Friday, March 22, 2019

EL REINO DE LAS BUENAS NUEVAS DE JESÚS.



 “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del Reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y El Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en El Evangelio.”  (S. Marcos 1: 14 – 15)   

Las Buenas Nuevas, o Evangelio que Jesús predicó en la vieja Palestina, hacen referencia al Reino de Dios, un Reino que los judíos esperaban se cumpliese en un momento en que uno de los imperios más poderosos de la tierra, como el imperio romano, ejercía su dominio por toda la amplitud del mediterráneo y su alrededor, gobernando con mano fuerte y decididamente inflexible con quienes se tornasen opositores o contendientes con aquel sistema.

Para controlar y mantener al imperio sin ningún tipo de problemas como los levantamientos populares, los romanos contaban con mecanismos de castigo tremendamente convincentes, como la propia crucifixión, que no es de origen romano sino, griego, solo que ellos, los romanos, como medio para imprimir dolor al ser humano, la perfeccionaron, llegando a ser esta forma de castigo y mutilación, una de las más violentas y dolorosas formas de dar muerte a los asesinos, ladrones o revolucionarios que se levantaban para protestar contra el gobierno por ellos ejercido. En medio de esta problemática circunstancia, Jesús tomó la iniciativa de poner en el oído de las personas, el mensaje de las buenas nuevas, y, precisamente, no se trataba del mejor contexto, no obstante, Él no dudó, aún sabiendo que su mensaje produciría irritabilidad en la mente y en los corazones de los religiosos de su tiempo, siguió adelante, lo que inevitablemente y bajo estas beligerantes condiciones, se puede explicar entonces lo efímero de Su Vida Ministerial y existencial.

El Evangelio, o evangelium, latín, (euaggélion en griego), son las buenas noticias, las del Reino de Dios, por lo tanto, el predicar o exponer públicamente un mensaje que anunciaba un nuevo reino, obviamente con un distinto rey o gobernante al natural de los romanos, puso el mensaje de las buenas nuevas, en contradicción con la aspiración romana. Sin embargo, no fueron los romanos propiamente tal los que se opusieron a su predicación, ellos estaban acostumbrados a que en ese entorno histórico, los profetas y mesías no fueran un tema de pura coincidencia en el hecho cultural de esa sociedad, sino que, era constante la aparición de este tipo de personajes que anunciaban diferentes mensajes basados en los escritos proféticos, Juan el Bautista fue uno de ellos, así que por lo tanto, para los romanos, Jesús era uno más, salvo que los religiosos de su tiempo, los cuales, debido a convenios hechos con las autoridades romanas, al considerar y ver en peligro sus propios beneficios, conspiraron contra Él, llevandole a la cruz, la que finalmente le quitó la vida.

En el mundo de los judíos del tiempo del Señor, todo estaba centrado en la realidad del Templo de Jerusalén, el cual, en esos días, aún no se terminaba como obra originada por el rey Herodes, aun así, la obra era magnÍfica, era considerada una de las maravillas del mundo, aunque era solo una sombra de lo que fue la construcción hecha por el Rey Salomón, hijo de David, y fue una de las maneras en que este hombre, que no era de origen judío, llegó a tomar acuerdos con las castas religiosas y sacerdotales para poder gobernar y mantener un sistema de status quo, permitiendo que dentro y fuera del templo, se desarrollaran todo tipo de intercambios comerciales que eran custodiados por los soldados romanos, es decir, la religión de los judíos de ese tiempo, en vez de proteger al pueblo que estaba siendo sojuzgado, hacían uso de todos los medios permitidos por los romanos para enriquecerse y gozar ellos de privilegios que Jesús, como profeta de Israel, denunció y combatió duramente a pesar de la oposición de los religiosos y las castas sacerdotales.  

