Wednesday, December 19, 2007

Una verguenza compartida.





















Tal vez, la última visión que me lleve a la eternidad cuando hayamos partido con el Señor, si es que así Él lo quiere, sea, el de esa pequeña familia de africanos que lentamente van pasando con toda su triste existencia abrumada por el hambre. No sé, hay tantas imágenes que llenan el memorial que no podría contarlas. También, puede ser el rostro de aquellos niños que fueron afectados por las bombas antipersonales que hay sembradas por millones a lo ancho y largo de todo este planeta. En fin, es innumerable la cantidad de imágenes a las que he tenido que recurrir en este año para dar a conocer a una cristiandad que se jacta de espiritual, el sentido que tiene para mí, el ser llamado un hijo de Dios en medio de un mundo que agoniza y en donde cada día que pasa, la verdad parece simplemente extinguirse como se extingue la paz.

Sé que para la cristiandad predecible y abyecta como la de hoy, la verdad no tiene forma ni contacto con la realidad, carece por completo de sentido cuando el mundo en el cual ellos viven y desarrollan sus actividades, se haya completa y totalmente plagado de Gozo y de esa falsa espiritualidad que con sólo desenchufar sus equipos se desnuda, desaparece con la misma rapidez con que se origina. Pero la realidad concreta, la que de verdad existe más allá de los propagadores del Gozo y de la Prosperidad, nos habla del hambre que no pudimos detener, a pesar de los grandes esfuerzos de seres humanos anónimos, que más allá de sus deficiencias y dificultades hasta económicas para abordar un problema como éste, estuvieron allí. Nosotros en cambio, ni aún con nuestras oraciones, faltarían muchas para ello, montañas tal vez, no lo sé. Pero el hambre, en un mundo que lo tiene todo para que ella no exista, no sólo pasa por quienes invierten toneladas de dinero en porquerías y olvidan a los hambrientos, sino, en quienes deberían adquirir compromisos más grandes con la humanidad y asistir, envueltos en el sudor de una oración y de una plegaria que saliera del alma, a los que más sufren y más necesitan de Dios en este mundo, sólo para continuar en esta jornada de dolor que a diario sacude con violencia inigualable y certidumbre casi abismante el diario despertar de nuestras vidas.

En lo personal, no puedo jactarme de nada, no hice todo lo que hubiera querido y podido hacer este año por salvar a un solo niño de esta gran epidemia como es el hambre. Grité, canté, vociferé, escribí poemas, construí nuevas canciones, grité por el dolor de quienes no pueden hacerlo, recibí por ello escupitazos y maldiciones, y aún así, si al menos, tan sólo uno de esos débiles cuerpecitos se hubiesen podido salvar con mi denuncia, me sentiría agradecido y que he cumplido con el deber, pero no fue así. Por ello, me siento muy avergonzado, muy avergonzado de haber perdido mi tiempo tratando de convencer a los cristianos de mi país, que sino cambiamos de actitud, tendremos el mismo fin que tuvieron otros que no aceptaron el compromiso que Dios exige a quienes Él toma por hijos y finalmente los hace parte de Su Pueblo.

Aún así, pienso que todo no está perdido, que cada uno de nosotros, seguramente, habrá colaborado este año, habrá puesto más que un simple esfuerzo en tratar de hacer algo por intentar cambiar el sentido de nuestra pálida realidad. Hay tantos modos, tantas formas de hacerlo, pero está claro, los caminos se hayan cerrados, totalmente obstruidos para quienes desean cambios de verdad, cambios en el corazón y en el alma de un cristianismo que agoniza y que ha perdido, con el paso de los años, la convicción en lo que debería estar haciendo para mitigar en parte el dolor de la humanidad, de la cual, ellos también son parte. Pero hoy, son los propios cristianos los que se encargan de cerrarnos el camino a nuestros sueños, son los propios cristianos los que nos vapulean y maldicen cuando desertamos de la indiferencia y tomamos un rol activo en la denuncia, cueste lo que cueste, no tanto sí como lograr sacar una simple opinión que a veces, no sirve ni siquiera para llevarse a la almohada cuando nos vamos a acostar, con las ya sabidas excepciones, que sí las hay, y que siempre son las mismas, y muy generosas por lo demás. El cristianismo apóstata deberá enfrentar tiempos difíciles, es bíblico además, no es un invento del que escribe, revisen Las Escrituras y verán que no miento, así que sigan disfrutando del placer que les brinda, al igual que la Coca Cola, esa especie de atmósfera putrefacta en la cual se están bañando. Pero recuerden, si no fuimos capaces este año, este que viene mis gritos ya no serán sólo gritos, ahora serán alaridos, indescriptibles, tantos como sean necesarios, y ya no seré tan sólo yo el que los dé, ya lo dije antes, vienen muchos tras de mí, desde dueñas de casa hasta estudiantes Universitarios, carpinteros, pescadores, artesanos y otros oficios que la Gran Ramera Espiritual no acepta por tratarse de pobres y periféricos.

Pero no importa, hemos aprendido con el tiempo a vivir en nuestros ghettos (figura de Cristo al igual que gosén y el arca de Noé) , al igual que el pueblo de Dios, los judíos, de ellos hemos aprendido a soportar todo lo que venga, no obstante, la esperanza es nuestra y no de ellos, porque al parecer, ustedes ya no necesitan nada, ni aún a Cristo, al que olvidaron, al que dejaron atrás, al que está fuera, al igual que en el Apocalipsis, diciendo:

“He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Apocalipsis 3 : 20

¿Han pensado siquiera por qué Él está afuera y no dentro? ¿Han pensado por qué trata con individuos en este sólo texto y no con multitudes o congregaciones? ¿Sus profetas no se los han dicho? ¿En dónde están parados esos pertrechos de cristianos, apóstoles y profetas como sus ídolos de la música y de la Predicación actual que no les han dicho nada de esto en sus canciones ni predicaciones? ¿Qué Palabra Dios les ha revelado últimamente como para escucharlos y creerlos? No pierdan más su tiempo, sus esqueléticos profetas, extasiados de gozo, de placer, de la prosperidad de la más ruin y perversa de todas, de las que roba hasta el alma de los ignorantes en el Nombre de Dios y de su Santo Evangelio, no logran ni lograrán jamás percibir ni hacer ver a sus propios seguidores, los peligros que lleva el ser parte de una realidad como esta, no obstante, la fiesta sigue, el espíritu Ecuménico en el cual ellos se hayan sumidos, les suministra toda clase de beneficios por los cuales son capaces de agradecer, hasta con ciertos favores al modo más prostituido posible, a la Gran Ramera Globalizada que nada les critica, que nada les rectifica, y que sólo les paga con Gozo, Gozo, y sólo Gozo, pero un Gozo construido bajo las faldas de una fe tan o más PROSTITUIDA que la peor de la PUTAS.

Tengo la certeza más absoluta que el más pobre de los niños que sufre y duerme bajo algún puente de algún suburbio de este mundo, es mucho más digno de ser arrebatado y levantado cuando el Señor Jesucristo venga, que toda esta clase de desvergonzadas meretrices que sirven por dinero a un sistema decadente como es la religión cristiana mundial. En todas sus formas. ¡Ya les dije, voy a gritar más fuerte! ¡Y cada vez será más fuerte!

Y escucha tú, Zángano de la Fe prostituida Evangélica actual, escucha Fascista, me importa un carajo tu filiación con la Babilonia romana, me tiene sin cuidado tu elección por el Ecumenismo mundial, puedes llevarte o meterte donde quieras toda tu porquería de fe prostituida, … “Pero yo y mi casa serviremos a Jehová”… Así que entiéndelo bien, tú no eres parámetro para nosotros ni para mí, eres demasiado predecible junto a tus seguidores para gente que esperamos y confiamos en el inexorable Retorno del Incomparable Dios del Cielo, como es nuestro Señor Jesucristo, el cual, un día de estos aparecerá, y ya no habrá más excusa par evadir tanta verdad y tanto mensaje que te has guardado para engordar como un Cerdo. No voy a perder más tiempo contigo, eres necesario por lo predecible de tus canciones, por lo burda de tu propuesta. Dios te necesita para que se cumpla toda La Escritura, así que eres un buen recurso para ocultar la verdad y permitir que la cristiandad no necesite la voz profética que podría cambiar en algo el sentido mismo de la historia de los pueblos. Pero tú qué sabes de esto, si apenas vives de adulaciones, las que sin ellas no podrías ser lo que eres. Y como no eres Profeta para mí, sigue llenando las copas con tu vino que entontece, total, tú sabes, siempre habrá crédulos en donde sea y a la hora que sea.

