Monday, December 19, 2016

EDIFICANDO EN LA ROCA



































Después de mucho tiempo rogando por un computador nuevo para poder desarrollar y avanzar con este trabajo tanto en Internet como en mi poesía y escritos, finalmente puedo agradecer a Dios por haber escuchado mi oración, por haberme enseñado a través de este proceso que me encuentro viviendo, cosas que jamás olvidaré en todo lo que resta de mi vida, por lo definitivamente valioso, porque el recurso valórico con el cual estoy emprendiendo el presente, ha venido a inyectar de fuerzas no solo mis creencias, sino que también, la convicción profunda que tengo en este instante con respecto a todo lo que aún me falta por hacer en bien de lo que me ha sido encomendado por Él.

Cuando debí abandonar la ciudad de Valparaíso por causas que dieron origen a la ruptura de mi vida familiar; porque una separación implica además separarse de los hijos, en el caso de los que tenemos que abandonar el hogar, por eso la separación la defino como separación familiar; sabía que vendrían días difíciles, complicados, en todos los aspectos y bajo cualquier circunstancia, entonces el futuro no se veía bien para mí, a penas podía dimensionar lo enorme a lo que debería enfrentarme, mientras observaba por la ventana del bus que me desplazaba hacia Santiago, todo ese bello paisaje que uno puede advertir inmediatamente que el Bus comienza a acelerar su marcha hacia la capital.


No obstante haber vivido ya muchos años, haber pasado muchas y variadas circunstancias manteniendome firme, no podía comprender, creyendo en la vida familiar y en la fidelidad que le debía a mi esposa, que esta situación me habría de tocar, para nada, no estaba ni en mis peores sueños una situación tal como la que he tenido que vivir en este año que se va, aún cuando la experiencia dice otra cosa y por lo tanto, la advertencia está siempre delante de uno como una luz roja de un semáforo que permance encendido toda la vida, hasta cuando nos vamos con el Señor. Parece evidente pero no es así, hoy he aprendido que nada en la vida es tan evidente, que el haber amado intensamente y con respeto, dando honra y dignidad a la que fue mi compañera de tantos años, esto no sirvió para impedir que ella decidiera romper con un vínculo tan hermoso y fuerte como es el vínculo del amor entre un hombre y una mujer, y Dios sabe con que intensidad y cariño lo asumí, tan fuerte que Dios nos dió la más bella bendición de traer al mundo, a dos pequeños hijos que hoy día están muy lejos de mí, y no por la distancia física, porque para el simple y poco entendido de la vida humana y del dolor que conlleva todo este tema, ¡... uno toma un Bus y parte a Valparaíso, problema resuelto ...!
Pero no es así, la verdad es otra, la distancia de la que hablo, es una mucho más intensa que la distancia que hay entre el sol y la tierra, la tierra y los planetas, te pasas gran parte de este tiempo solamente observando, mirando y buscando en las noches estrelladas el sonido y el vibrar de sus voces, intentas cualquier cosa que pueda hacerte sentir que aquella distancia, simplemente no existe, pero nuevamente la realidad y la verdad nos dice otra cosa, se fueron, no están, y te debes armar con esa realidad a cuestas, debes ser capaz de sobreponerte a todo y salir de esa posición tan difícil en la que te encuentras, de otro modo te quedas allí, por lo tanto, hay que tomar decisiones, cueste lo que cueste.

