oír un par de verdades por miedo a perder todo lo que el sistema horrible este les ha ofrecido a cambio del silencio. Porque para confirmar que he dado en el clavo una vez más, tendría que ponerlos a todos en una hilera enorme dentro de estas páginas declarando y confirmando que antes ya lo había dicho. Pero eso no les gusta, les gusta el canto decorativo, la música decorativa, el arte decorativo, esa que suena lindo pero que no dice nada, nada valorable, nada que complique o haga reflexionar de veras a los hermanos, todo debe verse lindo, ¡que Dios es grande! Pero eso ya lo sabemos todos, saber de lo enraizados que estamos aquí, de lo inconforme que Dios está con nuestras actitudes cobardes y soberbias cuando Él nos habla a través de algún instrumento, eso si que no, eso no es Palabra de Dios, a eso le llaman “RESENTIMIENTO”, entonces no sean cristianos, sean cualquier cosa menos cristianos, porque el noventa y nueve por ciento de Las Escrituras está escrito por hombres inconformistas, resentidos contra el sistema del cual les tocó ser testigos y profetas. ¿Qué parte de La Biblia lee una persona que critica en este tiempo a un hijo de Dios por decir un par de verdades? De seguro lee el salmo 23 y duerme tranquilamente para luego despertar y seguir viviendo el mismo sueño, pero sin responsabilidad, sin compromisos serios con Dios, sólo el Domingo o el Sábado en la reunión de jóvenes. ¿A eso hoy día se le llama cristianismo? ¿Dónde la vieron?

Por ello no valoro está puesta en escena de la fe evangélica mundial, vendida al ECUMENISMO, prostituida y llena de incongruencias, el triste espectáculo lo están dando todos quienes no se atreven a desprenderse de tal cultura y por fin, ofrecer al mundo sin Cristo una verdadera salida a tanta corrupción y porquería que nos cansa ver a diario. De seguro cuando esta clase de personas se informan, leen La Cuarta, o La Segunda, o La Que sea, jamás La Palabra como es, sacan un texto de ella con pinzas y ya creen tener una verdad, pero no reconocen cuando se equivocan, no tienen humildad para ello, han sido enseñados para tener GOZO y PASARLO bien, aunque la propia Palabra de Dios nos indique que en este tiempo debemos lamentarnos y llorar. Pero esto no cuenta para ellos, y como no cuenta, es necesario hacer las diferencias, porque la evidencia interna de La Palabra de Dios, nos muestra que la Iglesia de Cristo en el proceso de la historia, se prostituye, sí señores, SE PROSTITUYE, y como se vuelve PUTA, o FORNICARIA, Dios no deja sin esperanza a su verdadero pueblo, a ellos les llama REMANENTE. ¿Pero qué es un Remanente? ¿El contenido? ¿El litro de leche que pasa por el colador? Imposible, Remanente es lo que queda, no en el recipiente en donde vaciamos la leche sino, en el COLADOR.

Desde hace tiempo que perdieron el Norte, se creen perfectos sólo porque tienen todos los medios materiales, lean Apocalipsis entonces, lean lo que el Ángel declara a Laodicea, que representa el espíritu y la condición actual de la esquelética versión de la fe comercial. Yo sé que no tengo plata para grabar ningún CD ni editar libro alguno, sé además que no tengo ni un solo peso para poder hacer una grabación decente que me ayude en parte a palear mi dificultoso Ministerio, pero eso no es motivo para no servir Al que todo lo dio por mi, esa no es razón para no seguir escribiendo canciones, El Apóstol Pablo ya lo dijo:

“TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE”.

Me gustaría saber, ¿qué harían algunos si Dios les pidiera hoy día que sólo se sostuvieran en Su palabra y con solo un instrumento frente a todo este enorme sistema? ¿Cuánto durarían? ¿1 mes, 1 año, un par de semanas? ¿Cuán valientes son, a ver? ¿Pero querrán soltar todas sus amarras para seguir solamente la voz del Altísimo? ¿Desearán no tener vacaciones y tratamientos especiales cuando deban declarar todo lo que Dios ponga en sus corazones? ¿Estarán de acuerdo con que un hijo de Dios reciba tratamiento de advenedizo en medio de su pueblo?


Por eso yo no imito a los mediocres de hoy, no tienen valor, su cristianismo no me dice nada, ni el de sus seguidores, por eso mi guitarra no desea dejar de sonar, aunque no tenga un solo centavo para grabar, aunque vomiten sobre mis cantos, YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE, eso es suficiente, sólo Dios sabe si tendré fuerzas para terminar mi labor, pero yo, desde mi realidad, desde este organismo cansado y enfermizo, seguiré dando hasta la última pelea, hasta que Dios nuevamente diga basta, sólo así me dormiré, sólo así descansaré, pero antes, jamás.

Labels: