Saturday, November 28, 2009

Una sociedad al borde del abismo.


















Sin duda que éste, nuestro tiempo, es un tiempo de continua e interminable erotización. Erotización en el cine, en la literatura, en el Internet, en nuestras relaciones interpersonales, en cuanto medio de comunicación exista, el concepto de la erotización está inmerso en ello. ¿Pero qué significa realmente esta compleja realidad? ¿Se nos ha escapado de las manos? Nosotros, por pensar diferente, ¿estamos a salvo?


El problema no es nuevo, al parecer, se encuentra en nuestra genética, y decir que nuestro tiempo es más “erótico” que el pasado extinto, es una completa mentira, una mentira que no nos ayudará a ver el problema en la medida que merece ser medido, sino que se convertirá en una excusa más para evadirlo. No hay duda entonces que la erotización de nuestra sociedad es una realidad que nos toca a todos, cual más cual menos, vivimos en medio de una urbe que no se ha guardado nada para mañana, la televisión, que partió siendo un medio de “comunicación”, sirve como medio para la exacerbación de la vida de los sentidos, y en tal condición, no nos permite ver al ser humano y su circunstancia en la dimensión que corresponde, lo cual, ayuda a la distorsión valórica y moral de nuestra sociedad, ofreciendo a quienes tenemos otra clase de iniciativas, una muy pobre perspectiva de una sociedad que si basa su experiencia en esta clase de imágenes, simplemente se encuentra la borde del precipicio.

La imagen entonces, pasa a ocupar el lugar de la palabra, el ser humano ya no se mide por sus palabras o sus ideas, por sus planteamientos, por sus sueños o anhelos, el cuerpo ha sido idealizado de tal forma, que la sola industria de la pornografía, produce miles y millones de dólares al año, dólares que pueden comprar conciencias, enmudecer autoridades y por supuesto, dejarnos atónitos cuando somos testigos de que grupos organizados en el mundo, ejercen el papel de malditos mercenarios con las vidas de pequeños indefensos que simplemente, no tienen la manera para defenderse de semejantes enemigos. El problema se transforma ahora en una cuestión no solo valórica, sino que además, en un drama de carácter jurídico, pues quienes piensan que la vida humana posee valores irrenunciables, estamos concientes de la baja penalidad que se da a quienes cometen delitos relacionados con cuestiones sexuales, sobretodo a los violadores y abusadores de niños.

Los estamentos que deberían propagar la vida valórica en nuestra sociedad, han ido perdiendo la confiabilidad, el daño causado por sacerdotes católicos a niños en casi todo el mundo, ha provocado un debilitamiento moral para cuestionar y debatir un
problema que no solo atañe a católicos romanos sino que a toda la sociedad, dejando en la más absoluta orfandad, precisamente, a quienes fueron el centro del llamamiento del Señor Jesucristo, los niños:

“Dejad que los niños vengan a mi y no se los impidáis.”
Jesús

Todos estamos involucrados en el problema, y si bien no lo creamos nosotros, hemos ido más rápido que lentamente, aceptando la intransigente propuesta de los cultores de programas basura de televisión, en donde el cuerpo se transforma en un medio para adquirir la tan preciada fama, y por supuesto, el pago correspondiente a quienes se atreven a “sacarse la ropita frente a las cámaras”. En tal medida, no existe parámetro, no hay una explicación a las fiestas, al jolgorio, nadie explica el por qué un simple animador de televisión con un mediano o muy bajo nivel intelectual, es capaz de recibir un millonario sueldo que a veces, como es el caso de varias DIVAS de la televisión chilena, ni siquiera lo ganan trabajando como los demás. La televisión por lo tanto, se pasa a ser el campo mediático en donde los niños y los jóvenes aprenden lo que los padres no pueden o no saben explicar, la vida sexual, prácticamente ofrecida como una cajita feliz a los televidentes, se le da un valor tan mínimo que incluso, llega a carecer de Alma, lo que se transforma en una verdadera tragedia para nuestra sociedad.

Pero no es sólo la realidad de La Iglesia Católica la que debería atacar el problema en profundidad, no le podemos pedir peras al olmo, en un mundillo como en el que vive toda esa casta de viejos retrógrados que se beatifican unos a otros, y que jamás han ejercido el don de procrear, difícilmente la vida de un niño pueda tener la importancia que el Señor Jesucristo le dio, así que aceptémoslo, nuestros hijos están en peligro. La casta evangélica también tiene sus propias responsabilidades, pastores poco menos que abducidos por la idea de ser reconocidos en este país y en este mundo, han olvidado precisamente, que su labor debería estar centrada en mayores y más importantes causas que aquellas que en este último tiempo ha movido al corazón de esta realidad. Sus cantantes, ajenos a esta importantísima disyuntiva moral y social, simplemente desean ignorar el dolor que provocan estas mafias que hoy corrompen el espíritu y el alma de nuestra sociedad en la persona de los niños. Yo sé que existe hombres de Dios luchando y dando la cara, de eso no tengo dudas, y oro a Dios para que su clamor sea oído, pero quienes tienen la posibilidad de escribir y dar cuenta de estos problemas a la cultura evangélica, no desean inmiscuirse en esta clase de transe, para ellos es mejor hablar del amor de Dios y no hablar del dolor que destruye a las criaturas que Dios creó con amor.