Muchos que no desean verte triste, incluidos tus más grandes amigos, te dicen que todo va a pasar, que el tiempo al final se encarga de hacer cosas realmente increíbles con nuestras vidas, y en ello, yo creo que tienen mucha razón, porque la verdad es que así ha ocurrido conmigo, solo el tiempo, dirigido por Dios, y no solo el tiempo de minutos y horas, sino, el tiempo de Dios, el de sus procesos, me ha ayudado a ir lentamente comprendiendo lo que me sucedió y por su puesto, sacar las inequívocas lecciones que nos han de seguir a todos lados como nuestras propias sombras, siempre, para nuestro propio beneficio. No obstante, pese a que no estoy totalmente curado de esta dolencia en el alma, estoy muy consciente que he avanzado, que todos los pasos dados y el tiempo invertido en mi vida, ya está dando sus frutos, y por lo tanto, puedo estar seguro de una cosa, y es que si Dios pudo conmigo, también puede con cualquiera que esté pasando por algo semejante o igual a lo mío, porque yo creí que no iba a poder con esto, que mi mundo llegaba hasta allí, que el mar se cernía con toda su fuerza sobre mi existencia y no tendría las energías para salir de una situación como esta.


Pero Dios siempre nos sorprende, Dios es creador y por lo tanto, quienes aguardamos y confiamos en ÉL, no podemos esperar respuestas obvias a nuestros problemas, El Creador y Sustentador de nuestras vidas, sabe cómo reparar la obra que Él un día amó con toda Su Bendita Alma y tomó para sí, de modo que nuestro carácter, pueda ser influenciado poderosamente por el de Él, y que aquella respuesta que estábamos esperando, o a lo mejor ni siquiera esperando, nos sorprenda de tal forma que nuestras fe, se parezca más a la de Abraham, por lo dinámico, por lo poco predecible, que a la de muchos que ya desertaron porque creyeron que sus vidas terminaban con su dolor, es precisamente, la forma en que Dios actúa en el ser humano lo que me llena de fuerzas y deseos en este momento, el cómo hace el Señor para mantenernos con expectativas en un mundo en donde todo primeramente se debe tocar, se debe palpar, en donde hay que sentir primero, hay que dejarse seducir, lo que me ha mantenido mayormente luchando a pesar de todo lo doloroso de este tiempo que me ha tocado vivir.


Lentamente me he ido concentrando en lo que Dios quiere, y no en lo que he perdido, porque al final, cuando decidí realmente que ya debía dar pasos importantes en todo esto, fue cuando reconocí que no volvería a tener nunca más ese maravilloso hogar que formábamos mi esposa y nuestros hijos, y por su puesto, todos aquellos que alguna vez fueron y disfrutaron de ese calor en nuestra casa. Comprender que hay cosas que nunca más se van a poder recuperar, es una decisión que uno debe tomar con mucho valor, porque de no hacerlo, solo se está edificando sobre algo tan frágil que solo una brisa puede derribar, en cualquier momento, y si uno va a continuar viviendo, y desea hacer girar las aspas del molino de su vida nuevamente, entonces no te queda otra cosa que asumir, asumir tus errores, tus negligencias, tus deserciones, en fin, son las personas de carne y huesos como nosotros los que nos equivocamos, no los perfectos, ellos suelen descargar todo en el otro, de tal manera que ellos puedan quedar impunes, sin conflictos valóricos ni morales, menos espirituales, porque al final, lo de Dios se pierde, igual como se pierde el sol sobre la línea del océano, y no vuelve jamás a brillar de la misma forma, porque no dijiste la verdad, porque no fuiste honesto tal vez contigo mismo, porque te mentiste, y ello, hoy día tal vez, no le permite a tu vida dejarte socorrer por un Dios que para ayudarte a levantar, necesita que reconozcas tus errores en primer lugar, y después, Él comienza a darte luz para que tu vida, no quede atrapada en el recuerdo sino, que con aquella intervención divina en nuestras vidas, algo que no comprende la ciencia con todo lo que tiene, te puedas valer y finalmente continuar con lo que tienes que vivir.


