Friday, September 24, 2010

Las convicciones de una realidad que se desmorona.






















Sé y tengo la más absoluta seguridad de que la palabra que me ha dado el Señor, no es para mecer aún más a la criptica realidad espiritual de los abductores de conciencias. Lo sé porque Dios me lo ha dado a conocer, porque a pesar de mi condición contestataria, Él se ha preocupado de protegernos, de no permitir que en esta guerra espiritual, solo seamos capaces de recibir y nunca de acertar, por el contrario, hemos sido testigos de cuán grande es el poder de Dios cuando su Soberanía se hace visible en nuestras vidas, por ello es que puedo entender perfectamente la deserción de muchos cristianos que ya no leen este blog, solo por el hecho de no encontrar en él, algo pintoresco que pueda servir para adornar sus vidas, por el contrario, la realidad apabulladora de la contextualidad, nos deja casi estupefactos, curas que dedican sus vidas al abuso de menores, papas que habiendo protegido a esta clase de enfermos mentales y del alma, hoy día con el dedo acusador dirigido a quien sabe quien, pretenden limpiar la imagen de una religión podrida como la más en todo este urgente mundo, urgente por un poco de verdad, porque alguien salido desde no sé qué parte diga basta. La ONU, enviada a Angola para impedir los abusos de los insurgentes, hoy día declara al mundo que desde su intervención en África, han sido capaces, los señores cascos azules, de abusar de niños hombres y mujeres, los escándalos en el banco del Vaticano son otra medida con que podemos caracterizar a este tiempo, para que todos los que estamos interesados en el acontecer histórico, contemos con herramientas favorables para poder abordar el problema de la realidad profética.


Pues bien, como yo no compito con nadie, decidí sacar mis videos de youtube, es lo que Dios me ha dado, y lo voy a proteger, con mi vida si es necesario, pero, en ningún caso voy a claudicar, porque la hora en que Satanás ha decidido ejercer su soberanía, está aquí, en nuestras vidas, muy cerca de nosotros, por lo tanto, habría que comenzar a repensar el tipo de cristianismo que creemos nos va a ayudar a sobrevivir cuando la noche, que recién comienza, se encuentre en pleno desarrollo. Es el tiempo en el que los poderes de las tinieblas, comienzan a establecer su propio dominio, en las vidas de las personas, en los enjambres de multitudes extasiadas por el vuelo de un avión a unos cuantos metros de sus casas, escurriéndose luego entre las nubes después de haber dejado una estela inconmensurable de ruidos supersónicos. El Diablo añoraba que el hombre estuviese de acuerdo, con toda esta moral y esta ética sacada de las mismas tinieblas, sin oposición de parte de un cristianismo sesgado y aportillado para combatir frente a un enemigo que muta a diario, y además, que es lo peor, convencido que del modo en que estaban haciéndose las cosas todo iba marchando bien. Pero no es así, habría que estar completamente ciego y sordo para pasar por alto tantas y tantas desgracias acontecidas solo pasada esta semana en el mundo entero, lluvias torrenciales en diferentes lugares, hambres, tragedias indescriptibles, solo es el comienzo de un tiempo que se aproxima y se vislumbra tal y cual lo declara el mensaje profético, TRIBULACIÓN, allí no habrá cabida para las excusas, el cristianismo apostata no podrá dar crédito a lo que ve, si estaban seguros, pero algo ocurrió, algo que nunca fue tan importante como para ser tratado en alguna esquelética manifestación de algún cantante o predicador de moda, ellos no entenderán en qué momento se inició la deserción, el Espíritu Santo se habrá retirado, entonces, sólo sabrán que las palabras escritas en ese maravilloso libro que es La Palabra de Dios, eran ciertas, tan ciertas como el aire que respiramos, ¿y adónde encontrarán en ese momento a los que siempre tuvieron disposición para declararla? Porque leerla no es lo mismo que declararla.


Por ello es que ahora me siento como en casa escribiendo, porque entiendo que los fieles que aún permanecen estoicamente en este espacio, nutriéndose con la verdad, alimentándose con el encanto que provocan las palabras nacidas de un corazón sincero, son hijos verdaderos de Dios que no están dispuestos a tranzar un solo centímetro de sus vidas espirituales con este podrido sistema, y que además, esperan, como yo, como muchos en el mundo, el imperioso Retorno de nuestro Señor Jesucristo a este sistema. Ello me alienta en estas horas de enfermedad, de medicamentos y drogas que intoxican aún más mi cuerpo, pero que con la ayuda del Señor, pueden otorgarme algún alivio que obviamente me permiten descansar de todo el malestar que esta clase de enfermedad me propina. Así logro enderezarme y apropiarme nuevamente del mensaje, de olvidar por un momento que todo este raudal interminable de dolores por doquier, un día ha de desaparecer, abruptamente, para dar lugar al descanso, al reposo que el Señor nos tiene preparados a todos quienes hemos tenido que sufrir en esta vida, y por supuesto, gastar gran parte de nuestros años en defender con valentía el privilegio de ser llamados hijos de Dios, en medio de un mundo en plena confusión. No todo está quieto entonces, por el contrario, veo a través de esas visiones que se incrustan en mi mente, imágenes realmente fuertes, imágenes que podrían dejarte sin sueño un par de noches, pero como yo aprendí desde muy niño a entender el lenguaje de las visiones, no me espantan, por el contrario, me ayudan a darme cuenta del tiempo en que vivimos, nutren mi vida espiritual, y así logro capturar ciertas frases y elementos que luego pueden convertirse en canciones o poesías, es la vocación que Dios me dio, y trato de ejercerla a pesar de los detractores que desean que yo me detenga en el tiempo y les vuelva a decir lo mismo que dijéramos hace 20 o 30 años atrás.