Pero el Ministerio del Señor era el cumplimiento exacto de varias profecías bíblicas, fueron profetas como Ezequiel, Isaías, Jeremías, y otros más, muchos años antes, los que anunciaron la llegada de este Mesías. Jesús a través de su andar, dio muestras, señales tangibles de que Él era el que ellos aguardaban, Él apunto precisamente a un volverse de corazón al espíritu de La Ley escrita o Torá, Torah en hebreo, que significa, instrucción, enseñanza, doctrina, y que está dirigida a lo que hoy llamamos el Pentateuco o cinco primeros libros de La Biblia, y esto se debe a que en su tiempo, La Ley escrita o Torah, no era más importante que los libros de interpretación escrito por sabios judíos como, la midrash o el talmud, lo cual centraba el pensamiento judío en aspectos irrelevantes desde el punto de vista de una nación con un llamamiento tan importante como el que Dios les hizo a ellos, sumado a que en su cometido diario, no solo no había Arca de la Alianza en el ejercicio sacerdotal, lo que era bastante grave, sino que además, como ya es de conocimiento de todos, la religión de ese momento tenía convenios con los romanos, lo que convertía todo aquello en algo inútil.

El Evangelio en tanto, el de Las Buenas Nuevas del Reino de Dios proclamado por El Señor Jesucristo, es la respuesta y la certeza de que Dios no ha olvidado a Su Pueblo, que Su Misericordia no era un cuento, solo que ellos esperaban otro tipo de reino, uno tal vez con poder militar suficiente como para extirpar de ese territorio a los ejércitos de roma. Pero Jesús traía consigo algo mucho más enorme que la aspiración judaica, Él mismo era la respuesta a todas las grandes interrogantes y necesidades de las personas comunes y corrientes, las que, en su realidad diaria, debían soportar el peso de un sistema político corrupto y cruel, en donde los impuestos eran cobrados por los propios judíos, y que mantenía a la gente de los pueblos más humildes, en una pobreza tal, que la vida solo se limitaba a la subsistencia. El mensaje de Jesús, por lo tanto, representa, o pretende ser, un acto liberador en medio de tanto sufrimiento, y si bien Él proclamó este Reino a los judíos de su tiempo, inevitablemente en Su mensaje se deja ver claramente que esta bendita promesa cumplida en Él, ahora no se limita solamente a ellos, sino que también, a quienes tuvieran humildad para arrepentirse y volverse de su mal camino, incluidos los samaritanos, los propios romanos y gentiles todos.

Dios en Cristo nos ha acercado este Reino bendito, y desea instaurarlo dentro de nosotros:

“Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y sabrán las naciones que Yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre.”                   
                                                                                            (Ezequiel 37: 26 – 28)

Esta era la promesa hecha al pueblo israelita, este ha sido el deseo de Dios desde siempre, habitar con quienes son Su Pueblo, ahora, incluida La Iglesia de Cristo, porque en Su proclamación y final demanda a sus discípulos, les ordenó que fueran a todas las naciones, no solo a Israel a proclamar Las Buenas Nuevas del Reino de Dios, y que enseñaran además, todas las cosas que Él les ordenó (S. Mateo 28). 

Jesús entonces, no dejó ni dejará jamás de lado absolutamente a nadie que le necesite de corazón y de alma, todos están invitados a vivir esta experiencia con Dios, la experiencia de saberse partícipes de un Reino lleno de promesas y realidades en donde el hombre puede llegar a conocer al verdadero Dios y Creador de todas las cosas, es una expectativa universal, en donde La Bondad y Misericordia de Dios, son un hecho en el acto de La Redención a través del sacrificio en La Cruz por parte del Señor Jesucristo.