El dolor de perder a nuestros hijos y a nuestras esposas es incomparable, el dolor de no tener el hogar en donde uno lo dejó todo para que las cosas no resultaran de este modo, también, no, no hay morfina para esta clase de dolor, para la enfermedad que me aqueja, tal vez sí, pero para esta clase de dolencia en el alma, jamás, solo cuando nos damos cuenta que la única persona que nos puede ayudar en tales circunstancias es Cristo, solo allí comienza al menos, como una intención honesta de parte de nosotros, la verdadera recuperación, no antes, primero tenemos que dejarnos trabajar por Él, debemos aprender a asumir costos, no a escapar de ellos, ni tampoco de las responsabilidades, para ello es que el Señor también vino a este mundo, para dar toda su ayuda a quienes la necesiten, no a los perfectos, no a los que culpan o desean culpar a los demás de las cosas que hicieron ellos, para esa clase de seres humanos, Cristo no tiene sentido, las bancas de un templo católico, pentecostal, bautista o lo que sea, son solo eso, nada más que bancas, y por lo tanto, para estas personas, ni la redención tiene sentido, ni tampoco el valor que tuvimos algunos para aceptar, que a pesar de la inmensidad de la pérdida y el dolor, Cristo nos da la fuerza para ponernos de pie, y de esta forma, poder continuar dando la batalla, siempre con el fundamento de la verdad delante nuestro, dando sustento a nuestra vida tanto valórica como espiritual.

Tuesday, December 13, 2016

MI EXPERIENCIA CON EL DOLOR.






































Son muchas las cosas que uno, como hijo de Dios, puede llegar a comprender y desde luego, hacer parte de su propia vida, sobre todo cuando el barco de la sobrevivencia comienza a dar indicios de estar zozobrando. De ello en este instante creo yo, podría hasta llegar a dar cátedra, cosa que por nada del mundo quisiera llegar a hacer, debido al enorme respeto y cariño que siento por la vida, y de todo lo que ella, día a día, ha ido dejando como experiencia en mi ser.