De tal modo que nada podemos esperar de estas instituciones, nada que pudiera hacer cambiar en algo a nuestra enferma sociedad, por lo tanto, la solución parece estar en nuestras manos, y me alegro que así sea, que alguna vez en la vida tengamos que arroparnos de la misericordia de Dios y debamos clamar, día noche, mañana y tarde, porque nuestros hijos, nuestros benditos niños, sean guardados y protegidos cuando no estén con nosotros, y cuando sean otros los que pasen gran parte del día afectándolos e influenciando sus pequeñas mentes con cosas que no sabemos de donde son.

Así, la erotización de nuestra forma de vida, nos ha llevado a vivir una forma de degradación moral que nos silencia y no nos deja vislumbrar el futuro, cada uno en su miserable trinchera dirá finalmente lo que le parece, la prensa escrita tendrá su propia explicación al problema, al igual que los editores de programas de televisión. El problema entonces, lejos de terminarse, irá creciendo, irá carcomiendo aún más nuestras bases espirituales y morales, todo ha de ocurrir frente a nuestras propias narices, sin que nada ni nadie ponga un grito en el cielo, sin que nadie se la juegue por los más indefensos, aunque la frontera con el absurdo se encuentre solo a unos cuantos metros, a una muy ínfima distancia de nuestras domesticas y siempre frágiles realidades de vida cotidiana.

Thursday, November 12, 2009

Una deslealtad asumida y en práctica.






















Pero existe pruebas de mis dudas y de mi reticencia a creer en esta fábula del Gozo y toda su desconcertante deslealtad, pruebas indubitables, razones que si no provocaran el daño que provocan al alma del cristiano sincero, no tendrían porque ser tomadas en cuenta, podrían fácilmente pasar inadvertidas, casi ser tomadas como un chiste o como una broma. Sin embargo, la vida humana, la real, y más aún la que tiene profundas raíces en el alma y en el corazón del Evangelio de Jesucristo, no merece tener que transitar por toda esta tediosa jornada de cobardía para existir, los cobardes siempre tendrán explicación para sus deserciones, igual que los desertores, aunque todo esté contra de ellos, aunque la realidad diga lo contrario, es que el mundo cristiano, en su conformismo, en su vuelta a la niñez, en su retroceso, no ve los peligros que intrínsecamente lleva el aceptar una forma de fe que se abstrae de la crítica y de la reflexión, de no contar con un canto verdadero que no tenga vínculos, ni con el modo de los profesionales del canto de la adoración actual, ni con los músicos que amenizan los cultos de cada jornada para dejar a la cristiandad irreflexiva, tranquila y sin preocupación alguna con respecto a lo que de verdad sucede con la vida de la fe, luego de sus agotadoras sesiones de música predecible. Viviendo y nutriéndose de este modo, el cristiano actual, todo lo considera posible, permisivo y aplicable, aunque venga de gringolandia, aunque venga de países totalmente sobrepasados de pecado. Prescindir entonces de la demanda bíblica y en su defecto, ofrecer al mundo un cristianismo carente del recurso más poderoso con que cuenta el cristianismo mientras dure su estadía en este mundo, como es la misericordia, el amor por el prójimo, la caridad, y otros enormes sinónimos más que son y deberían ser parte de esta confusa condición de una realidad que lentamente va perdiendo su influencia en la sociedad, no es otra cosa más que lo predicho por La Palabra de Dios, “que vendrían tiempos peligrosos”, pero no para los que no tienen conocimiento de Dios, sino por el contrario, para los que no aceptan el soborno espiritual de los dictadores del Gozo, ni la majadera propuesta de la nueva forma de la fe cristiana con envase de piedad.


Las pruebas entonces, están a la vista, no hay que escarbar mucho para darse cuenta del daño que puede provocar una realidad que se haya unida al Estado y todas sus figuras constitutivas, para dar razón de su existencia, la atadura es fuerte, comprometida, consanguínea, porque si la dictadura del Gozo vino para desnaturalizar la buena fe de los evangélicos y quedarse aquí para siempre, imaginen el significado y fruto de esta unión adultera entre el Estado y La Iglesia cristiana Evangélica chilena. Ahora bien, puede que tengan un fuerte argumento también para haber decidido fornicar de este modo, quién sabe, habría que preguntárselo a las prostitutas, porque ellas sí saben de este tema, no obstante, vamos a suponer que el motivo desborda los propios intereses de La Palabra de Dios, y del profundo Propósito que tiene nuestro Llamamiento, en tal caso, habría que preguntarse:

Estas realidades, por formar parte de las instituciones reconocidas por el Estado, ¿son más espirituales?

¿Están más llenas de amor?

¿Practican con mayor intensidad el principio del amor cristiano ahora que la Presidenta los invita a La Moneda?