Si bien en Jesús el Reino se había acercado, ahora este mismo Reino se halla manifestado, en nuestros corazones, y en el corazón de cada persona que ha aceptado La Soberanía de este Rey que sobrepasa en gloria y majestad, a todos los reyes de la tierra, se trata de un Reino espiritual, de allí parte el gobierno de Cristo, el Mesías habitando en la vida de los hombres, ignorar que El Reino de Dios se encuentra entre nosotros no tiene sentido ya, hay evidencias, tangibles de que Dios ya habita en medio de su pueblo, por lo tanto, a pesar de la resistencia de los judíos de su tiempo, que no quisieron aceptar su mesianismo, Cristo, El Señor, reina en nuestros corazones:

“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido a este mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye Mi Voz.”  (S. Juan 18: 37)

Exactamente, para ello nació El Señor, para reinar en el corazón de los hombres, y si bien los hombres no hemos comprendido el verdadero propósito que hay en Cristo al desear Él habitar en nuestras propias vidas, el mensaje y la propuesta de Dios están en evidencia, El Reino se encuentra en dinamismo, en tanto que los hijos de Dios de este tiempo, proclamemos con nuestras vidas que Él, el que nació y vino para reinar, está presente en lo cotidiano de nuestra existencia, porque finalmente, es lo que Él deseó desde un principio, estar y ser parte de la vida de su máxima creación, el hombre.  

f. navarro m.
cantautor cristiano chileno.

Wednesday, March 13, 2019

EL PODER DE LA ENSEÑANZA Y EL DISCIPULADO.





Lentamente y con el paso de los días, voy recuperando parte de mi salud dañada en esta última aventura en El Señor. Todo presupone que muy pronto al menos, estaré en condiciones de poner en actividad aquellos proyectos y realidades que dan forma a mi vida, y generan en mi espíritu, toda clase de bellos y genuinos sentimientos llenos de paz en Él. Es la consecuencia de vivir con una enfermedad incurable sobre tu cuerpo, son las razones que muchas veces me han detenido y por lo cual, he debido esperar grandes cantidades de tiempo en cama incluso, para alcanzar un estado de salud que me permita trabajar con mis ideas, y por supuesto, con el ministerio que tanta bendición ha traído a mi vida, y espero de todo corazón, que a los hermanos que siguen de cerca mi proceso.

Servir a Dios, es algo que está fuera de las posibilidades de muchos cristianos en un mundo tan competitivo como el de hoy, no es fácil dejar de hacer cosas que promueven nuestra subsistencia para dedicarnos a lo que Dios quiere, ello es lo que a mi modo de pensar, lentifica el proceso de La Iglesia en esta tierra, no solo porque carecemos de esta valiosa herramienta como es la voluntad humana al servicio del Evangelio, sino que además, y debido a esta deserción en el campo de la enseñanza y de otras posibilidades que ofrece el mismo Evangelio del Señor Jesucristo, muchas personas simplemente se conforman con ofrecer a Dios trabajos sumamente superficiales, o peor, al no contar con el tiempo necesario, llenan sus mundos de realidades basadas únicamente en la subsistencia a través del trajín en el templo, lo cual convierte a nuestra realidad congregacional, fundamentalmente en una existencia religiosa o en una realidad circunstancial, por la falta de capacitación, por la exclusión que sufren muchos hermanos que con sus dones y ministerios, podrían estar innovando y ayudando a la manifestación del Reino de Dios sobre esta tierra de tantas y diferentes maneras.

He buscado las explicaciones al respecto y creo haberlas encontrado, muchas de ellas, para nuestra comprensión del problema, se hallan arraigadas seriamente en lo que se enseña desde los mismos púlpitos, específicamente en lo que guarda relación con doctrinas y enseñanzas que predisponen al cristiano, a ejercer dominio sobre el entorno material y a no perderse ninguna oportunidad cuando se trata de generar dinero o dar importancia a las bendiciones materiales. Esta verdadera incongruencia con respecto a la enseñanza pura del Evangelio, es lo que a mi modo de enfrentar el problema, ha traído gran parte de lo que es hoy día, la negación o el rechazo de muchos hermanos y hermanas por hacerse cargo de las demandas que establece el mensaje de Cristo en Su Evangelio, y junto con ello, como lo he venido planteando, el desinterés por servir a Dios desde una perspectiva mucho más profunda y directa en relación al prójimo, que todo aquello que nos ofrece la realidad puramente cúltica o templista.