El cómo o de qué manera cada uno de nosotros se construye para hacerle frente en esta vida a las grandes vicisitudes  que a diario nos presenta la realidad, es algo que debiéramos todos tomar muy en cuenta y por supuesto, valorizar esta experiencia de tal forma, que no quedase guardada en nuestra mente o conciencia como un trofeo valórico al cual, solamente, hacemos uso cuando la necesidad se nos presenta. Lo realmente notable, es que la gran mayoría de personas que profesamos la fe cristiana, en cualquiera de sus envoltorios, contamos con parámetros valóricos y espirituales casi semejantes para enfrentar la realidad, lo cual hace del tema, algo necesario de ser comprendido y retratado a lo menos en una reflexión que pueda ser leída, por los grandes inconvenientes que debemos confrontar en nuestro diario vivir.
En mi caso; tratando de darle uso a mis propias lecciones; este ha sido para mí, el año que más y profundas experiencias ha dejado por Voluntad de Dios en mi vida, sin dejar de lado eso sí, que el costo por cada una de estas entrañables verdades adquiridas, como un preciado manojo del saber venido de lo alto, ha tenido relación con una especie de dolor que a veces pienso, supera con creces el dolor que puedo llegar a sentir por efecto de la enfermedad que me afecta ya por largo tiempo. Estando ya la mayoría de ustedes en conocimiento de esta realidad que a diario me aqueja, he podido a través de este trabajo en mi blog, en el del facebook, y también en la construcción de mis canciones, transmitirles cada detalle que conlleva el sobrellevar un tipo de padecimiento como el mío, que no existe día normal para mí, que debo ingerir constantemente medicamentos que afectan mi motricidad, y lamentablemente, no terminan por detener el avance de este en mi cuerpo, sino tan solo, mantener a distancia el dolor cuando las crisis me superan, nada más, y lo peor, que a veces ni siquiera estos analgésicos logran apaciguarlo.
Leyendo, instruyéndome, buscando en Internet, en libros, oyendo la experiencia de otras personas con enfermedades parecidas pero no igual, he llegado a algún tipo de conclusiones que me han permitido ampliar dentro de mí, no sólo el conocimiento que he adquirido de este mal y de sus efectos en mi cuerpo, sino que además, comprender al sumergirme en La Bendita Palabra de Dios, el cómo Dios, cuando nos creó, si bien no nos hizo para que nos enfermáramos, en Su gran y poderosa Omniciencia, nos creó de tal forma que nuestro mundo interior, pudiese contar con verdaderas reservas tanto valóricas como energéticas (bioquímicas), para enfrentarnos armados contra los grandes dramas que rodean a nuestra existencia, sobre todo lo que tiene relación con el dolor, ya sea corporal o el dolor manifestado en forma intangible en nuestro mundo interior, es decir, no estamos a la deriva cuando algo como una enfermedad tan grande como el propio cáncer, que a diario se lleva miles y miles de vidas sobre este planeta, incluidos hijos de Dios, se nos puede manifestar en nuestras vidas sin previo aviso, de ahí que en estos días que vivimos, haya cobrado tanta importancia la realidad de las medicinas alternativas.
Habiendo sido desahuciado ya hacer varios años, he tenido la preciosa y valiosa ayuda como cristiano del Espíritu Santo, lo que me ha llevado a comprender y poder vaciar, si Dios lo permite, a través de todo mi trabajo en este formato de Internet, ésta, mi experiencia, de manera que si Dios en algún momento, así lo decidiera, el don de sanidad corporal y del alma, pudiese volver a La Iglesia de Cristo tal como en el primer tiempo de su nacimiento, recuerde bien, los Apóstoles del Señor, eran personas como cualquiera de nosotros, sin embargo, la helenización griega, que afectó a todo el mundo conocido, incluidos los escritores del Nuevo Testamento, de alguna manera nos presentan sus personas y experiencias, la de los Apóstoles, como algo lejanas a nuestra realidad, tornándose en intangibles, casi imposibles para nuestras realidades intoxicadas de máquinas y computadores portátiles, cosa que creo, El Dios Eterno, para nada desea se comprenda de este modo.
Es obvio entonces que nuestra naturaleza humana, afectada poderosamente por el entorno ecológico que también, como el hombre, sufre las inclemencias del maltrato que nosotros, como animales irracionales, estamos dando a diario a los que Dios creó con tanto Amor, pende lamentablemente de un hilo en lo que se refiere a la salud de nuestro cuerpo, la aparición de enfermedades que se creía ya estaban desaparecidas o bajo control, la proliferación de las diferentes formas de cáncer, solo nos hablan de la irresponsabilidad con la que el ser humano ha tratado la naturaleza, las explosiones atómicas a escalas nunca vistas en el siglo que pasó, dejaron una honda secuela de espanto que, inevitablemente, han convertido la supervivencia del hombre en este planeta, como un cheque a fecha. Por lo tanto, la ayuda que puede brindarte el comprender que nuestro cuerpo, posee estas reservas bioquímicas y espirituales de las cuales estamos hablando, no solo pueden ayudarnos, como ha sido mi caso, y puede sea el de muchos de ustedes, alargando el período de vida aún sobrellevando el peso de una enfermedad incurable para la medicina tradicional, también, si Dios así lo permite, hasta experimentar la sanidad total, lo cual, creo yo, no está lejos de producirse cuando nuestra alma, inspirada fuertemente por la vida del Espíritu, se deja afectar por la obra de Cristo en nuestras vidas, y de este modo, el cuerpo, las células, se regeneran de manera sobrenatural, demostrando con ello Dios, que no todas las cosas están perdidas.