¿Cuánto de búsqueda espiritual y cuánto de política hay en toda esta sarta de mentiras?


Les aseguro que detrás de toda esta basura religiosa, existe una grupo selecto de vagos que aparte de recibir buenos y suculentos sueldos por parte de alguna congregación de medio pelo para arriba, jamás escribieron ni dijeron algo importante en todas sus aburridas vidas, es más, los desafío a que indaguen en el derecho de autor y en el derecho intelectual si es que hubiese alguno que ha inscrito alguna obra, les doy todo lo que resta de mi vida y no van a encontrar nada, porque los parásitos siempre se nutren de lo que otros hacen y no de lo que son capaces de hacer con sus propias manos, como el Apóstol Pablo, el cual literalmente afirmó, “trabajo con mis propias manos”, y de seguro debe haber muchos que así sobreviven, ellos desde luego, son los más contentos con mis reflexiones, aunque no lo digan, aunque se escuden en el anonimato, pero los entiendo. Pero los energúmenos con carácter de serios y paradigmáticos, han puesto en práctica una forma de cristianismo pragmático y de ejecutivos, ellos juran que en sus maletines trasladan el futuro de la fe cristiana en el mundo, se sienten importantes, más cuando algún político de relevancia les soba el lomo y les ofrece su cara de estúpido intelectual para salir en alguna foto, así de fácil, así de caras dura, de congreso en congreso, de fiesta en fiesta, así uno nunca envejece, y si lo hace, va asegurando su vida de tal modo que a Dios poco o nada le queda por hacer en sus predecibles condiciones de vida. Lo que más me provoca risa, son su vestimentas, sus corbatas, dando la impresión de que ellos son buenos lectores de La Palabra, instruidos, relevantes, importantes, que el pueblo está de acuerdo con todo lo que ellos hacen y dicen, que nosotros, los creativos, nos sentimos seguros y protegidos porque semejantes paradigmas de la cobardía espiritual nos representa en el Congreso chileno.


Pero la traición más potente no se comete contra el Eterno y Soberano Dios, no señores, Al que hizo al Leviatán e hizo aparecer lo que se ve de lo que no se veía, estas cosa le rebotan, tiene la piel dura, y cuando necesita sentirse amado o comprendido, porque también es Hombre, no busca en esas sórdidas estancias del poder humano, el Cielo y la tierra le pertenecen, así que su necesidad la sacia siempre en aquellas humildes realidades que para estos magnates de la fe, simplemente pasan inadvertidas, es que Dios no ha cambiado en cuanto a esto, porque el corazón contrito y humillado sigue siendo un tesoro valiosísimo para Él, y en esa condición, como es Omnipresente, sabe a donde dirigirse, por lo tanto, la deslealtad más grande y la traición más sórdida es contra aquellos hermanos que aún intentan practicar el amor cristiano a través de sus sencillas vidas, prácticamente en extinción, de lo contrario, sabríamos donde están. Sin embargo, a toda esta casta de vendidos al sistema, qué puede importarles la opinión de un pequeño grupo de creyentes que se oponen a ser considerados una parte más del Estado, nada, absolutamente nada, no hay más que considerar, el dolor provocado en sus almas por la utilización e instrumentalización de una fe que jamás necesitó de tal condición para sobrevivir en este país, no tiene tratamiento, no hay mensaje para ellos, total, esta forma de hermandad, ha visto muchas veces en la historia como se desmorona y se pulveriza la realidad espiritual, pero, después que ello ha acontecido, tienen más que la seguridad de que todo nuevamente volverá a comenzar, con mucha más certeza que antes, con mucho más vigor, mientras tanto, ellos, desde su sencillez, serán testigos de esta deserción histórica, y además, verán cómo Dios los salva y los protege para impedir que el mensaje profético por ellos creído y esperado, no sufra las mediáticas influencias de la peste actual.


La relevancia de este tema, nos obliga entonces a dedicar mucho de nuestro tiempo para comprender las verdaderas dimensiones del problema, aunque todavía no comprendamos todo, como por ejemplo:

Aquellas realidades espirituales que se oponen, ¿dejan de ser cristianas porque no aceptan el tratamiento que les da el Estado junto a la teocracia evangélica?

Si ahora existe jerarquías de poder dentro de las propias cúpulas políticas de la realidad evangélica chilena, ¿quiénes son los encargados de gobernar?

Si el Estado chileno ha reconocido corporativamente la existencia de la realidad evangélica chilena, ¿los cristianos evangélicos del pasado eran menos cristianos que los de ahora?

No deja de tener un carácter de fábula todo esto, no deja de hacernos pensar en los verdaderos intereses de los príncipes de esta realidad, aún así, ellos se han propuesto no pasar inadvertidos, y no precisamente por predicar el Evangelio de la Gracia de Dios, sino, por que sus rostros, en algún momento, serán vistos pro una gran cantidad de chilenos que aún cree en lo que los periódicos de turno son capaces de decir, y también de omitir.

Monday, November 09, 2009

El descaro de sentirse superior.






