Ya no me sorprende el hecho de que en muchas ocasiones, interesado en ayudar a la formación de hermanos en lugares en donde La Palabra de Dios debería ser ofrecida como una herramienta “pedagógica”, los mismo encargados de aquellos grupos, en su mayoría de corte Pentecostal, prácticamente ignoran cuando les he ofrecido mi ayuda para perfeccionar o colaborar con la enseñanza bíblica. Específicamente en lugares como cárceles, el problema se manifiesta entonces de manera enérgica, no hay posibilidad de pensar siquiera en darle importancia a la enseñanza, los hermanos allí convertidos, están prácticamente impedidos de alcanzar una mejor perspectiva en lo que respecta al conocimiento y al traspaso de él, en este caso, solo aprender a cantar y como siempre, a ver Las Escrituras desde una mirada distante y superficial.

Pero este no es un problema que se da en esos lugares solamente, la forma que adquirió el cristianismo protestante mundial, como la realidad del culto y su estructura, también es responsable de que una gran mayoría de hermanos, no tengan acceso a mejores enseñanzas y en este respecto, a una capacitación ministerial que sin duda alguna, permitiría que La Iglesia de Cristo en su versión periférica al menos, tuviese otro tipo de influencia sobre la sociedad que nos rodea, y que además no estuviese limitada solamente al canto de alabanzas o a la repetición de formas que están absolutamente descontextualizadas con la realidad.

Habiendo servido al Señor desde mi juventud detrás de un Ministerio musical acá en Chile, un día El Señor habló a mi corazón en relación a que, una gran cantidad de músicos cristianos, valiéndose solamente del don musical, no aspiran a mejorar su condición ministerial estudiando o capacitándose, es decir, para muchos “ministros de alabanza”, la enseñanza bíblica no tiene valor alguno, lo cual convierte a esta circunstancia, en una inevitable desgracia para la realidad de La Iglesia de Cristo, sabiendo que una gran cantidad de hermanos y personas que asisten a las reuniones periódicas, carecen de preparación y de ayuda pedagógica, es claro, existe en la realidad, muchos más cantantes y músicos cristianos que profesores o pedagogos encargados de la formación intelectual y valórica del pueblo de Dios.

Como lo he compartido tantas veces en las cuales se me ha invitado a cantar a ciertas congregaciones, creo que el problema no solo no ha sido tratado por la curia protestante, sino que, además, convierte al mismo problema, en una dificultad o encrucijada histórica que difícilmente los cristianos de hoy, con toda su poderosa artillería de recursos para alabar a Dios, querrá enfrentar y tratar de solucionar. Se trata, por lo tanto, un problema endémico, está inserto en la realidad del Evangelio que hoy día se predica, se preferido la información a través de los medios que la formación de las personas.

Jesús, El Señor, envió a sus discípulos a predicar y a formar o hacer discípulos, no sin antes haberlos preparado para esa tarea, los Evangelios dan cuenta de ello, pero luego, pasados solo algunos años, la aparición de hombres como Pablo dentro de la esfera del cristianismo en cierne, vino a reafirmar sin duda alguna, la necesidad de Dios de querer implementar, algún tipo o forma de enseñanza que llegase a establecer dentro del corazón y mente de los cristianos, los principios y convicciones que iban a hacer de este joven movimiento, algo diferente al judaísmo, y por supuesto, algo con vida, aliciente y recursos propios.       

El camino por recorrer fue enorme, lleno de dificultades, debieron los cristianos, a pesar del entusiasmo, entender que lo que Jesús enseñó, eran los fundamentos por los cuales ellos mismos tendrían que caminar. Entonces, se dio inicio al trabajo de elaborar libros o pergaminos que pudiesen contener dicho mensaje, lo cual de inmediato produjo, dentro de esta misma esfera, hombres dispuestos a enseñar o a transmitir de forma pedagógica el mensaje de Cristo. El trabajo por supuesto no fue fácil, para nada, todo hacía prever que el movimiento iniciado por Jesús a través de sus discípulos; gente del común, salvo tal vez con algunas excepciones como Mateo, un hombre con educación y preparación; estaba condenado al más absoluto fracaso, que, al corto tiempo, todo sería reducido a polvo y paja.