Allá voy entonces, hay otra oportunidad y no la voy a rechazar. Mi guitarra y mi armónica estarán de acuerdo, mientras haya aliento de vida, el canto tiene sentido. Las palabras serán valoradas, estoy seguro, no por los inquisidores de la fe cristiana actual. ¡A ellos! ¡Que se jodan! A los fieles transgresores de la fe contaminada, “paz, pero una paz de trinchera”, no una paz para descansar. A seguir ignorando los preceptos de un religión fastidiosa, a seguir enarbolando la bandera del genuino y verdadero Evangelio de Jesucristo, ¿qué mal podría tocarnos si a nuestros padres, por amor a Jesucristo nuestro Señor, los mataron y asesinaron y luego, lo que es peor, los dejaron en el más completo y letal olvido?

Thursday, December 06, 2007

La triste contribución de una fe en decadencia.
















De repente uno cree haberlo visto todo, sin embargo, la realidad casi siempre nos sobrepasa. Es que cuando La Iglesia de Cristo duerme, la corrupción se mueve, nunca está inerte, los corruptos y promotores de iniquiedades no descansan, a vista y paciencia de una cristiandad que se jacta de su gloria y pomposidad. Los Templos no obstante, yacen en el silencio más absoluto, y cuando quienes tienen el deber de decir y vociferar una verdad extrañamente distante de sus gargantas a la sociedad y al mundo en el cual nos encontramos viviendo, simplemente eligen la comodidad de sus hogares y la religiosidad mediocre que les puede ofrecer una realidad espiritual en decadencia, entonces estamos hablando directamente de Apostasía, una palabra que no quieren oír los propios cristianos, por ser uno de los referentes más fuertes con los cuales, muchos de los escritores bíblicos definen a aquella forma de fe que sólo centra tu atención en la manifestación externa de la fe más que en su contenido.

Quienes han lapidado la fe de muchos buenos cristianos en este tiempo deberían hacer un Mea Culpa, y no culpar a quienes responsablemente hemos elegido la denuncia para establecer que aún, en medio de este lodazal, en medio de esta inmundicia que llaman vida espiritual, aún quedan conciencias que no van a tranzar con el sistema, cueste lo que cueste. Esta verdad, elocuente para muchos, ha servido de excusa para que otros tengan algo de decir desde las propias sepulturas en donde se hallan catapultados de por vida, impedidos de crear algún tipo de sensación al menos, que pueda hacernos pensar en algún momento, que ellos serán capaces de hacernos cambiar con sus alabanzas de moda y sus ídolos de barro al amparo de una religión poderosamente construida y protegida por una Derecha Protestante que no quiere la reflexión, que odia a quienes desean que por fin la verdad sea dicha alguna vez, del modo en que debe ser dicha y no a través de charlatanes que sólo buscan en esta triste y empobrecida realidad, llenarse los bolsillos de plata. Este decadente espectáculo que nos están brindando todos quienes ven en el mensaje de la Cruz una fuente de ganancia más que deshonesta, tendrá que terminar, quiéranlo o no, y no será porque alguna vez ellos puedan llegar a sentir vergüenza por lo que están haciendo, para nada, se trata de algo mucho más enorme que sus templos llenos de vanidad y soberbia, será algo que los mismos no podrán contener, es algo que ellos han ignorado y no han querido entender para aprovechar este tiempo de Gracia que Dios, en su misericordia nos ha dado, extrayendo de las almas piadosas e ignorantes que siguen a esta clase de servidores del infierno, toda la plata que sea posible sacarles, con tal de armar poderosamente sus arsenales materialistas y servir, desde esa comodidad que provoca la billetera llena del mugroso dinero, al sencillo y humilde Carpintero de Galilea. La Biblia, en su más clara descripción los trata de: Sinagogas de Satanás. ¿Qué mejor definición para quienes viven sacando y robando el dinero a la gente con el pretexto de engrandecer la obra de Dios?