Un cristianismo de este tipo, carece entonces de fuerza moral y ética espiritual para decirnos a nosotros, a los que estamos fuera, a los que están enfermos crónicos, a los que no tienen recursos materiales, a los separados, a los alcohólicos, a los que no estamos de acuerdo con el procedimiento que siguen los evangélicos, qué debemos o no hacer con nuestra vida espiritual, para tener esa capacidad, una realidad espiritual no debe transar con los representantes del poder político ni ninguna otra clase de poder mundano, nos basta el último capitulo de la historia de Chile para entender que un compromiso con el Estado, provoca en la opinión pública, una sensación de menosprecio hacia el propio Evangelio de Cristo.


Esta actitud de soberbia absoluta y que prueba el corazón de esta forma de cristianismo, deja al descubierto, cuáles son realmente las verdaderas ambiciones de sus líderes, incapaces de valorar el propio peso de la historia del protestantismo en Chile, cuya realidad nos habla de personas que amaron a DIOS, y que por creer en ÉL y predicar su Nombre, ni siquiera fueron enterrados como personas naturales de este podrido país cuando entregaron sus almas y espíritu al descanso en Él, los cementerios para disidentes son testigos mudos de aquella historia, una historia que no desea ser contada ni menos recordada por los voraces constructores de esta fábula actual de la fe cristiana. Sin embargo, todas aquellas muertes reclaman honestidad, Ética, Moral, lealtad de sus líderes que tienen como responsabilidad, dirigir las conciencias de un pueblo que en su gran mayoría, carece de educación, los cuales, enfrentados al sombrío y poco claro discurso de sus predicadores y maestros, asisten y financian el Circo que les brinda la religión de los sentidos y de las congratulaciones.



¡Como si haber ganado un día para la Iglesia Evangélica chilena les otorgara prestigio!

Con tal arrogancia, el mensaje profético a las naciones pasa prácticamente desapercibido, todo entra en un mismo canasto, del mismo modo que el ecumenismo practicado por Roma, de la misma forma como la Puta norteamericana absorbe el peso de nuestras culturas y de nuestras historias, nada tiene diferencias, nada tiene malicia, nada carece de cuestionamientos, se amputa el poder de la Palabra y de la interrogación, y en su lugar, los nombres de Ministros de Dios vendidos al sistema, hacen una enorme y serpenteante hilera que no alcanzo a ver en dónde comienza y donde termina. Todo lo que se busca es gloria humana, ser conocidos, ser aceptados, no tener problemas con el Estado, aunque más de medio Chile no tenga todavía seguridad del porvenir. Todo el requerimiento de Dios para ellos es sólo pompas de jabón, luces de neón, ¡Glorias a Dios! ¡Aleluyas!, una inmensa montaña de sombras que no se disipan y que pretenden desde allí, hacernos sentirnos culpables porque no entendemos a Dios ni al Evangelio de Cristo del modo que ellos lo ven.

La caricatura es loable, si pensáramos tal condición, es posible que nunca acertáramos, sin embargo, las vidas de esas personas puede que estén construidas con elementos que las hacen mucho más predecibles de lo que nosotros pensábamos. ¿Cuál es el techo? ¿Cuáles son entonces los parámetros? ¿Cuáles sus bases? Tal vez nunca lo sabremos, pero si está claro, es que el fruto revela la naturaleza del árbol, y en tal caso, no existe, dentro del panorama bíblico profético histórico, semejante demanda de Dios, menos ahora que la credibilidad en la política ya no tiene sentido, justo en ese momento, cuando más ellos necesitan del apoyo popular, del respaldo de los votos, del escrutinio sin reflexión de las masas, aparecen estas torres de Babel criollas sentenciando a la realidad evangélica chilena, a una incertidumbre mucho mayor que la que vivieron los judíos cuando debieron caminar por el desierto más de 40 años. No hay entonces líderes como Josué, desaparece del alma de este pueblo los Moisés, quedan sepultados en el olvido, porque todo se trata de dejar bien a los Ministros evangélicos chilenos con quienes, de una forma que tampoco entendemos, han recibido el apoyo suficiente como para coexistir con otras realidades sin sufrir un solo y perentorio rasguño. ¡Lo triste de todo no es que ya no existan, sino, que no los extrañemos! La palabra persecución, huye ahora del lenguaje cristiano, y el Estado, que precisa de votos y apoyo, pasa a ser el único guardador y no el Espíritu Santo del recurso intangible que es La Iglesia, tamaña deserción hace que la inmensa mayoría de cristianos evangélicos, ya no tenga capacidad para corregir ni redargüir al alma sin Cristo, ni tampoco dar cátedra de moral a quienes ya desertaron de esta fe podrida y vuelta al mundo.