Pero la historia fue otra, todos conocemos el desenlace, La Iglesia no sucumbió, sino que, por el contrario, emergió con poder en momentos que los romanos, ejercían con fuerza y violencia su poderoso imperio. Allí, en medio de esa condición opuesta, de honda y casi mortal resistencia, la enseñanza y predicación de hombres como Pablo, Bernabé, y Los Apóstoles del Señor, llegaron a influenciar con El Evangelio de La Cruz, la mente, el corazón y las vidas de una multitud que, viviendo en condiciones mínimas de subsistencia, vieron en el cristianismo, una fuente de paz y seguridad para el alma, ello jamás habría sido posible si es que la enseñanza del Evangelio, hubiese sido pospuesta por cualquier otra alternativa, los hombres que produjo la fe del Señor Jesucristo, sin duda, sus testimonios, están sembrados de milagros y expresiones de vida intensa en lo que respecta al Amor de Dios, sin embargo, desde mi humilde mirada a la historia de La Iglesia, nada de ello hubiese sido posible si la instrucción, el discipulado, la pedagogía, no hubiese sido el arma que los cristianos utilizaron para alcanzar las vidas de personas que dentro de un Imperio tan enorme como El Imperio Romano, carecían de respuestas y del apoyo moral y espiritual que sólo El Evangelio de Cristo les pudo entregar.

f. navarro m.
cantautor cristiano chileno       

Sunday, March 03, 2019

Y SE AUMENTARÁ LA CIENCIA...


















Es cierto, la ciencia, como lo declaraba certeramente y por anticipado La Escritura en el libro de Daniel, ha ido en estos últimos años en una constante y poderosa evolución, adelantos nunca antes vistos, tanto en tecnología como en otras manifestaciones del espíritu y saber humano han sido puestos en las manos del común de las personas, de hecho, la sociedad moderna sin estos artefactos parece no poder funcionar, como los satélites que nos mantienen unidos a través de las comunicaciones y que nos hacen pensar que este mundo, no es tan enorme como lo pensábamos, LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN. Hemos logrado alcanzar, por lo tanto, fronteras inexpugnables con los vuelos espaciales, lo que parecía un sueño en otras edades, hoy es una completa realidad, como los libros de Julio Verne, es muy probable, viendo la velocidad de los cambios a que hemos sido expuestos en estas últimas décadas, que muy pronto tal vez, el hombre ponga sus pies sobre otros planetas como Marte, nada imposible para una era en donde lo inalcanzable precisamente, parece ser el horizonte de una ciencia que no le teme a nada ni parece detenerse en su búsqueda del conocimiento de lo que nos rodea.

Vivimos una era en tanto, en donde los sueños no son un imposible cuando vemos el nivel en el cual el hombre ha encauzado su existencia, principalmente en el área de la ciencia médica, todo un logro del trabajo mancomunado entre expertos para poder alcanzar el objetivo que es, mejorar la condición y calidad de la vida humana, y creo que de algún modo ello se ha logrado, en los instrumentales con los cuales cuentan hoy día los médicos para enfrentar las grandes dificultades que ofrecen las enfermedades, en toda la experticia con la cual hoy día enfrentamos los grandes y poderosos enemigos de nuestra salud, considerando que hoy, y gracias nuevamente a la inteligencia y el trabajo de quienes se han encargado de poner estos instrumentos en las manos de los médicos, uno de ellos puede operar a miles de kilómetros de distancia del lugar en donde se encuentra el enfermo. (la robótica al servicio de la ciencia médica)