La verdad es que no tienen urgencia, la degeneración y la pornografía infantil y de la otra, son sólo un pretexto para vivir mejor, es decir, se valen del dolor humano en todas sus decadentes formas para conseguir lo que sus almas oscuras y petrificadas necesitan para iluminar una extraña forma de cristianismo ya profetizada en la antigüedad. Nos quedaremos siempre cortos en las definiciones, siempre faltará alguna palabra o una reflexión que pueda aterrizarnos en la realidad misma, no obstante, hay una pequeña cantidad de seres humanos que no dormimos y mantenemos nuestros ojos bien abiertos para ser testigos de esto y de todo lo que aún no se manifiesta, aún no es el tiempo de Su Venida, y no porque sea que estemos creyendo que no será nunca, en ningún caso, estamos ansiosos de que Él aparezca justo cuando el reloj de Dios así lo establezca, también lo deseamos para que cuando ello ocurra, nada de lo que hoy sucede quede sin castigo alguno, por nada del mundo, ellos tendrán que pagar por el engaño, por la indiferencia, por haber convertido la fe cristiana en un poder humano y no en una resistencia espiritual. Ellos lo saben y piensan, “hoy día hemos burlado a Dios”, Él ya no viene”, “se hizo tarde y no volvió”, pero qué equivocados están, que lejos de la verdad, no saben que lo que Él ha prometido lo va a cumplir? ¿Acaso no lo saben? Pues claro que sí, lo que sucede es que ya, hace mucho tiempo atrás, que el cristianismo dejó de inquietarlos para responder a las demandas de Dios, hoy sólo sé es cristiano para condescender, para pasarlo bien, para no tener conflictos, para no exponerse, para no desgastarse, otros deben hacerlo, así la vida espiritual simplemente termina siendo una inútil muestra de lo predecible y antagónico que es el espíritu del hombre de Dios actual con el del hombre que agoniza cuando tiene a su mano el recurso de La Palabra que no le permite evadir su condición de hijo de Dios y servidor de su plan redentivo.

Muchos estarán de acuerdo conmigo, muchos querrán matarme por decir la verdad, pero, lo inútil realmente sería, intentar hacerme cambiar de opinión cuando la realidad me da la razón, cuando, en una noche de esas frías y oscuras de invierno, tienes la oportunidad de aventurarte a dar, aunque sea una sola vuelta por el centro de la ciudad, para darte cuenta de lo retrasada que está la realidad espiritual con respecto a lo que hoy está sucediendo en medio de la gente. No hay intención de salvar al hombre de su condición, nunca hubo en la historia más ausencia de Cristo como hoy, los depósitos de fe amurallados sólo atienden en horarios de oficina, y su contingente administrativo no responde a necesidades nocturnas del ser humano, es decir, el hombre que busca a Dios con su alma, queda expuesto a la voracidad de los mercenarios que lucran con el alma y el espíritu de ellos, así la vida espiritual de nuestra nación, queda en manos de inútiles y envejecidos siervos que en otrora, tal vez, sí sirvieron a Dios, pero hoy, ya no. Quienes deseamos de todo corazón servir a Dios con todo lo que tenemos, simplemente somos ignorados y escupidos, pasados por alto, en una insolente decisión discriminatoria del infierno, hombres de Dios, prefieren mantenernos, según ellos, a la distancia, tal como a los leprosos, a los perros con garrapatas, pero la verdad no tiene parangón, la verdad siempre está y seguirá del lado de los ignorados, sólo que esta vez, no son ellos los que me han ignorado sino, yo a ellos, quien no puede aceptar tal trato cuando la necesidad espiritual del mundo nos hace pensar que La Vuelta de Cristo a la Tierra es una realidad inobjetable, no está demás entonces revisar algunos pasajes del Apocalipsis por estos días, y decir como el Apóstol, a la declaración de Cristo a la Iglesia:

¡He aquí vengo en breve!

¡Sí Señor ,

Ven Pronto!

Amén.

Wednesday, December 05, 2007

Encantadores de fe con sus días contados.