Pero yo no estoy para esa clase de trabajo, mi vida ha trascurrido velozmente y es imposible poder detenerme, los acontecimientos son demasiado fuertes como para dejar pasar la oportunidad y quedarme enclaustrado en una forma de expresión que no me permite siquiera dar a conocer lo que ahora estoy pensando. Ello no lo entienden algunos, es más, llegan a la majadería, pero en fin, ha de haber gente para todo, si les hubiese hecho caso, entonces nunca habría tomado temas tan trascendentales como el HAMBRE, EL SIDA, LA MALARIA, LAS GUERRAS, EL RETORNO DE CRISTO, LA CORRUPCIÓN DE LOS POLÍTICOS, EL MATERIALISMO EN EL CRISTIANISMO, SU DESERCIÓN,y cuántas pesadillas más, solo para seguir entonando Jesucristo es libertad y así dejar en la más completa tranquilidad a los que piensan que un constructor de cantos como yo, no merece siquiera, por haber pagado un precio, la oportunidad de ejercer en toda su leal forma para con Dios, todo el rigor de su propio Llamamiento y el destino de su propia alma. Sin embargo, muchos de los que antes ofrecían fidelidad al todopoderoso Dios, hoy siguen a los gurúes espirituales que nacen de cualquier parte, que vienen de cualquier lugar, ellos, pintarrajeados y embetunados de un colorido acento centroamericano, son capaces, aún ahora, con un cristianismo dueño de un Llamamiento así de grande, de alternar plácidamente con la mediocridad que impone la cultura de la religión de las economías, estableciéndose de por vida en nuestras realidades sin contar con detractores que puedan hacerles la vida un poco más difícil. Pero como no hay límite para la imaginación humana, ellos vienen a estas tierras y depositan con toda libertad, como dije antes, toda su engorrosa y muy particular manera de ver la fe de Jesucristo, haciendo creer a los incautos que por seguirles y creer en sus fábulas, el boleto a la eternidad está asegurado, que no hay más, que solo se trata de diezmar y hacer grandes representaciones materiales, a la manera gringa, para que los que no conocen a Cristo, vean que ellos sí tienen algo que decir.


Pues bien, debí cancelar una presentación en Concepción por el estado de mi salud, es lamentable pero no puedo hacer más, por ello me detengo en La Palabra, trato de sacarle el máximo de provecho, sin considerar a quienes esperan que desde mi despacho, las palabras puedan resultar menos hiriente, que sea capaz de decir pedófilo en vez de “VIEJOS MARICONES”, pero no va a ser así, en mi fuero interno, sigo siendo un completo caso perdido para la religión, no hay manera en que mi espíritu se sosiegue, es que aprendí a valerme con lo que Dios me ha dado, sé cortar leña y por lo tanto, puedo calentarme en invierno junto a los míos, aprendí a preparar almuerzo, y trabajo con mis manos, es decir, estoy completamente fuera del panorama que nos ofrecen los mercaderes espirituales que hoy día reciben toda clase de beneficios solo por adornar un poco ciertas verdades que nunca llegan a sacarle un miserable rasguño a nadie, pero ahí los tienen, con el agua hasta el cuello, y sin embargo, por testimonios de hermanos que están en México predicando, chilenitos por supuesto, ni la nariz han visto de Marco Witt en alguna de las cárceles de ese país en las cuales ellos trabajan tratando de cambiar en algo la condición de esa sociedad que tanto necesita a Cristo, no obstante él se jacta de sus miserables millones, ¿a costa de qué? Que se pudra con sus millones, no necesitamos en este país más millonarios, es suficiente con los que nos dirigen, para llegar a un milagro de Dios, no hacen falta esa clase de instrumentos, el Evangelio del Señor Jesucristo se construye a fuerza de convicciones y de fe, en Él, en Su Poder, en Su Invariable Autoridad, lo demás, es la típica carroña con que el diablo trata de envenenar el alma de los cristianos, es histórico y bíblico además, para qué les voy a dar los textos, si ustedes mismos los conocen.


Por lo tanto, a leer se ha dicho, hay que tomar La Palabra y ejercitarse, tenemos que volver a las profecías, debemos hacer los más enormes esfuerzos para desentrañar aquellos tesoros que guarda este maravilloso libro que Dios nos ha dejado, cristianos ignorantes y faltos de lectura, ayudan a que la mediocridad se institucionalice, otorgándole a los que buscan esta clase de experiencias, una inconmensurable cantidad de derechos que no ayudan a la comprensión, ni del Propósito divino, ni del destino que debe abordar ya la propia realidad cristiana, la cual se encuentra, a mi humilde modo de ver, enfrascada en una serie de ritos y trajines de corte religiosos, impregnados de hipocresía y costumbrismos humanos, todos, hechos que tienden a confundir y enrarecer aún más, el ámbito espiritual determinado por Su Majestad, El Señor Jesucristo, desde hace miles de años atrás, para La Iglesia, y que aún ahora, a pesar de la cantidad enorme de biblias repartidas en todo el mundo, pareciera, a juzgar por el tenor de los predicadores profesionales, que nada les importa el materialismo y el consumismo que tiene atrapada a la cristiandad actual, a pesar del inminente Retorno del Señor Jesucristo a la tierra y de la aparición del Anticristo.

Friday, September 10, 2010

El mismo Señor con voz de arcángel...






















Así que, pretenden, muchos de ellos, pasar inadvertidos, hacer como si las cosas ocurren porque si, que el estilo de vida adquirido por ellos no tiene ninguna influencia en las decisiones de Dios, y si es así, entonces, ¿para qué predicamos el Evangelio, para qué le damos tanta importancia a unos escritos añejos y casi en desuso por las castas de la realidad apóstata actual? Es que el curso de los acontecimientos no nos dejan escapatoria, no nos permiten acceder a vías alternativas que nos provean de alguna evasiva al gran Llamado de Dios, es lo bíblico y transversal, es lo que La Palabra establece para nuestras vidas, lo irrenunciable, ¿somos o no pueblo de Dios? Y si lo somos, ¿afectan o no nuestras convicciones o nuestras deserciones en el campo de la vida espiritual y valórica de la nación en donde nos encontramos viviendo, aunque nuestra ciudadanía se encuentre en el cielo?