La era atómica, si bien nos trajo en la realidad el dolor de ver a miles y miles de personas afectadas con el espanto de la bomba nuclear, también puso en nuestra conciencia, debido a este mismo ejemplo, el pensamiento de que, en cualquier momento como especie, podemos desaparecer, pues contamos con los medios para ello, la fabricación masiva de armas atómicas en el mundo entero es hoy un negocio que no parece detenerse. Sin embargo, esta misma era atómica, también nos ha permitido mejorar en el campo de la investigación médica, como lo hemos planteado, y poner además todos estos medios en las manos de personas que han desarrollado dentro del área tecnológica médica, equipos de SCANNER con el cual hoy día contamos y que esencialmente, ayuda a los médicos a detectar con anticipación una enfermedad, y por lo tanto, a definir con mucha más claridad y celeridad sus tratamientos, yo mismo he sido objeto de estas herramientas con que cuenta hoy día la ciencia médica, y en mi caso, si no hubiésemos contado con estos equipos en este país, jamás habrían sabido los médicos que me trataron, el tipo de mal que me afecta, aunque este no tenga tratamiento dentro de la medicina tradicional, lo realmente importante, es que toda esta maquinaria, aunque enormemente costosa, tanto para la ciencia como para los que necesitamos de ellas para la detección y tratamiento de enfermedades, se encuentra al servicio de las personas en muchos países.

Muchos adelantos de esta naturaleza, precisamente, solo pudieron haberse alcanzados gracias al trabajo eficiente y dinámico de miles de personas que han dedicado y dedican aún, gran parte del tiempo y conocimiento de sus vidas a la investigación, y con ello, a producir el mejoramiento de las diferentes tecnologías con que cuenta hoy la ciencia médica, y por supuesto, muchas y diferentes disciplinas humanas más, es un hecho, la era espacial de todos modos, ha sido una de las que más ha impulsado y colaborado en el desarrollo de los SCANNER, es algo que no toda la gente comprende, pero es así. Estamos siendo testigos entonces, lejos de una era en donde, para el hombre, nada parece ser imposible, no obstante de los grandes ejemplos que nos ha dejado la historia del despilfarro y el desequilibrio que deben enfrentar naciones que no cuentan con todos estos adelantos.
Los ejemplos de esta desproporción son muchos y variados, solo basta poner la mirada no muy lejos de nuestra realidad, en países como Haití; que luego del gran terremoto que debieron enfrentar el año 2010, un día Martes 12 de Enero a las 16: 53 horas, en donde murieron por efecto directo del sismo más de 320.000 personas, y que produjo además, alrededor de 350.000 heridos; para comprender que no siempre la ciencia y los que producen ciencia, trabajan pensando en el bien del ser humano total, sino que, como todas las otras circunstancias, solo para aquellos que pueden invertir grandes sumas de dinero en este tipo de instrumentales, los que no, solo deben enfrentar con su precariedad, como Haití y otros muchos países del mundo, todo este influjo de dolor y de enfermedades que ha producido esta sociedad con su irresponsabilidad, y me refiero específicamente, A LA ERA ATÓMICA.

Fue Estados Unidos quien nos enseñó la perversidad que hay en el corazón humano cuando se trata de provocar dolor, fueron dos las bombas lanzadas sobre Japón que dieron inicio a esta era atómica, las cuales nos mostraron el pavor y la desproporción en el uso de este tipo armas en medio de un conflicto entre dos naciones. Los casos allí detectados produjeron miles y miles de personas con cáncer de diferente tipo, enfermedades que tuvieron su origen en ese lugar y que están necesariamente relacionadas con el efecto de la radiación, y que por desconocimiento no pudieron ser tratadas, son miles, toda una visión apocalíptica que hasta estos días merodea la conciencia de una humanidad que no ha comprendido el dolor de producir y de usar este tipo de armas en la defensa de sus principios y fronteras, lo que vuelve el problema de la guerra a una cuestión de carácter valórico. Solo Estados Unidos, para mejorar la capacidad de destrucción de las armas atómicas, debió hacer detonar en diferentes lugares del mundo, como ejercicio solamente, cientos de ellas, las que inevitablemente han ayudado a la manifestación de enfermedades nunca antes vistas. 