Hay cosas imperdonables que los seres humanos debemos tener muy en claro cuando la vida ha discurrido lenta o rápidamente sobre nuestros cuerpos, sobretodo cuando a pesar del paso de los años aún no hemos comprendido el significado de lo que estamos haciendo o viviendo, peor aún si lo que pensamos sobre ciertas circunstancias de la vida, en la más completa irreflexión, las hemos dejado pasar cual puñado de golondrinas sin advertir el valor de sus enseñanzas o el sentido que deberían tener para nuestras fugaces existencias. Dios existe, a la manera de los Musulmanes, de los Monjes del Tibet, de los Protestantes, de los Católicos, etc., es evidente que Dios existe y cada ser humano ha elegido libremente alguna de esas alternativas para llenar ese espacio que hay dentro de nuestra alma y que ninguna otra cosa en el mundo podría llenar, es nuestra necesidad endémica en completo vigor obsecándonos a veces a creer y a aceptar lo que a otros seres humanos les resulta simplemente imposible de creer, es la fe en movimiento, tal vez no la fe que nos fue traspasada de generación en generación, quién sabe, a lo mejor se trata de una fe que se aprendió al rigor de la soledad en medio de una selva amazónica o en medio de un lugar en donde la vida, en completa peligrosidad, aprendió el valor de las cosas sin necesidad de tener que asistir cada Domingo para que un Sacerdote Católico, un Rabino Judío o un Pastor Protestante nos dijera de qué modo o qué cosas debemos creer para tener la convicción de que Dios existe.

Así los hombres nos hemos ido construyendo y cada cual ha elegido su propia forma o modo de entender a Dios, es natural, y por lo pronto, una necesidad que no dejará jamás a nadie indiferente ni menos de estar presente en nuestras vidas, ni aún en nuestros hijos que finalmente deberán elegir y tener muy en claro esta prerrogativa con la cual Dios nos echó al mundo y espera que nos construyamos.

No obstante, es claro que, a pesar de esta infinidad de posibilidades sectarias y nominales, comandada por los ejércitos de Roma al modo Inquisitivo y seguida por las urbes protestantes mundiales diseminadas en cada lugar en donde haya humanidad, el hombre debe gran parte de su realidad espiritual o valórica a su propia condición, más que a lo que podría aceptarse como enseñanza, me explico, yo creo que mucho de lo que se dice en torno a Dios desde cualquiera de estas trincheras religiosas, es de cosecha humana y por lo tanto, ya no estamos hablando de pureza espiritual o de una filosofía de vida que tenga su sustento en las verdades mismas de quienes dieron origen a esa realidad sectaria o espiritual. No es extraño ver hoy día a los Cardenales u Obispos Católicos recibiendo todo tipo de reconocimiento social y político, cuando el creador del cristianismo que ellos dicen estar representando en su actitud doctrinal de Vicarios de Cristo, no tenía ni donde reclinar su cabeza, quienes creen que el catolicismo es la religión que Cristo fundó, no se hacen mayores dramas con respecto a esto, es natural, no ven contradicciones allí entre lo que Cristo y sus Apóstoles pregonaron, y lo que estos príncipes de la curia romana han interpretado por servicio a Dios, ha habido una aceptación general en torno a esta casta social, política y religiosa, que no logrará penetrar sus almidonadas y muy protegidas defensas contra quienes se atrevan a lanzar si quiera, una sola y pequeña injuria contra los representantes de Cristo.

Pero el Protestantismo mundial, planteado históricamente como una reivindicación, o como lo dice su propio nombre, Protestar, imitando la fábula romana, ha construido una realidad casi tan o más potente que la propia romana, abandonando desde hace mucho tiempo los principios y las convicciones que debería defender, porque ya no es importante para los protestantes protestar, todo se encuentra en orden, todo está rigurosamente aceptado y por nada hay que cambiar nada de lo establecido, ni menos cuestionar, eso es engorroso y realmente problemático para personas declaradas abyectas para este sistema según la doctrina de Pablo, El Apóstol. Cuando ellos marchan en el centro de la ciudad con pancartas y se agrupan, lo hacen sin pensar que ni siquiera Cristo ha podido lograr el gran milagro de juntarlos para defender juntos una causa que parece añeja y pronta a desteñirse, es el proceso propio que viven los elementos que han sido expuestos al riguroso y siempre elocuente paso de los años. Quienes prometieron restauraciones y renovar el espíritu de los protestantes, han terminado engordados y llenos de vicios que han traspasado en eso que ellos mismos llaman, "Grandes Ministerios”, a las siempre dispuestas víctimas del andar espiritual cotidiano, ellos, como representantes de Cristo aquí en la tierra, han ayudado en parte a que las iniquiedades de la propia sociedad en la cual vivimos, no sólo se conserven intactas sino que se extiendan y por fin, echen en lo profundo de esta tierra sus podridas raíces y que al final, nada ni nadie las pueda siquiera cuestionar.