Este año, específicamente, ha sido un año que ha marcado poderosa y para siempre mi existencia, por la violencia con que determinados hechos me han afectado, en el área familiar, en la destrucción de mi hogar y todo lo que arrastra una situación de este tipo. En cuanto a mi salud, he tenido recaídas constantemente, lo cual me ha llevado a tener que usar drogas fuertísimas, que unidas al debacle afectivo, espiritual y sicológico por la pérdida de mi hogar, solo me instan a decir que hasta aquí, estoy en pie únicamente porque Dios así lo ha querido. He comprendido que un hijo de Dios, como un soldado en medio de la batalla, jamás debe menospreciar las experiencias propias del pasado, ni tampoco las de otras personas, en especial la de aquellos que Dios ha puesto a tu lado para cuando, por la circunstancia que sea, te veas enfrentado a dramas realmente enormes, un hijo de Dios, si ha logrado adquirir sabiduría a pesar de lo doloroso de la prueba, como el desastre de perder tu hogar de un momento a otro, cuenta con valiosas herramientas para enfrentar el tipo de dificultades de las que hablamos, por lo tanto, nada desestima éste, nada desecha, para él nada es inútil, todo puede prestar una valiosa ayuda cuando de verdad se quiere salir adelante.
En mi situación, a pesar de la inmensidad del mal a diario avanza por mi cuerpo, y que va dejando tremendos estragos en donde pone su calcárea impronta, llegué a pensar cuando vivía con mis hijos, en medio del calor de mi hogar, con mi esposa a mi lado, que prácticamente ya había comprendido todo acerca del dolor en el ser humano, pensando eso sí, en el dolor físico o corporal, pero Dios, que es quien rige y dirige nuestras vidas, tenía otra cosa preparada para mí, para el hombre interior, porque el que se va desgastando, ya tenía lo propio. Y ese algo que no había tomado en cuenta con profundidad, por lo distante que pensaba se encontraba, por contar con un hogar y una familia que uno cree indestructible; habiendo tenido incluso una experiencia antes; y además porque traté de ser y comportarme como un verdadero sacerdote de Dios para los míos, ello no fue impedimento para que el dolor del tipo intangible de pronto apareciera, haciendo estragos en mi vida familiar, y dejando mi vida afectiva y mi vida en general, al borde de la muerte. El sentimiento de la pérdida es tema de otra reflexión.
Cuando nos armamos para luchar y comprometernos delante de Dios y de la vida con el ser que hemos convenido, mantenernos fieles hasta la muerte, y quizás más allá, en esa lógica, yo creo que no pensamos en el dolor, esas palabras que El Apóstol Pablo vierte en uno de sus escritos a La Iglesia de Corintios (Cor. 13), cuando dice: “La Caridad (Amor) es sufrida.” …simplemente es algo que pronunciamos pero que en el fondo desconocemos, porque no comprendemos la dimensión de lo que estamos leyendo o diciendo con nuestros labios, y creo se debe, sin temor a equivocarme, a que la intensidad con deseamos en esos momentos manifestar al ser que amamos lo que sentimos por él o ella, supera grandemente nuestra comprensión o entendimiento de lo que es realmente el significado del amor, y también el hecho de compartir una vida con otra persona. Y como aún no comprendemos el verdadero significado del amor, lamentablemente ello trasunta en algo absolutamente impredecible en su resultado, pues conociendo y comprendiendo que la erotización de nuestras vidas, ha afectado incluso a nuestro cristianismo que creíamos imposible de franquear, es obvio que un matrimonio, o una unión entre un hombre y una mujer cristiana, jamás logrará triunfar sobre las grandes exigencias que nos presenta el sistema, si la forma en la que hemos comprendido El Amor de Dios los cristianos de este siglo, es equívoca, como pienso yo que así es.
Pues bien, esta clase de dolor que a mí me faltaba experimentar, es una clase de dolor que no te deja vivir, pues crees que todo se ha perdido, no hay forma de encontrar un equilibrio para que tu alma pueda descansar, todo parece extraño, todo se vuelve en contra, lo que creías seguro se ha vuelto incierto, movedizo, eventual, a lo cual, lo único que pude finalmente decirme hacer, fue el ir en buscar de esa realidad de Dios que tanto compartí a otras personas, allí es donde pude con la ayuda del Espíritu Santo, encontrar una manera de enfrentar una dolencia de este tipo, no fue fácil, han sido días y noches interminables, noches sumergido en la oración, en la lectura de La Palabra, pude comprender aquello de las reservas que Dios nos ha dado para enfrentar este tipo de problemas. Si otros pudieron, ¿por qué no iba a poder yo? Tengo mucho que contar al respecto, espero poder transmitirlas de manera que puedan servir a muchos hermanos y amigos que tal vez, han creído que nada se puede hacer, que lo dicho por un médico es lo último, que la manera en que quedó tu mundo desecho, ya no tiene forma de poderse reparar. El tiempo, que dirige y empuña Dios con Su enorme Saber, nos irá aclarando cosas, mientras tanto, a esta hora, en este momento, vuelvo a mi oración, vuelvo a mis estatutos con los cuales El Espíritu Santo, ha logrado día a día, ponerme de pié, y de esta manera, poder acercarme a ustedes un poquito más con estas experiencias que, creo firmemente, nos ayudarán a mejorar nuestro valioso y bello cristianismo.                