Los planteamientos bíblicos, sin embargo, dejan, a quienes tenemos el valor de desertar de tal realidad, un espectro de seguridad en lo referente a nuestra posición. Al discurrir ahora un poco las sombras que eclipsan el mensaje bíblico y profético, la palabra REMANENTE comienza a tener un profundo y decidor asevero, y lo que no tiene raíz si quiera en La Palabra de Dios, aparece dando a luz una corporativa y esquelética demostración de ignorancia con respecto a la verdad tantas veces vapuleada e ignorada en la persona de hombres decididos a cambiar la historia. El pequeño pueblo de creyentes ahora, toma su lugar, son tan importantes aquellas convicciones, no importa en tal situación, si tienes o no recurso monetario, si ayudas o no al Ministro para que haga un pequeño viaje a Norteamérica y traiga las buenas nuevas que allá se predican, total, Cristo dijo que estaría con nosotros hasta el fin del mundo. El Cuerpo de Cristo deja de tener coberturas mundanas, ya no es necesaria una escarapela que diga que eres cristiano para que otros te reconozcan, el alma y el espíritu hablan a través del hombre sin dejar dudas que tal o cual hermano ha tenido un genuino encuentro con Dios, eso es suficiente, eso es mayor que la asistencia a un templo, eso es mayor que el diezmo entregado a un voluptuosos y carnal predicador de Gozo, eso es suficiente para sentir que eres cristiano, nada puede ser mayor que aquello que te ofrecen, s etrata ahora de una IDENTIDADA y nada más.

Pero ser remanente también implica ciertas responsabilidades, como por ejemplo, nunca más permitir que la realidad corporativa haga sucumbir el Espíritu de la verdad, porque aquí, esparcidos sobre este inmenso desierto, nada te faltará, Jehová siempre estará para guardarte, a ti, y a los tuyos, porque desde hace muchos siglos ÉL deseaba ver a su pueblo libre, libre para encontrarlo, para educarlo, libre para vestirlo con Su Palabra y Su Presencia, pero Él, no hallaba en este mundo, al hombre dispuesto, no encontraba el cristiano deseoso en lo profundo de su existencia, para querer ser parte de una realidad tan inconmensurable como es, la gran experiencia diaria con Jesucristo lejos de los parámetros institucionales y jerarquizados de la religión corporativa. Los discursos ahora, no serán mayores que las alboradas, que el silencio del mar nocturno y las estrellas centelleando sobre sus lomos, el don, por cierto, será respetado, el Llamamiento considerado, el Ministerio, por humilde que sea, dignificado, nunca más podrán absorber la cultura de su pueblo esparcido sobre estas y otras latitudes sin que antes, ÉL mismo Dios que guió los destinos de Israel, salga Personalmente a enfrentar a los enemigos de las convicciones, a los sensuales, a los cercenadores del Cuerpo. El remanente ahora pace tranquilamente, alejado de las babilonias, apartado de las juergas, de las fiestas en que a veces, por condescender, tenía que estar en ellas.

Con una lengua tan histriónica y flexible como la mía, difícilmente podría pasar por alto todas estas reflexiones, aún quedan muchas, sé que muchos además, hoy día se están nutriendo diariamente con tal verdad, es que la mentira no puede sobrepasar a la verdad, desde algún lugar debe emerger con toda su crudeza, con toda su poderosa y afilada consistencia la verdad, sin importar quien la diga o la respalde, vivir enajenados pretendiendo hacer como que no ves lo que de verdad existe, es una manera cobarde de enfrentar la vida, es una forma de decir a los demás, que no estás interesado en lo que les duele o por lo cual se desviven, peor siendo un cristiano que dice estar viviendo en la certeza de Cristo. Así, la condición de la realidad espiritual actual, no deja dudas, la fuerza corporativa que el Estado les ha otorgado, les cierra toda posibilidad de ser los paidagogos de nuestras existencias mientras se aproxima La Venida de Cristo al mundo por Segunda vez. De tal modo entonces, no podemos permitir que por tratarse de superestructuras corporativas las llamadas congregaciones cristianas, tengan el derecho de la fe, por nada del mundo, Cristo nos ha hecho libres, libres para experimentar la vida con Él en cualquier lugar, si somos templos del Espíritu Santo, no necesitamos fuerza corporativa ni dictados humanos para poner en ejercicio la misericordia de Dios ni la piedad cristiana, el Reino se ha de construir aquí en la tierra, con resentidos, con marginales, con seres humanos de carne y hueso, llenos de defectos, llenos de problemas que permitan a Dios manifestar su verdadero Amor y Poder. Los siúticos abyectos de la religión corporativa que dicen estar representando el Carácter de Cristo, no tienen ya la fortaleza ética para confrontar a un pueblo que desea ser instruido y ser conocedor del Propósito divino, no hay manera que puedan detener una fuerza semejante, lo tengo más que claro, y sé que después que yo, vienen muchos más, como muchos que fueron olvidados por las castas sacerdotales de la religión corrupta, los asesinatos espirituales cometidos contra aquellos santos hombres de Dios, no van a quedar impunes, en algún momento el Señor de las almas cobrará.