La podrida versión de la fe comercial entonces, ha dejado obsoleta una antigua pero genuina manifestación y forma del amor del Dios verdadero, se trata de una forma de vida que aún, a pesar de la Industria de la fe y de los sinvergüenzas en torno a ella, mantiene su conducta intachable y a mi modo de ver las cosas, totalmente llena de valor y vigencia, es una realidad no comprendida que no ha permitido contaminarse con la pobredumbre de la Prosperidad y toda esa porquería que hoy día llaman, Evangelio de Cristo, que no es ni Evangelio, ni menos de Cristo, porque allí el amor al sucio dinero aventaja con todo su mal, el sólo afán por ganar algún día, una sola y triste alma para Cristo, las mentes cegadas allí no perciben nada, absolutamente nada, la irresponsabilidad es total, el ser humano es tratado como escoria, sólo sirve para satisfacer los apetitosos y pervertidos deseos del que dice ser el Ungido de Dios, y que no puede, al igual que todos los seres humanos, vivir con lo justo, y lo que me hierve al punto de reventar, es que no le trabajan un día a nadie, y por lo tanto, viven dando ordenes y hermoseando la casa del Señor. Allí aparece el séquito, todos juntos para servirlo, las hermanas corren, los ancianos se ven jóvenes, los niños son ignorados en sus verdaderas necesidades, el dinero es la excusa, se puede mentir con facilidad, siempre habrá ignorantes de escuela y de los otros dispuestos a pagar el precio por una sonrisa o una palmada en el hombro venida del Ungido de Dios.

Quienes pensamos y tratamos de vivir la fe cristiana en modo diferente, por lo menos diferente a lo que nos quiere imponer a costa de muuuuuuuuucho silencio la limitada fe de los sentidos, también tenemos nuestra propia filosofía de vida y nuestra propia forma de entender y de comprender a Dios, no se trata de una fe tradicional y llena de estatutos inútiles que no lograron jamás hacer, a un solo ser humano mejor, no señor, hemos renunciado a esto, no queremos oír a los títeres de siempre emulando a los dioses de su propio Olympo comercial y pervertido en donde descansan y reciben toda clase de pleitesía de parte de sus siempre fieles servidores, sólo oímos a los desertores, a los poetas alcohólicos, a los escritores de baja monta, a los que tienen siempre algo importante que decir y no a los que viven congraciándose con Dios y sus súbitos, nos cansamos de la hipocresía y de los hipócritas, la verdad para nosotros no está determinada o limitada a la mente castrada de tal o cual Ministro o agrupación religiosa, somos libres, y por lo tanto, carecemos de parámetros humanos para expresar nuestra fe y para comprender el propio milagro de la fe. Entendemos que el Reino de Dios está en todas partes, aún en las cloacas, aún en la podrida realidad humana en donde el hambre produce su olor inconfundible e inolvidable, sí señores, porque el creador del cristianismo lo hizo y lo quiso así, no para que los cristianos se congraciaran con el sistema y ya no tuvieran nada que decir, no para que esos parásitos del sistema religioso fueran al Congreso de nuestra Patria y recibieran honores como a los héroes, no amigos, Cristo, el Señor de señores, nos dejó una enseñanza clara y profunda que jamás las limitadas mentes de estos servidores del sistema podrán comprender, y aunque así fuera, está claro que no estarán dispuestos a pagar el precio.