El caso es que sí, de todos modos, no existe lecturas paralelas para una condición que Dios ha determinado desde su infinita Soberanía, es más, por mucho que se esfuercen los cantantes de moda cristiano, en petrificar la realidad espiritual convirtiéndola en una especie de sonambulismo espiritual más que una propuesta de reflexión, la situación es que, aunque lo pongamos en duda, todas y cada una de nuestras acciones en el campo de la vida espiritual y valórica, tienen profundan repercusiones en lo que respecta al orden de los acontecimientos, eso es lo bíblico, eso es lo que nos concierne, de otro modo, el cristianismo carecería de la fuerza que le imprime su condición profética y contextual, y por lo tanto, nos encontraríamos en la misma plataforma que cualquier otra filosofía de vida de la contingencia, sin bases sólidas para proclamar verdades inobjetables a los cuatro vientos, sin argumento para confrontar la incipiente decadencia de nuestra sociedad en aspectos primordiales como son la vida valórica y espiritual. Toda vez que la cristiandad ha querido amoldarse a los parámetros que le impone la sociedad en cuestión, allí es justamente cuando sale más mal parada, la decadencia es total, en muchos aspectos, disminuye ostensiblemente el nivel de importancia en cuanto al uso y puesta en práctica de la verdad expresada en La Palabra de Dios, aparecen los sensuales que dan rienda suelta a todo tipo de manifestaciones que intentan suplantar en importancia, la enseñanza y el equilibrio que proporciona la condición pedagógica en la que debería establecerse gran parte de la realidad del Reino. Es infinita la gran cantidad de desvirtuaciones que se dan a luz cuando los cristianos abandonan el espíritu profético, no sólo se deja expuesta a La Iglesia como ente reflexivo, sino que además, le proporcionamos al sistema, un campo fértil y abierto para establecer en él, toda su mugre en forma de relativismo, nihilismo, o como se llame, el caso es que el cristianismo, como herramienta espiritual y contextual, no puede ni debería acceder con tanta facilidad a los arquetipos que la sociedad le impone, La Palabra lo prohíbe, La Palabra de Dios, no la de los profetas de Prosperidad, expresamente advierte de los peligros que se ciernen cuando la mirada del cristiano apunta a la sensualidad con que las ofertas de la economía, parecieran estarlo catapultando al más absoluto éxito en el campo de la vida material, cuando de verdad lo que está ocurriendo, es que el propio cristiano no ha sido capaz de entender, ya sea por desconocimiento o porque simplemente no lo ha querido aceptar, que Su Llamamiento, debería estar afectando la vida de otros seres humanos con la verdad de Cristo, y no el sistema debilitando el poder salvador y redentivo que él sobrelleva en una verdad que pasa prácticamente inadvertida cuando se trata de comprar, vender, o simplemente, subsistir.


Lenta, pero con una voracidad infernal, nuestras vidas van disimulando el efecto que pone sobre nuestras realidades la aceptación sin ninguna clase de objeción, el modelo que nos implanta el obsceno sistema de la ingesta habitual, no damos ninguna clase de lucha, no confrontamos, habría que preguntarse por qué, por qué no tenemos capacidad de reacción, cuando creemos tener el mismo Evangelio que predicara Jesucristo hace dos mil años atrás, inyectándonos a diario de vida y esperanza en nuestros corazones. Una prueba de ello, es que en el verano pasado, tuve la ocurrencia de escribir algunas cosas relacionadas con la vida valórica de nuestro país, de cómo la conciencia del cristiano ha ido perdiendo cierta sensibilidad para advertir algunos peligros que podrían implicar en fuertes llamados de atención de Dios para hacernos volver a lo que nos corresponde, dicho de otra manera, en mi modo de pensar, no tuve otra alternativa que afirmar, luego de la visión de Haití, que nuestro país era el próximo punto en donde la naturaleza habría de imprimir su poderosa huella digital. Y fue así, pero nadie ha escrito algo para preguntarse con que certeza uno puede afirmar cosas de tanta importancia para la vida espiritual y valórica, nadie me ha enviado ni una sola línea preguntando en qué estaba pensando o de qué modo Dios me habló a mi corazón para advertir a los que leen este trabajo, de lo que vendría a nuestra patria, eso indica varias cosas, primero, que cuando leemos, no lo hacemos con convicción, por lo tanto, nuestra capacidad de retención se torna nula si se trata de elementos tan estructurales como la profecía, luego, y lo que es más dañino, es que simplemente estamos leyendo lo que nos conviene, lo que no, lo desechamos, pensamos que aquél que tiene un punto de vista adverso o distinto al de la mayoría, se encuentra en una postura solo de confrontación personal, pero nunca porque Dios lo ha determinado así, entonces, los que escribimos desde la disidencia, perdemos el tiempo, estamos, como buen chileno, “pintando el mono”, y como yo no creo en esas patrañas, mi disidencia adquiere cada día mayores propósitos en el campo de la vida espiritual y valórica, solo así tengo fuerza suficiente como para seguir combatiendo contra la deslealtad en la que vive hoy la cristiandad instrumentalizada y erotizada.


Muchos Ministros de Dios, capaces incluso de convencer a quien no tiene siquiera llamamiento, llaman o rotulan a estos grandes movimientos del siglo actual, Mover de Dios, por supuesto quienes no concuerden con ellos se hallan fuera, prácticamente son tratados como rebeldes, porque son ellos los que manejan las condiciones, son ellos los que tienen el poder de decidir qué o en cuáles cosas debemos creer, por lo tanto, la figura de tales ministros pasa a convertirse en estructuras monolíticas que no admiten ninguna clase de interrupción o comprobación, Chile está lleno de “ministerios” que cuelgan de la nada y subsisten gracias a la personalidad del que los guía más que a la profundidad con que es tratada La Palabra de Dios, incluso, me atrevo a decir que jamás, pero jamás Dios ha usado a varios de ellos para advertir al pueblo de alguna desgracia por venir, es más, sé de uno que profetizó que venía a Chile un gran terremoto pero que a la ciudad de Concepción nada le iba a ocurrir. Así no se puede, Dios no puede equivocarse tanto, o llueve o no, o somos guardados o no, la cuestión es que el terremoto vino, con todas sus desastrosas consecuencias, ¿pero cuánto de responsabilidad tiene la propia cristiandad en tales hechos? ¿Cuánto implica en el acontecer histórico y profético el que pequeñas comunidades a veces, ni siquiera se interesen en el bienestar de la otra que solo se encuentra a un par de cuadras de donde se halla la otra?