Por lo tanto, no intenten detenerme, no lo van a conseguir, estoy demasiado contagiado de esta locura como para impedir que la obra que Dios desea realizar en muchos de ustedes, se detenga porque yo no he sido claro con mis palabras, para nada, no es que me jacte de tal condición, el que piensa de este modo simplemente no me conoce, sin embargo, el llamado persistente del espíritu Santo a sus hijos allá adentro seguirá siendo:

¡Salid de ahí pueblo mío y no os contaminéis!

¡He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo!

Tengo finalmente la certeza de que la tradición, con toda su potente dictadura del miedo, no será capaz de detener a muchos que si han oído la Voz de Dios y que anhelan en lo profundo de sus corazones, vivir una experiencia genuina con Cristo, genuinamente humana, genuina como para contarla y hablar de ella sin tener que pasar por las escuelas norteamericanas ni extranjeras, una experiencia real que convierta el corazón humano en una alborada de luz, y que el Nombre glorioso de Cristo, permita iluminar el corazón de tanta gente que la religión simplemente dejó en el olvido o simplemente decidió ignorar.

Thursday, November 05, 2009

Viviendo bajo las sombras de la deslealtad.
























Pudimos haber cometido un gran error con nuestro cristianismo, como por ejemplo, haber sido seguidores irrestrictos, como tantos otros, de algún actual Gurú de la predicación mundial o nacional, o simplemente, haber olvidado que todo se trataba de seguir y poner en práctica las enseñanzas de Jesús. Sin embargo, aquello no ha ocurrido, los címbalos resonantes de la predicación actual, a pesar de toda su superestructural modalidad de fe, no han logrado permear nuestras fuertes ataduras con la verdad, ni menos debilitarlas, el sometimiento que ha impuesto la nueva dictadura de la Derecha religiosa norteamericana por sobre los países que aún no comprenden el mensaje profético, puede parecer simple a los ojos escurridizos de aquellas realidades que nutren su vida espiritual e intelectual con fuentes venidas desde aquellas tierras, no obstante, se trata de una DICTADURA, de una imposición, de una castración, de una modalidad, en tal condición, no te puedes mover a donde tú quieras, siempre te estarán vigilando, siempre cuestionarán lo que haces porque no se encuentra en los predecibles y siempre estúpidos parámetros de una cultura que sólo piensa en basura, y que además de ello, la deifica, y no porque carezca precisamente de recursos, muy por el contrario, simplemente porque sus castas poderosas se han adueñado de la fe cristiana y de todo el ámbito político y militar, y por supuesto, necesitan que una religión tan potente como el protestantismo norteamericano, pueda avalar con su silencio el proceder corrupto de sus políticos y mercaderes.

Tal condición de la cristiandad actual, nos deja profundas reflexiones e interrogantes, tantas como para escribir sendos tratados de cobardía y de soberbia, es que la situación, por tratarse de factores relacionados con La Palabra de Dios, amerita que tengamos que volver una vez más atrás, y todas las veces que sean necesarias para enfrentar el problema que nos ofrece el panorama espiritual de hoy, el cual, con antecedentes de carácter criollo, no deja de sorprendernos por la forma en que los grandes paradigmas de la fe evangélica nacional, han decidido obviar una vez más, todo el recurso profético para dar a luz, un tipo de cristianismo que para existir necesita de la colaboración del Estado chileno.

¡Si esto no es porquería, entonces! ¿Qué es?

Pero lo que nosotros no llegamos a entender jamás, fue que para un sistema religioso colapsado de luz y gozo, como el impuesto por la Babilonia norteamericana, la palabra entendimiento, no iba a tener valor alguno, porque para mantener a una realidad espiritual en constante ignorancia, los que entienden, no son precisamente los llamados a engendrar o encubar la semilla de la verdad dentro de los corazones y las almas aún sin cultivar, contrariamente, el gran aporte de la castas religiosas actuales, nos pone en la vanguardia misma de la vergüenza, sí, porque no hay otro modo de definir esta paranoia de los evangélicos chilenos por querer ocupar un sitio de importancia dentro del panorama político actual, por ello es que nos resulta vergonzoso el acto público que ofreció la Iglesia Evangélica chilena dentro del palacio de La Moneda, porque cuando Constantino pensó en una religión de carácter estatal, debe haber soñado o visionado el patio de los naranjos lleno de Ministros y creyentes evangélicos con sus cámaras digitales, haciendo un esfuerzo por dejar retratado tan magno evento político, y por su puesto, como todo tiene un costo, ofreciendo el voto de este pueblo a una Presidenta que a pesar de esta fe y de sus contactos con ella, aún no cree en Dios. Y me pregunto, ¿no habrá algún hombrecito con algo de Dios dentro de todos estos arrastrados y vendidos al sistema que pueda predicarle el Evangelio de Jesucristo tal y como es a nuestra queridísima presidenta? ¡Por supuesto, sin esperar nada a cambio! Parece que no, parece que perderemos tiempo y no se trata de ello, tenemos que avanzar, total, el hecho de que el gran Apóstol de la fe cristiana, el Apóstol Pablo, se haya jugado el pellejo delante de los poderosos de la tierra por causa de Cristo, ya nada significa para los meretrices del sistema, nada podrá hacerles cambiar de opinión, los tragos y las empanadas después del servicio fueron demasiado buenas como para perder el tiempo en decir cosas que la Presidenta y sus correligionarios, necesitan oír.