De este modo estamos construidos todos los que aguardamos en medio de esta encrucijada histórica el advenimiento de nuestro único Salvador, todos los que asistimos a diario a este Circo que llamamos vida, para transigir, para oponernos, para ser capaces de producir en medio de toda nuestra enorme soledad, un trabajo silencioso, una pintura tal vez, un par de versos que al final se convertirán en una poesía, hay tanto que hacer y tanto que decir aquí, los poetas me comprenden, los que emprenden la arcilla y dan forma a sus obras también, no los mercenarios, sino los artistas, los artesanos, los de la palabra, los de la madera, los que doblan los metales, las madres que luchan a diario solitarias por llevar el pan a la casa, ellas y ellos también en sus soledades se construyen y no dejan que el tiempo los arruine como a los objetos, la edad aquí no tiene sentido, las horas y los segundos son solamente adverbios de tiempo, Dios, en su ilimitada comparecencia, apunta, concluye, admite, se emociona, llora, las manos del tejedor de redes ha vuelto a la vida, para Él, aún hay esperanzas, no todo está perdido, la magia del hombre en su artesanía milenaria está inclinada hacia el polvo de la tierra esperando la emoción de la idea, agitándose en piadosa condición hasta que aparezca la certidumbre del qué hacer y para qué construir más mundos, más palabras, más versos, más notas. La ilimitada creación de los átomos silvestres a veces naufraga como un barco en altamar sobre el enorme cosmos diseminado y extendido, no logra definir ni los matices ni el Norte de su viaje infinito, las estrellas se ven todas iguales, como los vientos, como las nubes, como los planetas, como el resplandor de la cubierta de nuestro pobre navío que nutre nuestras vidas, allí, a pesar de la somnolencia, el Espíritu en sus alas se mece cual gaviota sobre el mar recobrando para los hombres la confianza, el amor por su designio, imposible a veces, pero suyo, como el vuelo de las aves, allí logra envolvernos y crearnos para sí, retornándonos en una paz profunda pero expectante a ese pequeño espacio en donde las palabras, los colores y la arcilla de los metales sólidos tomarán la forma de los gemidos, allí nacerá lo nuevo, todo lo que la prisa de los traficantes de sueños no han podido jamás ser capaces de comprender, por que no les ha sido dado, porque se trata de dones, algo que ya ni siquiera nombran, porque desde hace mucho tiempo también que los caminos dejaron de ser para los caminantes, hoy, el camino que ellos usurparon, no permite la entrada a los que ayudaron a construirlos, a los que ayudaron a crear con sus manos de artesanos, un espacio en donde La Palabra fuese expuesta con sabiduría, yo, en perfecto uso de mi conciencia, a ellos me declaro … su enemigo, no los quiero, no los perdono, no los amo, los detesto con mi indiferencia, con mis dones, con mi poesía, con mi música, con mis acantilados, con mis cadenas, con mis metales, con mis dolores, con mis quebradas, con mi insufrible insomnio, con mis desmayos, con esos ojos que ven el horizonte desplegado como las velas de los barcos que antes eran impulsados por el viento, no hay dinero posible ni bendición del cielo que pueda hacerme cambiar de opinión, hasta el ser humano más solitario de la Amazonía con su lanza y sus ojos mirando al cielo agradeciendo a los dioses por su bondad, me parece más honesto y más puro que toda la porquería que hoy día me ofrece esta podrida realidad espiritual, créanme, no habrá cambios, pero les garantizo, seguiré estando aquí y allí para demostrarles que nunca he estado muerto ni desaparecido, sino escondido para protegerme, para guarecerme de la envidia y de la soberbia, para no contaminar mi tierra ni mi canto con sus males y sus visiones de Prosperidad material. Un sonido apacible de una música lejana sé que invadirá algún día mi espíritu, y el aire aún no petrificado ni arrancado de su nervadura soplará, soplará tan fuerte como las tormentas, llevándose por fin las enfermedades, las esclavitudes, la arrogancia, la soberbia humana, cuando ello ocurra, estaré mirando sus ojos, los ojos del hombre desnudo de la selva para protegerlo, para guarecerlo, para que las esperanzas no se acaben nunca más, para que por fin si ha de haber algún día un nuevo credo en el mundo, el alma y el espíritu del hombre se unan, tal como Dios algún día lo deseó, tal como algún día, en algún lugar del Universo Dios, así lo concibió.