El drama del egoísmo y el individualismo en el que ha caído la propia cristiandad, tiene obviamente implicancia, en todo el acontecer, hoy día no hay reflexión al respecto, solo se habla de ayudar a los que están mal, pero no hay una reflexión por parte del cristianismo con respecto al rol que debe jugar La Iglesia de Cristo en tiempos que, pareciéramos estar al borde de un colapso mundial, y acaso, ¿no es eso lo que estamos viviendo? Podría dar una lista enorme de textos que dan a conocer la condición no solo de la humanidad antes de La II Venida de Cristo a la tierra, sino que también de la condición de la cristiandad entes de ese magno evento, no obstante, si un ministro de Dios dice y enseña a su congregación, que el deber de todo cristiano en un tiempo como este reside, solamente en, asistir a los “cultos de poder y predicación”, evadiendo el gran mandamiento de ir y predicad el Evangelio a toda criatura y de aceptar las otras demandas inherentes al Llamamiento divino, entonces de qué estamos hablando, tal ministro miente, descaradamente, porque como cristianos insertados en una sociedad como la nuestra, es mucho lo que se nos demanda, mucho lo que debemos hacer, pero ciertos ministros ignoran con una soberbia atroz, la importancia que puede tener el que una hermana por ejemplo, asista a un centro de señoras y afecte con ello la vida de tantas personas, en especial de mujeres que en esta sociedad han sido humilladas y pasadas a llevar no sé cuántas veces en sus derechos, allí, el mensaje de La Cruz es fundamental, allí, lo que es inocuo dentro de un templo, puede salvar vidas, redimir corazones, cambiar vidas que no tienen ya un Norte. Pero ello, ¿qué importancia puede tener para esta nueva casta de vagos que desde una dictadura televisiva y virtual pretenden estar evangelizando las mentes de los siempre predecibles creyentes? Desde luego que ninguna. El espíritu avaro en el que la predicación se está administrando, promueve el materialismo en todas sus formas, descarta la importancia de contar en una congregación por ejemplo, con la vida de un pescador o un carpintero convertido al Señor Jesucristo, y en su defecto, han implantado en el corazón del pueblo apóstata, la idea de que es necesario llegar a los profesionales, arquitectos, doctores, ingenieros o abogados, para que la estirpe del cristianismo evangélico, pueda enarbolar al fin su gran logro materialista y así, no sentir vergüenza por contar en sus filas con hombres cuyas ropas traspasan el olor a mar, o a las maderas con las cuales debemos lidiar a diario quienes trabajamos en este muy honesto rubro. ¿Cuál es la gran importancia que tiene entonces para estos grandes ministros de la fe actual, contar con esta clase de membresía? ¿Con qué parámetros se mide si un hermano es o no importante para el servicio al Señor? ¿De qué ha servido para la cristiandad materialista y carroñera el ejemplo de Cristo? ¿Su discipulado en qué queda? ¿Su austeridad, es o no considerada por los grandes emisarios de la fe comercial? Es obvio que no, es obvio que nada de ello
tiene la menor importancia, ¿de qué podría servir el ejemplo de un hombre que ha conocido a Cristo en medio del mar en una noche de tempestad? ¿Cómo podrían las manos de un trabajador hablar a la conciencia del un cristianismo tan arrogante como el actual?


Realmente estamos en problemas, no queremos aceptar que el espíritu de Jonás ha despertado con inusitado ímpetu, el gran pez nos aguarda, puede que sean más de 33 los que se encuentren debajo de esa montaña de tierra y de rocas, muchos más, miles tal vez, tantos como para pensar en una estirpe, en una arrogante y soberbia forma de aceptar la realidad como si no nos tocase nada de ello. Pero el carácter de los hombres postreros, utilizado solo para medir al mundo sin realidad de Cristo, pasa a convertirse en un serio panorama profético que dibuja con exactitud suiza, el verdadero estigma que rodea a la cristiandad actual, es inevitable, La Palabra no miente, los cobardes tienen sus propias explicaciones para no sentir que la tierra comienza a movérseles, pero los honestos, saben que el tiempo no es bueno, que en algún momento la ira de Dios descenderá como nunca la hemos conocido, solo porque los hipócritas no han sido capaces de pedir perdón, porque les ha faltado hombría para reconocer que nos equivocamos, que no siempre tenemos la razón, que con el poder que les otorga la capacidad material, han sido capaces de arrogarse derechos que nunca Dios les otorgó, dejando en la más absoluta indigencia a los verdaderos hombres que Dios ha levantado en este país para proclamar Su Evangelio. Por ello es que cuando tengo la fortuna de ir a alguna población, ya sea en Santiago, Rancagua, el mismo Valparaíso, o donde sea, advierto una constante, y es que muchos buenos cristianos, a fuerza de mucha convicción y dolor, han sido capaces de permanecer fieles a Dios a pesar de todo, y por lo tanto, son un crudo y real testimonio de cómo el poder de Dios es capaz de romper con prejuicios y limitaciones que los paradigmas de la flojera espiritual actual, simplemente ignoran.


Todo lo que hacemos o no, tiene entonces, profundas repercusiones en el sistema de vida que llevamos, cualquier explicación carece de valor en el campo de La Palabra de Dios, somos una Nación dentro de otra, no estamos para vegetar poseyendo una verdad como la que se nos ha implantado en nuestra conciencia, el cristiano tiene deberes implícitos en su Llamado, deberes que obviamente han sido evadidos para dar a luz una forma de evangelio templista y cómodo que no afecta en lo más mínimo a la sociedad en la que vivimos. La importancia del templo ha suplantado cualquier matiz bíblico, para nada se explica que el verdadero templo en donde habita el Espíritu Santo, es el corazón del hombre, el Ministro de Dios que accede a esta forma de Evangelio, suele capitalizar materialmente toda la bendición, y por lo tanto, el cristiano no advierte el gran Llamamiento que a diario le hace El Señor para que se disponga a servirle, así, cada día afectamos, negativamente, con nuestra soberbia e indiferencia, uno de los mayores propósitos que tiene la traída de Cristo a la tierra por segunda vez, juzgar la conciencia de un cristianismo soberbio y altanero, cuando en la realidad, todos deberíamos estar una constante búsqueda e inmersos en los plazos que La Palabra de Dios revela, antes que el gran momento del arrebatamiento sea una completa realidad. Este espíritu que hoy gobierna a la cristiandad, solo me confirma que el concepto aprendido gracias a la fidelidad de unos pocos que se mantuvieron fieles en días de la apostasía de Israel, es una realidad, porque el mismo Señor cuando aparezca, será el encargado de sacar al Remanente del mismo modo como un día Él, con señales poderosas sacó a Su Pueblo Israel de la tierra de Egipto, que para nosotros prefigura el sistema en el que estamos viviendo. Yo tengo la convicción pero absoluta que así será, no tengo dudas de que de un momento a otro, toda esta casta de rufianes que se han apoderado de la fe cristiana, tendrá que pagar por su incredulidad y mediocridad, y que por supuesto, como siempre, Dios tendrá misericordia de su pequeño remanente. ¡Así ha dicho Jehová!