Para no quedarse atrás entonces, la realidad templista y toda su angustiante persistencia, ha tenido que innovar en cuestiones formales o estéticas, no obstante, el miedo, el gran truco de La Edad Media, sigue siendo uno de los parámetros más utilizados a la hora de engendrar o hacer real algún tipo de ejercicio espiritual que no ponga en riesgo, toda la estructural y casi fantasmal propuesta de los predicadores de Gozo. Es que el miedo, como instrumento, como herramienta de convencimiento, no deja dudas en cuanto a la forma en que el objeto de toda esta cuestión, entenderá el problema de la fe, más aún cuando el hombre, el de las laderas urbanas, el que camina sobre el asfalto de las sociedades modernas, no desea profundizar en un tema que podría hacer tambalear su pobre condición materialista y secularizada. Pero el miedo, como instrumento, jamás actúa en forma solitaria, porque un alma y un espíritu libre saben de antemano, que más allá de las prohibiciones y costumbristas jerarquías haciendo alarde de espiritualidad en algún simposio de política influencia, el amor existe, el amor que se obstina a no desaparecer, a no dejarse vencer por las costumbres, por las tradiciones, por los exhibicionismos propios de una realidad que somete al ser humano a una forma de creencia etérea y sin fundamentos. El miedo, para reaccionar y afectar la vida del cristiano, necesariamente debe hacerse acompañar de su gran aliada, la ignorancia, la cual, inocula a la cristiandad contra las fuertes y persistentes oleadas de interrogaciones que nos envía el Espíritu Santo, dentro de un tiempo que carece de respuestas acertadas en cuanto a la condición en que se encuentra la humanidad y su destino.

El ejercicio del miedo, siempre ha sido parte de esta gran cruzada, porque si te sales de ahí y dejas las costumbres, te perderás, serás un apatriado. Sin templo y sin estructura ellos piensan que dejaste de ser un hijo de Dios, que se acaba Dios y la vida para ti, que no sabrás qué destino tomará tu alma sin no estas ahí, que no tienes idea de cómo sobrevivirás en medio de un mundo que lentamente irá destruyendo tus convicciones. De este modo, para el religioso, la certeza de Dios pasa a convertirse en un Dogma, nada más que una excusa para ahuyentar el intrépido sentido de la búsqueda, y pretender con ello, castrar el alma del ser humano que cuestiona el sentido del dolor, el dolor propio, el intangible, el de los que yacen y jamás llegan a ser contados, dolor en toda su dimensión, un dolor del cual los apóstatas actuales de la fe mercenaria, no hablan, y cuando lo hacen, es para extraer de la gente su dinero, es para confiscar en el Nombre de Dios lo que a la gente le cuesta la vida y su trabajo. Deja entonces de ser la fe cristiana en un impulso venido de Dios para convertirse en una maraña de buitres y carroña espiritual que aguardan tu caída.



Así, la noche eclipsa nuestras vidas y nos vamos extinguiendo, desesperadamente, con una angustia que cercena nuestras gargantas, debilitados en lo más profundo de nuestra humanidad, de nuestra comprensión del espacio que ocupamos, de lo insignificante que pueda parecer al mundo lo que creemos y sentimos, somos demasiado pequeños para combatirlos, ellos se han adecuado a este sistema y el sistema a cambio, les ofrece protección, seguridad social, líderes obsoletos y sin ideas, comerciales a lo largo de una carretera iluminada que te haga recordar que les perteneces y que ya no eres propio ni de Dios, que le debes al sistema tu manera de sentir y de vivir la vida, y que ellos, por supuesto, están pensando en tu felicidad y en la de tus hijos.

¿Y Dios? ¿Dónde se encuentra Dios entonces? ¿A dónde podemos dirigir nuestras miradas?

¿Hacia dónde podemos dirigir nuestras naves que zozobran?

¿Al discurso dado por el próximo líder político que desea terminar con la miseria en sólo cinco años?

¿Al último miserable trabajo musical de un cantante cristiano hijo de la gran Puta norteamericana?

No es posible para un cristiano embebido de convicciones, aunque las manos duelan de tanto tirar la cuerda, aunque se hallen ensangrentadas, porque sangre debe haber, no he conocido un libro y una fe más sangrienta que la Biblia y el cristianismo, desde su mismo origen, la sangre siempre ha sido parte fundamental en cualquier tiempo cuando la fe se vio en riesgo de caer en costumbrismo o en procaz mediocridad. No dice La Palabra de Dios:

“Ví que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús.”
Apocalipsis 17: 6

“Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra del testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte.”
Apocalipsis 12: 11

- ¿Acaso esta sangre es menos valiosa que toda la sangre derramada en las batallas y en las guerras de los hombres?

- Esta sangre, por ser sangre de mártires de Jesús, ¿es menos importante que la sangre derramada por los Árabes a lo largo de toda su guerra santa?