Tuesday, December 06, 2016

A LA HORA DEL REENCUENTRO


Ahora que cuento con un computador nuevo para hacer mi trabajo, una de las primeras cosas que deseo hacer, es ponerme al día con mi Blog. Trabajar en este espacio por varios años, ha sido para mí una de las experiencias más enriquecedoras, por muchas razones, una de ellas, y creo la más importante, es porque a través de este trabajo, he podido darme cuenta de cuán importante es para muchas personas, el que en un tiempo como el que nos ha tocado vivir, exista al menos, un lugar en donde los que somos capaces de reflexionar nuestra fe cristiana, podamos hacerlo de manera libre y honesta, sin temor a ser cuestionados o discriminados por pensar diferente.

Cuando comencé con este Ministerio de La Palabra en Internet, nunca tuve dudas que El Señor respaldaría con Su Presencia el esfuerzo que hay detrás de todo esto. Han sido horas, días, meses, años en que he debido invertir mucho de mi tiempo para comprender, qué realmente es lo que quiere Dios que sea tratado en este espacio virtual.  La tarea por lo tanto no ha sido fácil, desde ningún punto de vista, al principio hubo incluso hombres de Dios que se creyeron con el derecho de escupir sobre mis reflexiones, pensando que al hacerlo, yo iba a detenerme y dejar de lado este nuevo emprendimiento espiritual. Sin embargo, nada de ello ocurrió, la cantidad enorme de consejos que encontré en Su Palabra me fortalecieron de tal modo, que siendo muchos los contrarios a que fueran tratados públicamente los grandes dramas de nuestra fe, nuestra aventura logró superar todos los escollos, y junto a ese pequeño número de amigos y hermanos que, manteniendo fuertemente asido su modo de pensar a Cristo, continuaron batallando en el anonimato, fuimos capaces de sobreponernos a la crítica ponzoñosa y sin mirar atrás, nos dimos cuenta de que Dios, era el más interesado en que esto se hiciera realidad.

Al modo nuestro entonces; porque jamás he sentido que estoy solo en esto, sino, soy la cara visible de una forma de ver y de entender la fe en este país solamente; estamos dando la batalla, con lo que tenemos, con todas las limitaciones con que contamos, creemos que La Venida de Cristo es un hecho, sin embargo, a pesar de que las señales se han ido cumpliendo metódicamente, los cristianos no parecen estar comprendiendo lo que esto realmente significa, por lo tanto, este trabajo que ejecutamos para Dios, viene a fortalecer el peso de La Profecía y a dar una bofetada ética, en primer lugar, a esa forma de cristianismo que hoy, miserablemente, solo sustenta su realidad en base al poder del dinero, luego, cuestionar el actuar de los encargados de guiar a esta y todas las naciones del mundo, apartándose totalmente de los principios y mandamientos de Dios, como nuestro país, en donde prácticamente La Palabra de Dios, carece de interés para todos los políticos de turno, lo cual ha traído a nuestros días, una de las más fuertes y decidoras demostraciones de decadencia moral y espiritual jamás vista en nuestro país.