Thursday, September 09, 2010

La voz que ignoraron los desertores.





















He estado pensando últimamente que tal vez, todos aquellos que se hallan sumidos en este materialismo que a mi parecer, distorsiona las enseñanzas de Cristo y su divino Evangelio, tengan un gran punto a su favor, la sagacidad, la avaricia, el egoísmo, antivalores fundamentales como para sostener una realidad que invoque tales elementos en su construcción. Es probable también que yo haya estado equivocado por largos años, y que nunca tuve en cuenta este importantísimo elemento, por lo tanto, la distancia que ellos me llevan me hace pensar que estoy pasado de moda, que no tengo herramientas para recuperar el tiempo perdido y que por supuesto, estoy en vista de desaparecer y perderme en la noche de los tiempos.


El gran misterio o la piedra filosofal por ellos descubierta, en relación a esta gran epidemia del consumismo y materialismo religioso, pasa a ser el gran centro de la vida espiritual de este gran MALL por ellos construido, aquí ya no tengo ninguna probabilidad, me he quedado abajo del bus y deberé comenzar a hacer dedo, como todos los demás, como todos los que han creído que hacer las cosas por amor, y para Dios, no son síntoma alguno como para que uno si quiera piense en condescender con tal y monumental realidad, y por supuesto, sea capaz de echar pie atrás a lo que siempre estuvo dispuesto a defender hasta la muerte. Es que hoy día la deserción está de moda, como está de moda intrometerse en los bolsillos de otro y darse el lujo de viajar por poca plata a donde nunca nadie nos envió, la función de Jonás entonces se encuentra patentada, en las vidas de los propios ministros de Dios, los cuales, con una tozudez este porte, son capaces de incorporarse a la dinámica de este mundo globalizado, sin perder en el intento la compostura.


Ayer, misioneros de la fe de Cristo, hoy día, simples bravucones que adoptó la filantropía de la miseria intelectual y espiritual, y que por poca o mucha plata, son capaces de ignorar hasta a un verdadero Apóstol de Jesucristo, al cual, doy con toda seguridad mi palabra, podrían prácticamente con esa clase de vida religiosa, no solo ignorar, sino que, peor, no reconocer, porque el discernimiento simplemente en tales realidades no cuenta, no es necesario, el poder y la seguridad que te ofrece esa clase de mendicidad espiritual, no te permite ver las consecuencias a que te expones cuando te excedes y transgredes los límites que Dios ha puesto en nuestras vidas no como adornos, sino, como verdaderos e incuestionables parámetros de vida. Mi error en tales circunstancias sería, el no haber cambiado mi manera de pensar y aferrarme a ciertos principios, que por honestos, me parecen imposibles de pasar a llevar, la Ética, la que me fue enseñada por mis padres, y que por añeja que sea, agradezco de rodillas a Dios, me indispone contra tales presuntuosos que no encontraron nada mejor que, arropar sus vidas de miseria material y dieron al Evangelio del Señor Jesucristo, una muy enorme y falsa interpretación de lo que realmente es y debe ser la vida de un Ministro de Dios, dejando para no se cuando, importantísimos aspectos sin tocar, como son la actividad sacerdotal y profética del Evangelio de la Cruz, la Ética de Cristo en la cuestión material, pilares fundamentales que a mi modo de pensar, no pueden evadirse.


Pero ya, no estamos en condiciones de volver atrás, el tiempo ha corrido velozmente y muchos de estos paradigmas espirituales en la actualidad, después de pasados los acontecimientos y en cierne frente a otros tal vez de peor naturaleza, hacen como si la vida que ellos han llevado hasta ahora, no tuviese ninguna implicancia, obviando el parlamento y dominio escritural bíblico, distribuyen su misericordia haciendo las de Sor de Calcuta para que nadie indague en las raíces de este asunto, es que no están dispuestos a peder de vista los logros, las menciones, los títulos, todo ese conjunto de bajezas con que este apolillado sistema ha ultimado lo que quedaba de sus podridas conciencias. En fin, como pertenezco a una generación que hacía las cosas porque le nacía, porque entendíamos que la vocación había sido instaurada por El Señor, no voy a precipitarme en cuestionamientos que nada van a lograr, por el contrario, simplemente voy a invocar el argumento bíblico en toda su magistral y pedagógica instancia para dejar muy en claro, una cosa, que no es posible desviar el corazón de un creyente que se ha propuesto hacer lo que Dios manda y requiere en este tiempo, por lo tanto, me considero una persona sin otro mecanismo de defensa que la verdad que me ha sido incubada desde mi niñez por quienes pensaron que, hablarle de Cristo a un ser como yo, era una bella oportunidad para sembrar valores que la sociedad, en ese tiempo ya, se encontraba perdiendo. Así, no puedo dejar de ignorar a muchos hermanos que fueron piezas de vital importancia en la formación de mi carácter, pero en lo que respecta al tema que nos convoca, es claro que la formación pedagógica en cuanto a esta clase de verdad, mis padres son quienes han influido mayor y prioritariamente a la hora de decidir con respecto a estos y otros valores, no hay otra prerrogativa, por ello es que El Evangelio del Señor Jesucristo tiene para mi, aún ahora, aún pasado los años, ese típico aroma a té que nos hacía estar juntos a todos mis hermanos cuando en esos días de invierno construíamos nuestras vidas en torno a conversaciones familiares y hogareñas, nada más cercano a la verdad por Cristo predicada, lo demás, sigue y seguirá siendo una deformación, porque no existe explicación para que podamos comprender esta voracidad en la que hoy día se encuentran tantos y tantos fieles que algún día dijeron estar ofreciendo sus almas a que hizo el cielo y la tierra, no hay manera de entender, por lo menos dentro de una realidad normal de vida, tantas y tantas horas, y días, y años de predicación en torno al vil dinero, tantos tiempo perdido en cuestiones que en nada han aportado a la vida cristiana.