- ¿Es menos valiosa que la sangre que derramaron los nazis en su cruzada mesiánica?

- ¿O menos valiosa que la sangre de los judíos en los campos de concentración?

- ¿O tal vez la de ellos es más valiosa que la derramada en las calles de Palestina cuando los proyectiles caen desde Israel sin discernir entre soldados y niños?


Para escribir y pensar de este modo no puedo buscar inspiración en las canciones de Marcos Witt, o Marcos Vidal o cualquier otro, ni menos escuchando la predica de algún gurú espiritual que jamás comprendió el por qué el APÓSTOL Pablo trabajó con sus propias manos. Por ello, claudicar y dar un paso atrás para que la mediocridad pueda reinar sin obstáculo alguno, me parece bestial, inhumano, cobarde e inconsecuente con el espíritu de los evangelios, debe existir una forma de cristianismo que resista, que sea lo suficientemente valiente como para defender lo que La Palabra dice y lo que el Espíritu Santo reclama, porque en las horas que nos ha tocado vivir, nos jugamos nuestra estadía allá en la eternidad. Lo que nos ofrecen para que debilitemos en algo nuestras fuertes convicciones y así dejar que la carroña reine, no debe ser motivo de sobresalto, Jesús lo dijo:

¡Vendrán muchos en mi Nombre!

También dijo:

“Si el mundo os odia, sabed que a mi me ha odiado antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero,
Como no sois del mundo,
Porque yo al elegiros os he sacado del mundo,
Por eso os odia el mundo.”
San Juan 15: 18 - 20

Jamás ha existido ni existirá en el hombre ni en este mundo, algo que pueda siquiera ensombrecer el acto de la redención humana, cuyo centro es Jesucristo, nada que venga de Estados Unidos, nada que venga del espacio sideral, nada que emerja de las sombras de la muerte, podrá evitar que el peso de la Salvación que un día Cristo hubo de sobrellevar, pueda hacernos desistir de tan inmensa verdad, todo lo que nos puedan ofrecer para debilitar el cristianismo que debemos vivir en el día de hoy, aún con el terror y la gran cruzada del miedo haciendo sucumbir las miradas, logrará evitar que nuestras almas puedan olvidar cada una de las heridas y golpes que el crucificado debió soportar para que un día pudiésemos experimentar en carne propia, el gran don de la gracia salvadora a través del Señor Jesucristo.

Por ello Roma se equivoca, se equivoca el Protestantismo, se equivocan los políticos cuando creen que los evangélicos chilenos estamos de acuerdo con los derechos que el sistema ha donado para hacer silenciar a los cristianos de estas urbes, y así impedir que la voz profética se haga sentir con fuerza, el error de creer que estamos siendo representados por las castas de las jerarquías eclesiásticas evangélicas, simplemente impedirá el que en un momento, el que solo conoce Dios, la verdad tenga que ser oída, a pesar de las donaciones, porque Dios no mandó a Su Iglesia a hacer compromisos con el Estado ni menos con quienes están a punto de perder las elecciones y desean el voto de un pueblo que lamentablemente, por ignorancia, vende su primogenitura y ofrece a la farándula política, su propia conciencia.


El dolor, en tanto, al parecer, siempre será la mejor herramienta con que cuenta Dios para probarnos, a nosotros mismos, de cuan valiente somos, y por supuesto, de cuánto somos capaces de soportar si es que en algún momento nos vemos enfrentados a una lucha dirigida, específicamente, a ese lugar en donde se hallan protegidas cada una de las verdades por las cuales, muchos de nosotros, estaremos dispuestos a dar incluso nuestras vidas si fuera necesario. Es cierto que los hombres paradigmas ya no existen, sólo se ven en las películas, en el cine de hoy, en el de antaño, no obstante, a diario tengo la certeza que muy cerca de nosotros, muy cerca de nuestras frágiles existencias, aún las miradas despiertas y los ojos abiertos contemplando el firmamento desde algún espectral cuerpo de la noche, la fuerza de sentir que somos hijos de Dios dispersos sobre este angustioso planeta, no ha dejado de ser una realidad, una total y verdadera realidad que nos hace soñar con el Retorno y las estrellas, con los infinitos y tan distantes planetas, porque sólo un alma que ha nacido de nuevo, podrá soñar y volver a creer, aunque la verdad ya no tenga propósito en este mundo. Quienes navegan por este inmenso y angustioso mar, lo han comprendido, quienes se han detenido en la búsqueda, finalmente ya dejaron de pensarlo, de soñarlo y de quererlo, aún así, la noche precipita su luminosidad y nos vuelve a las alboradas, el cuerpo entre las sábanas se dispersa, y en el intertanto, la mano misericordiosa de Dios deja caer su bendición sobre nuestras vidas, para que descansemos, para que mañana, al levantarnos, nuevamente seamos capaces de enfrentar, en el Nombre de Jesucristo, la realidad que nos depara el futuro incierto, enigmático, y nunca seguro sin Jesucristo.