Nos anima el Espíritu de los Profetas de Dios, nos estimula el trabajo de Apóstoles como Pablo, como Pedro, como Juan, por nombrar solo a algunos, pero no el espíritu carroñero de los que dicen ser Apóstoles en el día de hoy, y han corrompido con sus modos de entender la fe cristiana, el verdadero Propósito del Evangelio de Cristo. Está claro el tiempo que vivimos, desconocer esto, es simplemente no estar comprendiendo lo que está pasando con el mundo espiritual, el empoderamiento de los homosexuales en cuanto a las nuevas legislaciones que buscan, emparejar los derechos de ellos con respecto al orden establecido por Dios a través de Su Palabra, es solo una pequeña muestra de lo que se viene, recuerde que ningún hombre o conjunto de ellos, que deliberadamente quiso en la historia pasar por alto el pensamiento de Dios y el Derecho que tiene Él de gobernar el corazón humano, se quedó sin trato de Dios, por supuesto que no, los ejemplos son muchos, no obstante hoy día, el sentido de lo que está ocurriendo con nuestras sociedades, no escapa en absoluto al sentido que necesita Dios para que Su Palabra tenga, absoluto y total cumplimiento antes de Su Venida, Él dijo claramente:

…será como en los días de Sodoma y Gomorra…

Es decir, ya no hay tiempo de espera, todo está permitido, y al parecer, la Iglesia apóstata también sigue este curso, lo cual transforma el recurso histórico o contextual, en un verdadero imán profético que nos ha permitido comprender, cuándo y para quienes está profetizado lo que el Señor dijo.

Elrecolector, me ha permitido entonces, acercarme a muchos hermanos, a comprender desde sus realidades, cuál es el costo que muchos de ellos han debido pagar para mantenerse firmes en un tiempo en donde, las bases éticas, morales y espirituales de una sociedad como la nuestra, ya no se tambalean sino, han quedado en suelo, dispersas, destruidas, mientras, muchos profetas de Dios, que debieron no solo haber alzado la voz, prefirieron ignorar el llamado de Dios y de esta manera, dieron la espalda a Dios y a Su Palabra, quedando demostrado una vez más que este tiempo, es lo que La Palabra decía iba a suceder:

… porque no vendrá (El Señor) antes que venga La Apostasía, y se manifieste el hombre (Anticristo) de pecado…

Quiera una vez más El Señor, darnos las fuerzas que sean necesarias para continuar dando la lucha desde este espacio virtual, en medio de un sistema que ha preferido ignorar todas estas veces el fuerte llamado que nos hace Dios para que tomemos conciencia, y seamos capaces de mantenernos alertas frente a la gran y monumental Apostasía que pronto se hará más que evidente, pensando en el curso que ha de seguir el cristianismo actual, fundamentado más en leyes de comercio y mercantilismo que en la verdadera y única Ley por la cual Dios nos rige y espera absoluta OBEDIENCIA de parte nuestra. El desafío una vez más lo asumo de manera personal, a pesar de la gran pérdida este año de mi hogar y de mi familia, Dios, como era de esperar, ha sido fiel conmigo, y aunque la enfermedad avanza en mi cuerpo de manera violenta y dolorosa, nada de ello será impedimento para que La Palabra que Dios nos ha dado, pueda ser publicada y luego reflexionada por todos ustedes.

Sea bendecido y honrado El Nombre Glorioso del Señor, y al retomar este trabajo, sus familias reciban también el apoyo y la protección que como a hijos de Dios, se nos ha prometido Personalmente por Él.

Florencio Navarro.
Cantautor y escritor cristiano.