El costo ha sido enorme, desde desertar de problemas profundamente proféticos hasta ignorar aspectos fundamentes e invaluables del Evangelio de La Cruz, Evangelio que en la realidad se haya en retirada, por ser incapaz de absorber las necesidades de estas putrefactas realidades en donde el dolor y la problemática humana, son solamente aspectos menores frente a la gran prioridad que convoca a toda esta curia de desertores que no tienen ninguna clase de vergüenza cuando se trata de hablar de dinero. Es probable entonces que yo me haya equivocado, que me encuentre intoxicado con el olor de la vejez que se aproxima, que éste Misterio del materialismo cristiano impuesto por las castas privilegiadas de la realidad espiritual, sea algo que yo no haya considerado siquiera, cualquiera sea la razón, en medio de mi corazón, jamás podría caber semejante principio que mueve hoy a la rapiña, por el contrario, el costo de servir a Dios en medio de tantas y potentes dificultades como, carecer del apoyo que podrían ofrecerte las nunciaturas evangélicas, o simplemente, seguir haciendo las cosas porque simplemente te nacen, es algo irrenunciable, no voy a dar un solo pié a tras en este predicamento que ha movido mi existencia, por el contrario, voy a seguir luchando, voy a seguir creyendo que el amor sigue siendo una fuerza indestructible que nos provoca al bien, a esas cosas que determinan la clase de persona que eres, y si eres capaz o no dejar tu comodidad para ir en busca de quienes te necesitan ya, en este momento y ha esta hora.


En tanto, la responsabilidad ética de quienes han transgredido el espíritu de La Palabra en este tiempo para tener logros de este tipo, se encuentra vigente, el recurso bíblico nos habla no sólo de Jonás, sino, de una realidad como la de Israel, prácticamente colapsada de apostasía y desigualdades sociales que no encontraron algo mejor que, depositar e incrustar el germen de la lujuria, la sensualidad espiritual y otras perversiones más, en el corazón mismo de la vida espiritual y religiosa de esa nación, los propios sacerdotes fueron contaminados, sus familias, sus castas, toda su forma de vivir, el pensamiento y filosofía de vida fue concebido desde una perspectiva puramente materialista, dejando expuestos a los estratos más humildes de la sociedad israelita, al más absoluto desamparo. Finalmente el castigo llegó, aunque Dios se tardó algunos años, llego el momento en que la sentencia profética se hizo realidad, primero fue la división del Reino, 931 a.C., llamándose el Norte, Israel, cuya capital era Samaria, y el Sur, tomando el nombre de la tribu fiel de Judá, cuya capital era Jerusalén, luego, la caída de Samaria, en el 721 a.C., terminando con el momento en que los babilonios toman la ciudad y deportan a los judíos a Babilonia en el año 586 a.C. Una realidad que había sido levantada con tanto esfuerzo y a costo de muchas vidas humanas, era ahora escarnio y alimento de las grandes potencias que en ese momento sirvieron de instrumento de justicia en las manos de Dios. La deportación sin embargo, a manos de los babilonios, fue una realidad contextual e histórica, ya no había nada que hacer, la cuerda se debilitó y debió cortarse, todo, absolutamente todo fue afectado, nada fue porque sí, el gran tema del Antiguo Testamento aún no considerado siquiera por los ilustres desertores de La Palabra, fue finalmente la razón que Dios tuvo para que Su Nación, Su Pueblo, fuese prácticamente barrido de aquella realidad y convertido nueva mente en esclavo. De este modo, Israel pasó a convertirse en una Nación, pero en el Exilio, lo digno de considerar en tal circunstancia, es que nadie que sufrió con las decisiones de los corruptos y afrontó la perspectiva histórica y social que les tocó vivir, desde la visión y enseñanza que les había sido traspasada por quienes se mantuvieron fieles a los principios de La Ley de Jehová hasta el final, no sufrieron ninguna clase de mal, por el contrario, fueron protegidos y no quedaron exentos de bendición, además, como queda demostrado con el recurso de La Palabra, ellos no tuvieron que vivir conceptos tan doloroso como la deportación y exilio, sino que, disfrutaron en muchos de los sentidos, de todas las bondades que les brindó una dictadura que ahora sí tuvo en cuenta las enormes y angustiantes injusticias que sus propios hermanos patentaron en la tierra de Abraham, dando a luz la noción de Remanente, noción que solo permanecía incubada en los escritos proféticos y que luego servirá para definir, en muchas de sus formas, a la propia Iglesia de Cristo en su modelo terrenal. Así queda determinado entonces por los parámetros bíblicos e históricos, por lo tanto, la fidelidad a los predicamentos que les fueron inculcados desde la niñez a aquella generación, no sólo salvó la vida de aquellos seres humanos que veían, cómo una realidad como la israelita se iba quebrajando diariamente sin poder evitar su final colapso, sino que además, recibieron bendición por haber protegido conceptos fundamentales de La Ley que Dios amorosamente les entregó.


El caso ahora entonces se aloja en nuestra propia forma de vivir, de qué es realmente importante y decidor para nuestras vidas, puede que esté en nuestras manos en determinarlo, carecer de tal poder de discernimiento pueda ser fatal en momentos en que la súper-infraestructura espiritual, no permite la confrontación de ideas ni menos la disidencia, por ello se hace urgente permanecer fiel, dentro de lo humanamente posible, a los preceptos y predicamentos bíblicos que nos han sido enseñados por inspiración divina, es probable que el tiempo que nos ha tocado vivir, tenga mucho de profético, más incluso de lo que habíamos pensado, intentar evadir la circunstancia desde la perspectiva que nos corresponde como hijos de Dios, puede resultar fatal, hoy día, nadie está seguro de nada, ni siquiera nosotros, no deberíamos, la única certeza que estamos en condiciones de blandir desde aquí, desde esta siempre complicada convergencia, es la fidelidad a Dios, nada más, para ello, sí estamos en condiciones de soportar, hasta que Cristo nos venga a buscar, hasta que Su Palabra se cumpla a cabalidad, y el remanente ofrecido, esté en condiciones de abandonar el lodazal en el cual nos hayamos por causa de la verdad.