El futuro para la humanidad que parecía florecer con todos estos extraordinarios adelantos, hoy día parece oscuro, los recursos naturales se acaban, el uso indiscriminado del combustible fósil ha llegado a un estado capital, la contaminación en el mundo entero ha alcanzado límites insospechados que nos tienen hoy día mismo al borde de un apocalipsis predicho por La Biblia, es tanto que en estos mismos instantes, para evitar o suplir el uso de combustibles contaminantes, se está tratando de  enfrentar el problema con otras tecnologías como, la producción de automóviles y buses eléctricos, o el uso de combustibles como el etanol, el cual, para producirse, debe necesariamente quitársele a la agricultura, grandes territorios que antes producían alimentos para la subsistencia humana, es decir, por un lado pretendemos resolver el problema de la contaminación, y por otro, impedimos que los alimentos se produzcan en la cantidad y calidad que los seres humanos necesitamos, de esta manera, sorprendentemente, y a pesar del diluvio de programas televisivos y por cable que nos muestran las exquisiteces que podemos producir con los alimentos debido a sus programas de concurso y de otros, el hambre se cierne nuevamente como una sombra apocalíptica sobre un mundo enagenado y falto absoluto de cordura para comprender, el daño que hemos sido capaces de producir con nuestra propia negligencia.

Lo que dice La Palabra de Dios es sumamente importante para quienes hemos vivimos y vivimos aún en esta esperanza, La Biblia no miente y se adelanta en cuanto a todas las cosas que deberán ocurrir por causa del desenfreno y egoísmo humano. Ello nos debe poner en una actitud de alerta frente a toda la marea de cambios que hoy se han producido en el área de los valores, es lo que La Escritura declara en muchos de sus pasajes, no estamos ignorantes frente a esta realidad, los cristianos de este tiempo, contamos con las herramientas que nos brinda la vida espiritual, sabemos que la humanidad ha sido capaz de crear su propios apocalipsis en otras décadas, por lo cual, cuando vemos que el mismo libro de Apocalipsis nos dice con respecto a varios de los juicios que deberán caer sobre la tierra, “que los hombres no se arrepintieron de sus obras, porque eran malas obviamente”, precisamente en este tipo de palabra debemos sustentar nuestra confianza en las promesas hechas por El Señor a Sus Discípulo, “vendré a vosotros y os tomaré a mí mismo”, “no se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí”, “voy pues a preparar un lugar para cada uno de ustedes…” (S. Juan 15)     

Nuestra actitud entonces, es de total confianza, sabemos que el tiempo se acerca, todo lo descrito por los profetas de Dios se está cumpliendo, con precisión extraordinaria, no podemos mirar la profecía de Daniel separada de lo que Jesús y Sus Apóstoles enseñaron, la relación es obvia, las señales están dadas, Cristo Viene, todo lo demás será encausado por Dios tal y cual como lo establece Su Palabra, y es de este modo simplemente, porque el hombre no ha querido aceptar La Soberanía de Dios, por lo tanto, el tiempo se acaba para la humanidad, el tiempo para arrepentirse, y por supuesto, al cristianismo indiferente también, el cual, como también lo establece La Escritura, vive hoy día una forma de Apostasía que deberá solucionar antes de La Manifestación de Cristo a Su Pueblo, de lo contrario, deberá enfrentar, juntamente con el mundo incrédulo, todo lo que los libros ESCATOLÓGICOS dicen al respecto, es una verdad inobjetable que aún no ha sido comprendida por los exegetas bíblicos ni tampoco por los grandes exponentes del Evangelio actual. Dios no se tarda, pronto se inicia el juicio primeramente sobre La Casa de Dios, así es, allí se dará comienzo a hechos que no se predicaron ni tampoco fueron considerados por los cantantes de alabanzas y manipuladores en general, mientras, los que padecemos en este tiempo por causa de nuestra fe en El Señor Jesucristo, como dice La Palabra de Dios, esperamos, aguardamos con ansías Su Retorno, pues sabemos que en ese momento, cuando Él Aparezca, seremos liberados de todas las formas de mal que este sistema ha establecido como una era de culturización y educación para nuestros hijos.

f. navarro muñoz      
cantautor cristiano chileno