Friday, September 03, 2010

Las fiestas que se oponen al Propósito Divino.























Muchos querían un Chile ausente de dolor, así por lo menos lo han hecho ver todos quienes haciendo caso omiso de la gran tragedia del terremoto y tsunami en el Sur de Chile, piensan solo en el carrete, en las fiestas del bicentenario, en el reguetón del Dady Yankeeeeee, que dice ser cristiano, y en otras hierbas más, acumuladas como estopa sobre la gran tragedia social, cultural y espiritual que padece nuestra sociedad chilensis. Porque justo cuando este país creía emprender el vuelo, se suscita el drama, y aquí estamos nuevamente, detenidos, por mucho tiempo más, aunque la realidad espiritual de este país diga otra cosa, aunque el silencio cómplice de una religión inmovilizada para declarar a los cuatro vientos La Palabra de Dios, no haya sido capaz de aprovechar la oportunidad que les brinda la providencia para enfrentarse a los mercenarios de la mediocridad, a los abusadores, a los parásitos que pululan libres y sin obstáculos por los mediáticos y lujuriosos matinales de la porquería televisiva, los intocables, las vacas sagradas, los que no reciben ninguna clase de rasguño cuando se trata de medir los grandes desastres en vistas solo a un arquetipo producto de la madre natura, porque para ellos Dios no cuenta, simplemente no existe, para ellos, la imagen de la Virgen, o de quien sea, puede reemplazar o sustituir El Carácter Omnisciente de un Dios que, de diferentes formas y por mucho tiempo, está haciendo un claro Llamado a un mundo que converge hacia una Apocalipsis que ya comenzó su trágica secuencia de sucesos en una tierra convertida en mugre y estiércol.


Uno de las cosas resultantes de la lectura del libro de los libros, es que la relación que existe entre las grandes tragedias acontecidas y el comportamiento espiritual de las sociedades, es íntimo. Babel, Noé, Las Plagas de Egipto, Sodoma y Gomorra, Nínive, Babilonia, los Grandes Imperios, New Orleáns, Las caídas de Las Torres en Nueva York, y una infinita lista de sucesos que por demasiados, otros simplemente prefieren obviar, deben ser las más elocuentes demostraciones que nos deja la experiencia, de cómo Dios, El Inmutable y Todopoderoso, es y ha sido capaz de intervenir con fuertes portentos, la historia de la humanidad. Pero la realidad es inobjetable, la acumulación del recurso profético es aclaratorio y definitivo, el propio Señor Jesucristo, a quién los curas idólatras ni siquiera nombran en su aspecto profético, dio a conocer delineamientos claros y objetivos en cuanto a la relación que existe entre, el comportamiento moral y espiritual de los seres humanos, y su implicancia en los hechos que la naturaleza ha de manifestar, quiéranlo o no, porque por mucho que se esfuercen en tratar de explicarnos los del Nacional Geographic, Discovery, la Onemí o quien sea, todo lo relacionado con el comportamiento climático actual y su desoladora influencia, para un lector y creyente en La Revelación, ambos se encuentran intrínsicamente unidos, la conducta nefasta del hombre en su relación con su medio, ha dejado claras y profundas huellas a lo largo de la historia, tantas como para impedir que sean borradas de nuestra memora colectiva como si nada, es que todo pasa por el hombre, por su cultura, por su incapacidad para ejercer un claro dominio sin que con ello altere el habitat en donde desarrolla toda su indescriptible jornada de esclavitudes. Tampoco podemos obviar su actitud de soberbia frente al drama de otros seres humanos que habitan el mismo planeta, es innegable que la humanidad actual se encuentra sobrepasada en lo que respecta al gran drama de la vulnerabilidad en que viven muchas personas que actualmente, no tienen ninguna posibilidad frente a la gran catástrofe de la estructura económica y productiva que han levantado las hipereconomías del mundo emergente, porque la irresponsabilidad con que se ha manejado todo el problema productivo, es lo que en definitiva ha traído un mundo mucho más lleno de desigualdades, de injusticias sociales nunca antes vistas, parámetros claros de que la humanidad está llegando a su momento decisivo en lo que respecta a su realidad ética y moral, sobretodo cuando se trata de medir costos en cuanto a producción.


Su innegable responsabilidad cuando se trata de hacer realidad los sueños de unos pocos, debería ser materia de análisis de los entes reflexivos de la realidad espiritual, porque ellos se vinculan a la vida espiritual, porque están estrictamente relacionados, la vida humana sin parámetros claros en el campo de los valores, solo ha traído más desdicha, porque sin vida valórica, el hombre relativiza absolutamente todo, dejando expuesta su propia conciencia a los libres y siempre contradictorios dictados de una mente sin revelación de La Persona del Señor Jesucristo ni de Su Palabra. El caos valórico entonces, es una realidad ya, el comportamiento de la sociedad actual lo deja bien en claro, esta es una sociedad nihilista, una sociedad que no desea ni admite el gobierno de Dios, por lo tanto, se halla en el blanco de la mira de Dios, y por lo tanto, nada podrá evitar lo que ha de sobrevenir a un mundo que ha decidido hacer caso omiso al Llamado de Dios, incluido el cristianismo apostata.

Como humanidad, deberíamos haberlo comprendido ya, sin embargo, el hecho de contar con Telescopios enormes y costosos, como el Hubble allá arriba, sujeto sobre la nada en el abismo, declarándonos que aún no hemos sido capaces de hallar un hogar que pueda reemplazar este que ya tenemos convertido en un chiquero, no nos ha hecho cambiar de idea, por el contrario, la hiper producción nos ha convertido en antropófagos sociales, llegando a dañar incluso nuestra clase de vida urbana y poniéndonos en contacto con una forma de guerra que diariamente deja muchas vidas en el camino, como son el infanticidio, el femicidio, y en muchos de los casos, dramas con secuelas familiares y sicológicas imposibles de reparar, porque ya no se trata solo de un cambio estructural o de leyes, es simplemente el hombre en toda su voraz y pertenencia a un mundo que le ha arrebatado su bien más preciado, su propia humanidad, y por el cual, es capaz de herir y destruir si puede al prójimo en su versión más humana.


Esos pequeños hombres, atrapados bajo esa enorme montaña llena de metales y rocosas estructuras, tal vez no saben o no comprenden el valor que debería tener para la propia sociedad chilena, la tragedia que hoy se encuentran viviendo, no tendrían porque saberlo, ellos se acuestan y se levantan pensando en producir, el sistema no les permite otra clase de vida, eso solamente está dado para los que tienen poder, para los que son capaces de vivir como a ellos les de la gana, total, está todo tirado, hay corrupción, hay permisividad, no existe ninguna clase de organismo estatal que se enfrente con los privados a la hora de construir casas, colegios, poblaciones, edificios, o simplemente autorizar el que una mina, sin contar siquiera con planos serios del lugar en donde se suponen hay hombres intentando extraer las riquezas que la tierra les ofrece, funcione sin medir ninguna clase de consecuencias, lo que sea, al final, si es que alguien se va preso, resulta ser siempre el que trasladaba el sucio billete, nunca nadie logra encerrar a los que de verdad deberían estar tras las rejas, a los que le roban el alma al pueblo, a los que con la plata de la gente envían a sus hijos a los colegios de curas para que nadie pueda sospechar nada. Pero allí no se detiene nuestra mediocre historia de convulsiones cotidianas, porque en medio del dolor de muchos compatriotas que aún no ven nada, pero absolutamente nada de los millones que se juntaron para ir en su ayuda después del terremoto, la lista de conciertos y burdeles traídos desde tierras lejanas para enmudecer ahora la conciencia del chileno común, es enorme, baile y más baile, Chile se llena de nebulosas para no ver la crisis valórica en que se encuentra, pareciera ser que este largo territorio, ya tiene su pertenencia, ya se ha declarado religiosamente seguidor de vírgenes y santos, y por lo tanto, no desea otra clase de experiencia en el campo de la fe y de la vida espiritual.


Pues bien, uno puede comprender que el flayte se amanezca con el reguetón, puede hasta solidarizar con su causa, por su educación, por su formación, por su nula comprensión del medio y sus efectos sociales, pero que Universitarios tomen tu realidad y nos obliguen a hacer uso de la fuerza pública para pedirles por favor que nos dejen dormir los fines de semana, es el colmo, Carabineros debería estar en otra cosa, pero ellos nos obligan, nos dejan sin alternativas, pudiendo utilizar otros medios, otros espacios, ellos simplemente se han apoderado de nuestras realidades para traernos una forma de ser humano que raya en la tragedia, porque es una verdadera tragedia no sólo en nuestros pastos urbanos lo del alcoholismo en los “niños”, porque el dueño de la licorería que hay a unos pasos de la vicaría de la solidaridad que construyó el cura Opazo en Reñaca, debe estar nadando en plata con las entradas que le proporciona solo la venta de alcohol a menores el fin de semana, es una locura. ¡Ah, pero ellos no toman cerveza, …y si toman, toman de las caras! ¡Pero ellos son del carrete costoso, y tienen financiamiento para ello, solo tragos fuertes! ¡Gracias a San Expedito entonces que colabora con el desarrollo de nuestra región!


Todo esto y mucho más, muuucho más, es lo que está deteriorando y requebrajando aún más la fuerza de una sociedad que no desea enfrentar seriamente la verdad que le ha tocado vivir, para ello se ha impermeabilizado, haciendo uso de verdades discretas y recortadas cual papeles de colores conformando un collage, un sucio y estúpido collage de mentiras que parten por los formadores, por los censores que deberían estar declarando su guerra a los medios que imparten basura en nuestros hogares a diario, sin que nadie pueda hacerlos pensar un solo momento, que si una sociedad persiste en su escalada de indiferencia y soberbia, tarde o temprano esa misma soberbia ha de volverse en tragedia, cobrando en muchos de los casos, vidas muy valiosas, porque existe fuerzas dentro de este universo, mucho mayores que el egoísmo y la soberbia humana, fuerzas que no dependen del hombre y sus siempre tardías y poco congruentes respuestas, ellas son las que han sido utilizadas por Dios a través de la historia, créanlo o no, para advertir, poner en la línea, o simplemente castigar la indiferencia humana, es bíblico, tarde o temprano lo que hacemos a la naturaleza terminará por dejarnos a expensas de estas fuerzas que aún no comprendemos, y que en el tiempo que nos ha tocado vivir, todo ello nos plantean una enorme cantidad de problemas que no dejan a la humanidad ponerse de pie. Por ello El Señor Jesucristo hace dos mil años atrás, predijo con exactitud profética gran parte de los acontecimientos que hoy se encuentran asolando a este planeta, muchos profetas del Antiguo Testamento lograron vislumbrar que el futuro para este mundo no venía color de rosas, el propio Apóstol Pedro, hablando del tiempo futuro, dijo que la tierra sería purificada con fuego:



Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

(2 Ped. 3: 10).

Palabras como estas no pueden ser desechadas ni pasadas por alto por el cristianismo, el tiempo se acerca, la verdad profética comienza a tener sentido en la realidad histórica, los cristianos han de volverse en definitiva a la verdad, no tenemos otra alternativa, Jesucristo dijo que cuando Él regresara, el mundo se hallaría totalmente colapsado, no obstante, también el fundamento bíblico profético nos habla de la condición moral y espiritual de la humanidad, y de cómo ella afectaría a la propia realidad de La Iglesia de Jesucristo, dejando sin verdad contextual y profética a una realidad que nunca debió abandonar su vocación ni llamamiento divino. Por ello, ya casi de nada sirven las advertencias, de algún modo la propia cristiandad se ha inmunizado para que la crítica no toque sus realidades materiales, no obstante, La Palabra de Dios no nos deja sin esperanza a quienes pensamos de otro modo, por el contrario, ella nos urge a depender cada día más de La Bendita Benevolencia de un Dios que no tiene la menor intención de perjudicar al hombre, sino, todo lo contrario, lamentablemente, pareciera ser que la decisión por parte de la humanidad, ya ha sido tomada, en tal caso, solo hay que esperar, Dios no se tarda, y si lo hace, es para que el mayor número de personas pueda acceder finalmente a esta Gracia que rápidamente ha de ser extirpada junto con La Iglesia de Cristo que vivirá el esperado, arrebatamiento.